El Gobernador frena la ley de emergencia de Ciurca

Cuando la Cámara de Diputados se preparaba para aprobar la declaración ya tratada por el Senado, dichos del Gobernador hicieron dar marcha atrás al oficialismo. Ahora, quieren tiempo para estudiar más un proyecto que critican por su redacción y contenido.

El Gobernador frena la ley de emergencia de Ciurca
El Gobernador frena la ley de emergencia de Ciurca

Las declaraciones que el gobernador Francisco Pérez hizo en Guaymallén estallaron en la Legislatura, haciendo saltar por el aire el proyecto de ley para declarar la emergencia en seguridad que empuja desde hace un mes el vicegobernador Carlos Ciurca. De esa manera, se dio el extraño caso que un bloque oficialista de Diputados votara en contra de una iniciativa propiciada por su vicegobernador y que había sido avalada el día anterior por el Senado.

En realidad, el oficialismo pidió tiempo para analizar más la letra del proyecto y lo consiguió, aunque ese pedido parece ser para encontrar una salida elegante que logre conciliar la postura del Gobernador y el Vice y disimular el nuevo cortocircuito en el oficialismo.

La jornada se presentaba calma. Todo parecía indicar que el oficialismo, los radicales y el PD avanzarían en la transformación en ley del proyecto de emergencia en seguridad. Pero a media mañana, desde el barrio Unimev, el gobernador Pérez lanzaba el misil dirigido a la Legislatura volviendo a marcar su oposición a la declaración de emergencia y entonces la Legislatura se prendió fuego.

La sesión empezó a demorarse. El bloque del Frente para la Victoria se encerraba para discutir la posición a tomar. Con el correr de las horas, ya había voces en el oficialismo que asumían que el proyecto que venía del Senado no podía votarse. “Así, tal como viene, no lo podemos tratar”, decía el sureño Raúl Guerra (FpV).

Es que las críticas de Pérez, poniendo en duda la calidad de la redacción, golpearon duro. Algunos indicaban que el proyecto en cuestión no era más que una declaración de buenas intenciones, que se le había negado al Gobierno la posibilidad de imputar dinero para hacer inversiones extraordinarias que fueran necesarias y que se había votado una norma que ordenaba a los legisladores trabajar en la sanción de leyes, algo que parece una ironía o un reto.

El titular de la Cámara de Diputados, Jorge Tanús,dejaba en claro el pensamiento del PJ a esa altura: "No podemos ir en contra de la opinión del Gobernador". 

Del otro lado, desde el radicalismo, se pergeñaba una postura que remarcara las contradicciones oficialistas. La decisión fue pedir el tratamiento igual y obligar al FpV a defender el retraso en el tratamiento de una ley que una de las principales espadas del oficialismo había solicitado.

“Siempre dijimos que esta ley no solucionaría el problema de seguridad”, decía el radical y presidente de la comisión bicameral Héctor Quevedo; mientras, su compañero de bloque, Néstor Majul, recordaba que “se solicitó al ministro (Leonardo Comperatore) que a la brevedad remitiera sus necesidades, que nos dijera cuál era el programa y qué necesitaba”.

Los demócratas también se preparaban para lo propio. En voz baja decían que el papelón de esta ley era que el oficialismo y el radicalismo habían avanzado por un supuesto acuerdo entre ambos para poner a Quevedo en la presidencia de la bicameral.

En voz alta, Jesús Riesco (PD) decía que “la declaración de emergencia es pura cháchara, una bomba lanzada por el Vicegobernador para preservar la cabeza de Comperatore. El Vice es el responsable de la seguridad desde hace varios años y la ley de emergencia no va a ayudar a la seguridad”.

Algo de verdad hay. El 4 de mayo Carlos Ciurca lanzó el llamado a declarar la emergencia. Un mes después esa declaración cae en las propias contradicciones que la convocatoria tenía desde aquel llamado originario. Desde el inicio se buscó confinar el debate por la seguridad a la Legislatura, al discutir un paquete de leyes para sacar del centro de la escena al ministro Comperatore.

Las señales se hicieron presente. El 5 de mayo Pérez avisaba que no había emergencia, que no quería una declaración de emergencia. Desde entonces había señales de que el proceso abierto por Ciurca por las redes sociales venía sin mucha confianza.

Desde ese momento inicial el radicalismo dijo que las leyes no solucionarían el problema. De hecho, hasta el propio Ciurca lo dijo el martes 6 de mayo a la salida de la primera reunión de la bicameral para discutir la declaración de emergencia: “No resolveremos el problema de forma inmediata”.

Ese mismo día en los pasillos legislativos se mencionaba la palabra “humo” para definir ese proceso de debate por la emergencia. Ayer, cuando se cumplía el mes de aquel llamado a la emergencia, el humo fue la señal de que todo se prendía fuego.

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