El resultado adverso de Lanús le daba a River esa luz de ventaja que nunca había tenido en las últimas fechas, a las que siempre llegaba presionado por los triunfos de sus perseguidores. Era ganar para despegarse, ganar para empezar a saborear el título y empezar a enfocarse completamente en los choques contra Boca por la Copa Sudamericana. Pero enfrente estaba Estudiantes, uno de los equipos que más lo incomodó en este semestre.
Y de arranque lo golpeó. A los 5 minutos, una buena corrida de Cerutti por derecha, que metió el centro bajo al corazón del área, Marcelo Barovero no pudo contener y Diego Vera aprovechó el error del arquero para poner el 1 a 0. En la jugada previa, hubo una clara infracción a Leonardo Pisculichi que el árbitro Saúl Laverni dejó seguir por una supuesta ley de ventaja que no terminó beneficiando a River.
Al igual que en el partido revancha de cuartos de final de la Sudamericana, el Pincha no esperó a ver qué hacía el puntero: salió a presionarlo, a ganarle el medio, a no darle tiempo a Vangioni ni a Rojas, por la banda izquierda. Prediger fue la sombra de Pisculichi. Solari, por la derecha, no es lo mismo que Carlos Sánchez. Y arriba faltaba nada menos que Teo.
Pocas veces pudo River salir de esa telaraña. Apenas un par de remates, de Driussi, primero y de Mora, después. La más clara fue un tiro libre de Pisculichi, desde 30 metros, pero su perfecto roscazo de zurda salió pegado al ángulo derecho de Hilario Navarro.
En el segundo tiempo, como era de suponer, el Millonario inclinó la cancha hacia el arco visitante. Entró Gio Simeone por Solari, después Tomás Martínez por Rojas, con la intención de abrir la cancha y tratar de filtrar una pelota entre los ocho o nueve defensores que esperaban de frente para rechazar. Y Estudiantes fue un frontón. El último intento del muñeco fue el ingreso de Boyé por Pezzella. Cuatro delanteros, dos mediocampistas ofensivos, pero no era la noche de River. Las más claras fueron de Estudiantes, en la contra, que pudo haber liquidado la historia en un jugadón de Correa -la gran figura del partido- y en un mano a mano de Auzqui, que sacó Barovero.
Treinta y un partidos duró el invicto de River. Ahora empezará otra historia. Con Lanús, Racing e Independiente ilusionados con el torneo local y con los Superclásicos de la Copa Sudamericana en el medio en una recta final apasionante.
Nuestro fútbol se cobró una nueva víctima
Un joven de 32 años murió y tres personas resultaron heridas de bala en un nuevo choque entre facciones de la barra brava de un club del ascenso, y suman cuatro las víctimas fatales en seis días por la violencia en el fútbol en Argentina. “Es lamentable lo que pasó. Existen distintos sectores (en la hinchada) pero tiene que haber algo de afuera del club, porque acá no hay negocios”, declaró a la prensa Gustavo da Mota, secretario del club Ituzaingó, que milita en la Primera D, se disponía a enfrentar con Victoriano Arenas cuando se produjeron los violentos episodios fuera del estadio, que obligaron a suspender el juego.
El episodio se suma a la muerte el martes por heridas de bala de dos hinchas de San Telmo, que milita en la Primera C, tras un enfrentamiento con barra bravas de un club rival, mientras que el jueves pasado murió otro hombre en medio de una pelea entre facciones de Almirante Brown, también del ascenso. Con la de este miércoles, la violencia en AFA lleva causadas 11 muertes en lo que va de año, según la organización no gubernamental Salvemos al Fútbol.
La SAF contabilizó 24 muertes entre 2012 y 2013 y un total de 198 en los últimos 40 años.