En las últimas dos décadas, la ganadería bovina en Mendoza pasó por altas y bajas pero en comparación al resto de las economías regionales, en la actualidad la cría de ganado vacuno es una alternativa rentable que permite "producir y vivir de ella", como lo reconocen los propios productores.
Después de la debacle provocada por la sequía entre 2009 y 2012, que mermó el stock ganadero 30%, el sector inició un proceso de revitalización que se mantiene. El precio de la hacienda en pie, el nivel de pasturas de los campos y el acompañamiento gubernamental con planes para fomentar la actividad, fueron gran parte del sustento de la recuperación.
El 2017 cerró con un stock de 500.473 cabezas de ganado, de las cuales el 66% está concentrado en el sur.
Para 2018 el sector enfrenta desafíos según la zona. La devastación que provocaron los incendios de campo con 200.000 hectáreas de monte nativo arrasado por las llamas en la principal zona productiva mendocina (San Rafael y General Alvear) generó pérdidas millonarias y dejó al borde de la extinción a los productores más chicos, los que subsisten con la actividad.
Solamente pensar en esperar dos o tres años para que los campos vuelvan a entrar en producción plena más recomponer la infraestructura destruida de los establecimientos es sinónimo de dolor de cabeza.
Del otro lado está la gran mayoría de productores ganaderos que no padecieron el poder arrollador de las llamas y la perspectiva para enfrentar lo que resta del año es más que alentadora y al momento de hablar de necesidades dejan de lado las variables económicas para situarse en la mejora de la infraestructura básica: caminos y servicios, en particular la electricidad.
De acuerdo a las estadísticas elaboradas por el observatorio del Cluster Ganadero, en Mendoza existen 3.332 establecimientos correspondientes a 3.867 productores bovinos y 2017 cerró con un stock de 500.473 cabezas de ganado, de las cuales el 66% está concentrado en los departamentos del sur mendocino. San Rafael cuenta con el 27%, General Alvear el 24% y Malargüe el 15%.
En los incendios de campo registrados en la primera quincena de enero en el Sur, en total se recibieron 100 denuncias de productores afectados y si bien puede parecer insignificante la cantidad en relación al total, cuando se lo traduce en dinero las estimaciones oficiales son altamente significativas: las pérdidas calculadas ascienden a $147.000.000.
Por cabezas de ganado muertas, 1.039 en total, más las pasturas incineradas (el monto resulta de calcular cuántos kilos de carne se dejan de obtener en un lapso de 3 años por esas pasturas quemadas y se lo multiplica por el valor de mercado) son $143.000.000.
En tanto, en infraestructura son $44.050.000 representados principalmente por 881 kilómetros de alambrados carbonizados a un promedio de $ 50.000 el costo por kilómetro.
Los planes del gobierno mendocino para paliar la situación -adelantar los fondos del programa de destete precoz ($ 500 por ternero hasta 150 animales) y una línea de crédito de hasta $ 1.800.000 para reponer infraestructura con 3 años de gracia y 3 para la devolución- “fueron buenos porque ayudan a que el productor no tenga que salir a quemar la mercadería.
Igualmente muchos tuvieron que paliar la situación vendiendo alguna jaula o sacando lo que tenían ahorrado para empezar a hacer frente a las pérdidas. Los productores tuvieron que sacar la hacienda y trasladarla a campos cercanos, con suerte, o irse a La Pampa o San Luis con los gastos que eso implica", comentó Roberto Ríos, presidente de la específica de ganadería de la Cámara de Comercio de San Rafael.
Su par de la Cámara de Comercio de Alvear, Andrés Vavrik, siguió en la misma línea pero fue un paso más allá.
“A los ganaderos no hay que regalarles nada pero habría que rever los montos de las líneas de financiamiento y las facilidades. No solo es lo que se perdió en el incendio y hay que reponer, sino que se debe pensar en todos los gastos que significa llevarse a los animales, alquilar campo y pagar por ejemplo flete cuando se pueda volver al campo. Además ese movimiento repercute en el animal y se percibe en la baja en la producción”, afirmó Vavrik.
En ambos casos los dirigentes concordaron en que dentro del segmento que sufrió graves afectaciones por los incendios, hay una porción que "no puede salir si no la ayudan".
“Se toma como una unidad económicamente rentable a un campo de 5.000 hectáreas en adelante, los que están por debajo de eso más que nada subsisten. Los productores chicos, que tienen 1.200 o 2.000 hectáreas, que la mayoría vive en los parajes, si no los ayudan no se van a recuperar nunca más. No hay forma de que salgan por sí solos”, tiró Vavrik.
“Así como se asiste a los grandes, es necesario que ayuden a los chicos, esos productores que tienen 40 animales o menos, que el gobierno les dé una mano fuerte, si no son candidatos a abandonar el campo”, agregó Ríos.
Explota por sí sola
Fuera de la franja de la catástrofe causada por los incendios, la realidad que atraviesa la ganadería vacuna de Mendoza es buena y está motorizada principalmente por los precios.
“Hace tres años que se estabilizaron pero los precios que se manejan son buenos, hoy un ternero liviano en pie se comercializa entre los $ 45 y $ 47 pesos el kilo”, afirmó Juan Carlos Pinto, representante de la firma rematadora Aguirre Vázquez.
Para el feriero, con los valores que se manejan “si se compara a la ganadería con otra actividad intensiva como la agricultura, está bien e invita a invertir. Además el ternero se vende y se cobra al contado, en el acto, o uno puede dar plazos si quiere”, indicó.
"La ganadería es rentable, por eso muchos se están volcando a la actividad, pero es necesario que no se detengan los planes oficiales para fomentar la actividad porque todo el logro es un trabajo conjunto entre el productor privado, que va mejorando en el manejo del rodeo, y las herramientas que pone a disposición el Gobierno, como el plan de destete, el plan vaca o toro", detalló Roberto Ríos, de la Cámara de Comercio sanrafaelina.
“Dentro de las economías regionales, la situación de la ganadería es excelente y cualquier productor con niveles regulares de eficiencia hoy puede producir y vivir de la actividad”, remarcó Andrés Vavrik, presidente de la específica ganadera de la Cámara de Alvear.
Así como entre 2009 y 2012 la sequía hizo estragos y el stock ganadero cayó de 559.000 cabezas a 390.000, el régimen de lluvia en los últimos dos años generó que los campos estén en óptimas condiciones para soportar la carga animal. Se calcula que son necesarias 10 hectáreas, en el mejor de los casos, para un vacuno.
"Según la zona llovió más o menos pero los campos están bien porque venimos de dos años excepcionales de lluvias", comentó Vavrik.
Entre los objetivos que se fijan para mejorar, todos los consultados remarcaron la necesidad de aumentar el porcentaje de destete precoz para aumentar el índice de preñez del rodeo e incrementar la producción. Si bien los productores rescataron que en algunas explotaciones alcanzaron el 80%, las estadísticas elaboradas por el Cluster Ganadero marcan que en la provincia el porcentaje de destete precoz osciló entre el 54% y 67%.
Con un panorama alentador por delante, los ganaderos vuelven sobre reclamos históricos, por un lado la necesidad de mejorar la transitabilidad de los caminos ganaderos.
“Los campos están bien y el nivel de precios está bien para el que produce pero necesitamos poder sacar la producción, y para eso necesitamos mejores caminos”, dijo Ríos.
Vavrik acompañó en el reclamo a su par de San Rafael y le agregó “la accesibilidad a tecnología que hoy está disponible para todos, que también llegue a los campos, esa es la única forma de retener a la gente. Energía eléctrica es la primera y también comunicaciones, hoy seguimos con el VHF como hace 50 años. Una persona que va a trabajar al campo lo mínimo que quiere es hablar por teléfono con sus familiares o ver un partido de fútbol", manifestó.
En cuanto a la ganadería intensiva, los dirigentes insistieron en el beneficio que representaría para la actividad el poder completar todo el ciclo en la provincia recuperando tierras que actualmente están abandonadas. Sin embargo, el costo inicial para poner en funcionamiento un establecimiento es muy alto, lo que le pone paños fríos a las buenas intenciones.
“Hay que buscar alternativas para fomentar esto. En una finca se puede tener el animal para terminarlo y además producir el pasto y el maíz que consumen. Esto también genera mayor mano de obra, pero la inversión inicial debe ser muy fuerte y es ese el escollo principal que se debe sortear”, explicó Andrés Vavrik.
Según datos de Ganadería, en Mendoza hay 3.332 establecimientos correspondientes a 3.867 productores bovinos.
Emergencia agropecuaria
El 7 de enero el gobernador Alfredo Cornejo decretó la emergencia para las zonas afectadas por los incendios y el viernes 2 el Ministerio de Agroindustria de la Nación incluyó a Mendoza dentro de la emergencia agropecuaria nacional hasta mediados de 2019.
En ambos casos tienen efecto directo en los productores ganaderos con la postergación de vencimientos impositivos y crediticios, entre otros alcances.
Desde el arco productivo reconocieron que aún están expectantes sobre los alcances que tendrán esas decisiones gubernamentales.
“Todavía no conocemos cuáles son los beneficios de esas medidas. Estamos a la espera de ver qué alcance tiene”, admitió Roberto Ríos, de la Cámara de Comercio de San Rafael.