Cada costura, retazo de tela y botones tienen su razón de ser. No existen las casualidades sobre el escenario, y menos si se trata del vestuario.
Cada personaje de una película, obra de teatro y puesta de danza cobra vida con su expresividad, y sin querer, esas prendas que lucen en escena, engrandece cada personaje y la puesta. Detrás del impacto que causan esos exóticos y refinados trajes, hay un compromiso minucioso del diseñador y vestuaristas, que tiene a cargo una faena fundamental en el resultado final.
Tendencias, historia y creatividad se mezclan en el proceso creativo.
Leo Peralta
y
Guadalupe Rodríguez Catón
, son dos jóvenes hacedores de nuestra provincia que cosecharon varios halagos con sus diseños ligados al ambiente artístico. Con su pasión y conocimiento se sumergen en ese mundo sin fronteras, creando vida propia desde las costuras y haciendo de las prendas otra obra de arte.
-¿Cómo fueron sus comienzos como vestuaristas y diseñadores artísticos?
Leo Peralta:-
Es muy loco porque mi primer acercamiento al diseño de indumentaria fue a través del teatro. Hice el vestuario de “La bella durmiente” y luego surgieron otros trabajos referidos al ambiente artístico. Después comencé a colaborar con los estudiantes de la escuela de cine e hice el vestuario de algunos cortos. Siempre me resultó interesante ese universo porque me gusta crear cosas raras y tanto el teatro como el cine me dan esa libertad.
Guadalupe Rodríguez: -
Yo soy actriz y hago teatro independiente, y como suele suceder en estos casos, uno comienza a cubrir ciertos roles de producción dentro del grupo, con el fin de llevar adelante un proyecto, a puro corazón y gran espíritu de trabajo en grupo y cooperativismo. Y es así como me empecé a interiorizar con el tema de los vestuarios. Por supuesto que es un área que siempre me interesó y que me encanta explorar. Y así fue; empecé haciendo los vestuarios de obras en las que actuaba, y ya después me llamaron especialmente como vestuaristas. Para mí es apasionante, porque cada proceso creativo es distinto.
-¿Cuáles son los retos que afronta un diseñador a la hora de trabajar en proyectos colectivos?
Leo:
-El grupo humano con el que se trabaja es fundamental, la comunicación con el director y los actores. Cuando pienso en el vestuario, la prenda se tiene que adaptar al actor y viceversa. La expresividad del actor influye muchísimo. Personalmente he trabajado con directores bastante abiertos, pero el tema del presupuesto siempre está presente. He realizado vestuarios con menor presupuesto, lo cual te ayuda a usar más la imaginación.
Guadalupe: -
Los requerimientos de la obra y el trabajo cerca del director es fundamental, para comprender el concepto y la estética que busca plasmar en su puesta en escena de esa obra. También es muy importante para mí el trabajo de los actores, porque son ellos quienes usaran esas prendas y deben ser funcionales a ellos, a las acciones que deben realizar esos personajes, a sus características particulares y a la evolución que van sufriendo en la historia.
Aquí esta creo una gran clave y particularidad del diseño del vestuario. En general trabajando en teatro independiente uno debe agudizar mucho el ingenio para poder aprovechar al máximo el presupuesto con el que se cuenta. Pero al diseñar prendas de cero, te permite reciclar y adaptar cosas que se van consiguiendo, de acuerdo a las necesidades. Considero que reciclar, en todo sentido, desde el diseño a la vida cotidiana, es una excelente práctica.
Leo Peralta se distinguió con su trabajo en 2011 en la obra ‘Dido y Eneas’. Aunque no sólo ha tenido a su cargo el vestuario de obras de teatro, sino que ha incursionado en espectáculos masivos como la Vendimia Central de 2010 y la serie de televisión ‘Las Viajadas’ con la colaboración de Joana Ortega.
“Me encanta el vestuario de época y en la ópera ’Dido y Eneas’ no era una puesta barroca, sino contemporánea. Y eso me dio la libertad de crear un collage contemporáneo. Por ejemplo la protagonista tenía un vestuario de mi colección y parecía del siglo XVIII. En este trabajo se dio una coherencia de colores, texturas junto con el ritmo de la obra que me encantó. Todo lo contrario sucede con el vestuario de una vendimia, donde la prenda funciona en lo micro y lo macro, y se da un juego entre el equilibrio y la composición. Vestir a 700 artistas con un promedio de cuatro prendas, son trabajos que llevan una planificación muy grande, donde visualizas lo importante y los detalles.
El trabajo y la pasión de Guadalupe por los escenarios vino de la mano del reconocimiento, cuando ganó el año pasado, la categoría a 'Mejor vestuario' en el Festival Estrenos de Teatro, por su trabajo en la obra “Patria Fría” dirigida por Juan Comotti. Ella fue la encarga de darle vida a las vestiduras de ese circo pobre que debe sobrevivir. Su pasión por el teatro la llevó a derribar la frontera provincial y fundar el elenco Lluvia de Cenizas Buenos Aires, donde destacó su labor de vestuaristas. “Para mí el diseño y el arte van de la mano en todo momento. Ya sea para crear una pieza original de la nada, o para reciclar materiales o recursos existentes y transformarlos en algo nuevo, o reutilizarlos con un fin distinto y novedoso. La creatividad está involucrada también al darle un contenido a las formas”.
-¿Cuánto influye la moda en el diseño artístico?
Guadalupe:
-La moda está presente en el proceso de investigación histórica del contexto que uno debe hacer antes de diseñar el vestuario para una obra, según la época en la que está ambientada. Claro que luego de esta investigación se empiezan a entrelazar otros datos, hasta llegar al diseño, que debe plasmar no solo un momento histórico, sino el concepto trabajado y la estética particular de la puesta en escena.
Leo: -
Me gusta mucho la moda, de hecho mis referentes son del mundo de la moda. Pero cuando diseño para el arte me gusta escapar de las tendencias e ir por el lado del ridículo. Y el teatro te lo permite.