Con una mesa de “diálogo” que buscará reacomodar las posturas y los números, hoy habrá un nuevo cara a cara entre el oficialismo y el SUTE. Las expectativas en cuanto a un acuerdo y la posibilidad de negociación son pocas, por no decir nulas, si se tiene en cuenta que las dos partes se han mostrado inflexibles frente a un tema que, en este punto, no puede ser modificado (el proyecto debe ser votado por el sí o por el no).
“Nosotros vamos a estar para pedir que se reabra el ámbito de paritaria en la Subsecretaría de Trabajo”, señaló ayer Adrián Mateluna, titular del SUTE, mientras encabezaba la marcha. Así, descartó que sobre la mesa exista otro tema salvo el pedido de reapertura de paritarias. Por otro lado, a esta solicitud el gobernador Alfredo Cornejo ya le dijo que no.
Más allá de las pocas expectativas, el encuentro será la excusa para “agotar” las instancias de diálogo, un reclamo que se escucha desde que el proyecto para decretar el incremento a los docentes y celadores pisó la Legislatura. A partir de ahí, mañana los diputados podrán retomar la sesión especial que ayer se suspendió, para considerar la sanción final.
Detrás de este escenario surgió un protagonista impensado: el diputado Guillermo Pereyra, quien además es el titular del Centro de Empleados de Comercio. El legislador es representante del Frente Renovador e integrante del Frente Cambia Mendoza y ayer, con su negativa de entrar el recinto, no garantizó el quórum para comenzar la sesión, ya que el PJ y el FIT especularon con ausentarse en el caso de que el massista lo hiciera.
Así, la UCR se quedó con 24 diputados (necesitaba los 25) y Cornejo vio postergada, aunque no anulada, la posibilidad de tener ayer su primera discusión salarial cerrada.
Con la sesión caída, el paro del SUTE que congregó a una multitud de docentes en la puerta de la Legislatura tomó un nuevo rumbo y los maestros desfilaron, con corte de calles de por medio, a la la Casa de Gobierno.
Decreto sí, decreto no
La duda de ayer era si, con esto, la estrategia del decreto fracasaba. Pero la lógica de tener mayoría en la Legislatura indica que, cuando los acuerdos faltan, la técnica puede salvar el asunto. El hecho de que ayer el presidente de la Cámara, Néstor Parés, tuviera que salir a anunciar que no se realizaba la sesión que le da continuidad a la sanción del viernes del Senado, fue festejado por el SUTE, el justicialismo y el FIT, pero también por Pereyra.
“Es un logro el haber convertido la Legislatura, por intermedio del Gobierno que aceptó, en un espacio intersectorial, en donde escucharemos a todos los partidos”, evaluó Pereyra en diálogo con Los Andes y proyectó: “No sé lo que el SUTE hará o deje de hacer, a partir de la reunión veré lo que surge para el miércoles”, consideró, abriendo la posibilidad de rever su postura.
Desde la semana pasada, el legislador sindicalista dejó entrever que su voto no iba a acompañar, esta vez, al frente con el que llegó a su banca. La primera señal, fue que no firmó el documento al que adhirieron todos los presidentes de bloque de Cambia Mendoza, en el que expresaban el apoyo a la decisión de Cornejo.
“Uno tiene que estar con la realidad, ser pragmático, cuando uno ve la crispación social (en referencia al viernes), cambia de opinión”, dijo el titular del CEC, quien juega su rol de ser “el más uno” de la mitad (garantiza el quórum y la mayoría simple).
Ayer, una hora antes de que empezara la sesión, anunció que no daría el quórum.
Lo cierto es que ayer Pereyra, conforme con la mesa de diálogo que se abrió obligadamente, firmó la convocatoria a la segunda sesión especial para el miércoles.
En este escenario, si Pereyra asiste mañana, garantiza el quórum y permite que la UCR haga lo propio: si el massista llega a votar negativo o se abstiene, igual le da a Parés la posibilidad de desempatar y avalar el decreto de Cornejo.
Policía con 25% en dos veces
El gobernador Alfredo Cornejo publicó ayer el decreto que otorga un aumento del 25 por ciento al personal del Ministerio de Seguridad. Se aplicará en dos etapas: un 15 por ciento desde el primero de marzo y un 10 por ciento no acumulativo desde el uno de agosto. Por lo tanto la asignación del jefe de Policía pasó a ser de 10.700 y 11.650 pesos para ambas fechas.
