La voluntad es resistir hasta el último de los 101 días de gestión que les quedan. Así lo sostienen los más leales hombres y mujeres del gobernador, Francisco Pérez.
Se trata de un equipo que banque la parada y responda golpe por golpe a la dura realidad que se viene reflejando en los medios de comunicación. A priori, podría pensarse que en ese comité está todo el gabinete, pero como siempre ha existido en la política, suele haber distintos grados de lealtad y también diferentes personalidades y capacidades para la respuesta.
Hay una mesa cuyos integrantes varían según el interlocutor, pero se trata de la mesa de “caballeros de Pérez” que saldrán a apagar los incendios. En todos los casos, los nombres reiterados son los ministros Juan Gantus (Hacienda) y Marcelo Costa (Producción), el asesor de la gobernación Félix González, los funcionarios de segundo nivel Diego Alvarez (Salud), Pedro Sánchez (Energía) y Mauricio Guzmán (Gobierno).
Hay otros mencionados en esa mesa, como el ministro Rodolfo Lafalla, la vocal del directorio de OSEP Fanny Sarobe, el jefe de gabinete del ministerio de Tierras Eduardo Ruiz y el titular del IPV Omar Parisi. Otros los ponen al titular de Irrigación, José Luis Alvarez, y al de Aysam, Guillermo Amstutz.
Algunos dicen que, ante la falta de recursos, es la hora de la política. Por eso se ha planteado un esquema de comunicación, para salir a responder todo lo que haya que responder.
Hay otros que son tachados por algún error que los ha puesto en el freezer (al menos temporariamente), como los ministros Guillermo Elizalde (Tierras) y Marcos Zandomeni (Energía), y hay otros que no aparecen en la lista, como los ministros Oscar Renna (Salud) y Rolando Baldasso (Infraestructura).
Para aclarar la situación de los dos últimos, en el caso de Renna se menciona reiteradamente algún problema personal o de salud, en el de Baldasso es que salvo novedades en alguna obra en marcha, no parece tener el perfil de peleador mediático.
En el caso de Elizalde, se le factura haber nombrado como asesor a un antikirchnerista, el demócrata y macrista Sergio Miranda, con quien el ministro de Desarrollo Social tiene un vínculo personal; a pesar de que dio marcha atrás con el nombramiento en los últimos días, la factura se le ha extendido por abrir un frente de conflicto innecesario cuando hay que enfrentar dos procesos electorales, el nacional y el de Godoy Cruz
En el caso de Zandomeni, el reproche viene por su viaje a Europa justo cuando se planteaba el tratamiento legislativo del acuerdo con YPF.
Hay dos ministros que nadie menciona como parte de la mesa redonda: Leonardo Comperatore y Cristian Bassin.
A veces la dinámica de las cosas obliga otras presencias. Tal fue el caso del titular de la Administración Tributaria Mendoza, Claudio Gil, para explicar los términos impositivos del acuerdo con YPF.
En esa ronda de prensa también apareció el ministro Legal y Técnico, Francisco García Ibáñez, junto al subsecretario de Hidrocarburos, Pedro Sánchez, y la directora de Regalías, Claudia Maradona.
A García Ibáñez los infidentes lo ponen en otro rol para el que está siendo preservado: como uno de los interlocutores ante la reanudación de las charlas con el radicalismo para la transición.
Hablando de UCR y el futuro traspaso del mando, se achaca a la interminable transición buena parte de las explosiones cotidianas a las que está sometida la gestión Pérez. La convicción es que son operaciones de algunos personajes de la oposición, ese espacio lleno de gente siniestra que quiere hacerle pagar todos los males de Mendoza a la actual gestión.
Por eso es que el espíritu es salir y decir, dar explicaciones y también contraatacar si se puede. “No vamos a dejar vacío el espacio, porque los vacíos se llenan de otro lado”, lanzan como un grito de guerra.
Tal vez olvidan que la dinámica de las cosas hace explotar conflictos ajenos a la mano negra opositora. Pero de eso no se habla demasiado, porque sería admitir las propias negligencias.
Entre las esperanzas del círculo cercano a Pérez hay varias esperanzas; una es que finalmente habrá acuerdo con el radicalismo y el peronismo podrá dedicarse a lamerse las heridas y volver a la cacería del poder. La última esperanza es que octubre les depare una victoria nacional de Daniel Scioli, que será un suave antídoto contra el veneno de la derrota provincial.
