“Apruébase la emisión de las clases Uno y Dos de la Serie Uno de Letras del Tesoro de la provincia de Mendoza”, anuncia el Boletín Oficial de hoy en su página 7.314 con la firma del flamante ministro de Hacienda, Juan Antonio Gantus. Tal como acordaron justicialistas y radicales en la aprobación del Presupuesto, esta emisión no se considera endeudamiento ya que debe cancelarse en el corto plazo -antes de fin de año- y tiene la finalidad de atender “desequilibrios transitorios de recaudación” o -dicho en lenguaje llano- urgencias de caja.
La primera letra es por 163 millones y deberá pagarse el 20 de octubre, es decir en 66 días. La segunda por 46,7 millones vencerá el 21 de noviembre, o sea en 98 días.
Condiciones
Ambas emisiones se encuadran en lo establecido bajo el Programa de Emisión de Letras del Tesoro por un valor nominal de hasta 280 millones de pesos o su equivalente en otras monedas, según lo autorizado por la ley provincial 8.530 y el decreto 1.182/14. La norma aprobada establece que “cualquier controversia vinculada con las letras será sometida a la jurisdicción exclusiva e irrevocable de los tribunales en lo contencioso administrativo de la provincia de Mendoza”.
En el Presupuesto 2014 -trabajosamente aprobado recién en agosto- se autorizó -además- al Ejecutivo a endeudarse por 800 millones de pesos destinados a obra pública y pago de deuda anterior. No obstante la situación generada por el conflicto de Argentina con los fondos buitres hace de muy difícil acceso el crédito externo y muy caro el préstamo interno.
La clase Uno de las letras que -oficialmente- se formalizarán hoy es de un acceso más “barato” ya que fija un precio de suscripción de 0,951843 por cada peso de valor nominal del título, mientras que en la clase Dos el precio es el nominal, es decir de un peso.
El decreto no deja en claro cuál será el interés que pagará el Estado mendocino a los suscriptores en tan corto plazo, aunque el texto indica que “los elementos esenciales como la tasa de interés, el precio de suscripción y el monto a emitir han sido determinados el 14 de agosto, por estar sujetos a la demanda del mercado”.
Ese día finalizó el período de suscripción de las letras a través de una oferta pública por parte de inversores. El decreto también hace referencia a “un margen aplicable: del 5 por ciento” al describir las características de la clase Dos.
Ingresos y egresos
En los primeros seis meses del año -es decir transcurrido el 50 por ciento de 2014- tanto los ingresos como los egresos del Estado provincial permanecen por debajo de lo autorizado por la Legislatura Provincial.
Los recursos ingresados alcanzan el 42 por ciento (es decir 8 puntos por debajo de lo previsto) y los egresos ejecutados sólo han alcanzado el 38 por ciento de lo votado (doce puntos abajo). En los seis primeros meses han entrado 12.800 millones de pesos sobre un total anual previsto en 30.300 millones. Y han salido 12 mil millones sobre 30.900 millones anuales estimados.
Uno de los únicos rubros en los que se registra un ingreso superior al previsto es en los fondos de la soja (57%) con un ingreso a junio de 323 millones sobre un total anual de 562 millones. El gobernador Francisco Pérez impulsa ante la Nación una ampliación del destino de los fondos (fijado por decreto nacional para obras de infraestructura básica) a fin de incluir entre sus destinos “la inversión productiva”.
Pérez desmiente terminantemente que esté propiciando orientar hacia gastos corrientes los fondos de la soja (como lo acusó el editorial del diario El Ancasti de Catamarca), pero admite abiertamente estar gestionando ante la Casa Rosada una modificación del decreto para que los fondos puedan destinarse a créditos de producción, exportación o sostenimiento de empleo en economías regionales como la mendocina.
Mientras tanto, la marcha de las regalías (la mayor esperanza de ingresos provinciales propios del Gobernador) muestra que se encuentra casi como se preveía (ha ingresado el 46 por ciento de lo estimado en el presupuesto) con 1.020 millones en seis meses sobre los 2.229 millones anuales previstos.
Un antecedente caro
El 19 de setiembre del año pasado el gobierno de Pérez emitió una letra de Tesorería por 244 millones de pesos que fue cancelada 98 días después -el 26 de diciembre- con los fondos recaudados con uno de los tres bonos emitidos en 2014. Inicialmente estaba destinada a achicar la deuda con proveedores aunque también atendió otras urgencias.
La emisión de esta letra replicó la modalidad de dólar link de los bonos que la acompañaron, es decir que se devolvió en pesos siguiendo la cotización del dólar al momento de la cancelación.
La aceleración del ritmo de minidevaluaciones en diciembre de 2013, previas a la devaluación general del 24 de enero de 2014, disparó el costo público de la letra emitida y aumentó las ganancias privadas de los tenedores a la hora de la cancelación. Este tema ocupó todo un capítulo en la agria polémica que estalló entre el Gobierno y la UCR sobre la necesidad de financiamiento, que duró ocho meses, cuando se aprobó presupuesto y endeudamiento.