El asunto de la hidrofobia que padecería Gil Pereg, el israelí detenido en el penal San Felipe acusado de haber asesinado a su madre y a su tía, no es un tema menor: si lo bañan, se quiere suicidar; pero si no lo bañan, puede enfermarse.
Según explicó el psiquiatra Marcelo Valente, los baños fueron indicados por los médicos clínicos que lo asisten, quienes habían solicitado hace meses la higienización del interno.
En cuanto a qué tratamiento debe ser sometido el preso israelí, dijo: "Debe ser atendido en equipo. La idea es una estabilización con dosis de antipsicóticos vía parenteral inyectable, con una estabilización y luego evaluarlo y retornar al penal".
"No es lo mismo un paciente tratado en un hospital que un paciente tratado en contextos de encierro"
"En la unidad eso no se puede hacer. Se aplica un inyectable de depósito que dura treinta días en sangre. No se puede prever la evolución. Este es el tratamiento indicado ante un brote psicótico", agregó el especialista.
Esto, en teoría, porque “depende de los factores y del cuadro psicótico”. “No es lo mismo un paciente tratado en un hospital que un paciente tratado en contextos de encierro”, cerró Valente.