El conflicto con Brasil por el envío de frutas parece no tener final. Es que si bien en junio se levantó la veda para la exportación de frutas de pepita a ese destino, los nuevos requerimientos para encarar la próxima temporada, que arranca en diciembre, son -según los actores de la industria- excesivos y de difícil cumplimiento. De mantenerse en esa postura, advirtieron que peras y manzanas de Mendoza ya no podrán colocarse en ese mercado.
Si bien, en la relación comercial con Brasil siempre existieron “chicanas” para poder exportar, el conflicto terminó cristalizando en marzo, cuando el vecino país decidió suspender temporalmente la importación de fruta de pepita: manzana, pera y membrillo producida en Argentina por la detección en 15 cargamentos de carpocapsa, plaga de la que los brasileños están libres.
Luego de tres meses, en donde hubo idas y vueltas diplomáticas con una misión técnica de por medio, se levantó la prohibición, que dejó sustanciales pérdidas para el sector en la provincia.
De cara a la nueva temporada de fruta, que comienza en diciembre, Brasil ha decidido enviar nuevos requerimientos para implementar en el Sistema de Mitigación de Riesgos que los dos países tienen en marcha.
Entre ellos, se endurecen todas las penas por detección de la plaga, además para poder comercializar fruta en ese país se piden más puntos de control y se requiere la utilización de feromonas para combatir la plaga en todos los montes frutales con destino a exportación.
Este producto tiene un costo por hectárea promedio de 300 dólares, un número de difícil cumplimentación para el productor que este año ha tenido una rentabilidad escasa.
Carlos Lehmacher, director del Centro Regional Cuyo de Senasa sostuvo que “Brasil hizo una propuesta para reanudar el comercio de peras y manzanas y tiene exigencias de implementación muy altas. Entre ellas, solicita la obligatoriedad del uso de feromonas en las unidades productivas, lo que tiene un costo promedio superior a los 300 dólares por hectárea, algo impensado para la situación actual del productor”.
Agregó en este contexto que “están pidiendo mayor cantidad de controles de fruta, mayor intervención oficial en todo el proceso. Además, fija penalidades muy graves ante la detección de carpocapsa en la frontera. De detectarse la plaga, no solo se caería la unidad productiva sino que también se suspende al empacador y al exportador, quienes nada tienen que ver con lo que sucede en una finca. Entonces, por una larva en frontera se pagaría un costo muy alto para los productores”.
Mendoza en problemas
Es conocida la "Brasil-dependencia" que tienen en general la fruticultura mendocina. Datos de ProMendoza indican que en el acumulado enero - junio, la provincia exportó peras por 4,7 millones de dólares, que es la principal fruta de pepita exportada por la provincia.
Mendoza es la segunda provincia exportadora de peras, detrás de Río Negro, según datos del Indec y el 90% de su producción tiene por destino el mercado brasileño. En 2014 las exportaciones de pera reportaron ventas por 9,5 millones de dólares.
Daniel González, gerente de ProMendoza, estimó que “no sólo hay que trabajar sobre este protocolo para flexibilizar este tipo de requerimientos sino que, además, Mendoza, tiene que apuntalar su estructura. Hay que diversificar, dándole más importancia a otros mercados”.
González recordó el decreto firmado por el gobernador Francisco Pérez el mes pasado -que todavía no está reglamentado- en donde se subsidia en 3 dólares por caja a peras y manzanas enviadas a destinos de ultramar. Decreto que tendrá que ser puesto en marcha y financiado por el gobierno de Alfredo Cornejo.
Raúl Aruani gerente de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas de Mendoza (Aspeff), destacó que “luego de que se reabriera la frontera, el compromiso de ambas partes fue el de trabajar sobre una modificación del sistema de mitigación de riesgo para asegurar el status fitosanitario. Se elaboró una propuesta desde Argentina para dar solución al problema pero desde Brasil arribó una contrapropuesta que compromete el negocio a futuro de peras y manzanas”.
Aruani indicó que el lunes se llevará adelante una reunión en Buenos Aires con Senasa, en donde participarán cámaras de otras provincias con el fin de presentar una nueva propuesta.
No obstante, el representante de los frutícolas en Mendoza, destacó que “realmente hay puntos sugeridos por Brasil que son muy complejos y ante la posible detección de una larva viva las sanciones son muy severas. Esto excede los términos de lo que se entiende como un sistema de mitigación de riesgo para pasar a ser una sistema de presencia de plaga cero. Técnicamente son dos conceptos distintos”.
Empacadores afectados
Los empacadores de fruta en fresco locales están muy preocupados por las posibles medidas a aplicar por Brasil.
El empacador Daniel Brunetti, destacó que "es inviable lo que se propone. Directamente, firmar ese papel es decretar el cierre de la actividad nuestra. Aceptando eso se va producir el quebranto de la actividad, teniendo en cuenta que nuestro principal destino es Brasil". Agregó que tras la reapertura de la frontera, la fruta no se pudo terminar de colocar y que los precios están muy por debajo de los valores de referencia.
Por su parte, otro referente del sector de empacadores, Raúl Fragapane, indicó que “esto es inviable. Más allá de los problemas internos de nuestro país con la suba de costos, no contamos con ninguna ayuda del gobierno para combatir la plaga. Hay muchos productores que se han salido del sistema, los que, de seguir así, serán muchos más”.
Este empresario sostuvo que “si no podemos exportar, el mercado interno no puede absorber la producción y hemos tenido que rematar el producto a 75 pesos la caja, cuando de costo estamos entre 140 a 160 pesos”.