El paso de las horas y los días no sólo permite avanzar en los detalles de la causa penal que investiga a Gil Pereg (37) por los crímenes de su madre y su tía, sino que también permiten ir reconstruyendo sus días y de qué manera se manejó antes de ser detenido. Horas antes de quedar arrestado, el acusado había intentado comprar más armas.
Este hombre desde hace unos siete años era cliente de El Tirolés, el reconocido local de calle Las Heras al 600, de Ciudad. Desde la propia armería le confirmaron a Los Andes que Gil Pereg estuvo allí cerca del mediodía del viernes pasado con intenciones de adquirir una pistola de aire comprimido.
Horas después, en la tarde quedó detenido como único sospechoso de los asesinatos de su tía Pyrhia Sarusi (63) y de su madre Lily Pereg (54), las ciudadanas israelíes que estuvieron desaparecidas desde el 13 de enero pasado.
Uno de los vendedores de El Tirolés contó que el imputado llegó pidiendo una de esas pistolas, de las más baratas que tienen a la venta, aduciendo que "la Policía le había sacado todas las armas y que necesitaba algo al menos para asustar". Tras un diálogo con el vendedor, Gil Pereg desistió y se fue sin comprar nada. En la tarde de esa jornada terminaría detenido.
Un cliente sospechoso
El dueño de la armería, Aldo Chesi, manifestó que el acusado visitaba frecuentemente su negocio y que siempre que quiso comprar algún tipo de armamento o municiones lo pudo hacer, ya que contaba con los permisos y credenciales. Gil Pereg tenía sus cédulas de usuario de armas, de tenencia y de consumo (para comprar municiones), renovadas cada cinco años como establecen las normativas.
Desde El Tirolés aclaran que ellos no les dieron todos los carnets habilitantes-pueden hacerlo a modo de gestoría-, sino que el hombre los había tramitado en el Anmac (Agencia Nacional de Materiales Controlados), también llamado Renar (Registro Nacional de Armas), ya sea en la sede de Buenos Aires como en la de Mendoza, ubicada en calle Corrientes, de Ciudad.
"Me contó que era ingeniero electrónico, ex militar de Israel y que no tenía buena relación con la familia. También me dijo que había intentado jugar al básquet en el Club Israelita Macabi", sostuvo Aldo Chesi, dueño de la armería.
"Habrá comprado aquí unas 10 armas. Algunas también las consiguió en otras armerías de Mendoza, pero la mayoría las trajo de Buenos Aires", explicó Chesi en relación a las casi 40 armas que la Policía le secuestró a Pereg. Aunque era un cliente más, su aspecto y la experiencia de Chesi en el rubro, lo llevaron a poner en alerta sobre sus visitas.
"Tengo gente de confianza en el gobierno, y hace un tiempo les había informado sobre este muchacho. Es mi deber avisar siempre, aunque vengan con los papeles en regla. Lo hice con él y con muchos más", aclara. "Esto mismo se lo dije a la fiscal Ríos cuando declaré", agregó. Para comprar, Gil Pereg en los papeles tenía que adjuntar su documento, medios de vida, no contar con antecedentes penales y aprobar los exámenes físicos y psicológicos.
Previo a la entrega del arma (normalmente se demora 60 días o puede llegar a entregarse en 10 si se paga el arancel de urgencia), se realiza una prueba de práctica para demostrar idoneidad. Todo eso Gil Pereg lo acreditó y con una de esas armas, probablemente, le habría dado muerte a una de las víctimas del doble crimen del que habla todo el mundo.
¿Iba a fugarse?
En las últimas horas, investigadores que están abocados al caso comentaron que al acusado el viernes, antes de su detención, se lo había visto por la zona de la terminal de ómnibus, presuntamente averiguando precios para viajar.
Además, en el allanamiento del sábado en su casa se encontró un paquete con sus pasaportes. Esto daría cuenta de que el israelí habría estado planeando irse de Mendoza.
En huelga de hambre
Nicolás Gil Pereg fue detenido el viernes por la tarde en su casa de Guaymallén luego de que la fiscal de Homicidios Claudia Ríos recibiera nuevas pruebas que lo vinculan el doble homicidio. Al día siguiente, los peritos hallaron los cuerpos de Pyrhia Sarusi (63) y Lily Pereg (54), madre e tía respectivamente del único detenido e imputado.
El ex militar israelí fue trasladado el sábado a la penitenciaría provincial y quedó alojado en el Sector de Admisión del Complejo Penitenciario II San Felipe, detallaron autoridades penitenciarias. "Gil Pereg estará bajo seguimiento de la Junta Interdisciplinaria, integrada por médicos, psicólogos y psiquiatras, entre otros y hasta el momento ha manifestado no querer ingerir alimentos", agregaron.