Pepe Monje tiene la estampa de un hombre que imparte respeto. Tal vez su apariencia física, su hablar pausado y pensante y su versatilidad como actor, lo coloca en la vereda del riesgo y la creación.
Con su experiencia tanto en teatro como en televisión, el escritor Alfredo Megna le acercó la historia de "Patova", un unipersonal dramático, que tiene como protagonista a Sopa, un patovica de boliche.
La obra dirigida por Eduardo Lamoglia estrenó en marzo pasado y con elogios y excelentes críticas, por la interpretación de Monje le valió una mención a Mejor Actor de Unipersonal, de los Premios Ace 2016.
“El autor hacía un tiempo que me había acercado el material y lo tenía para leer. Y en el momento que me lo dio tenía otros proyectos. Y cuando abordo un material, es directamente para comenzar a trabajarlo. Como no estaba con los tiempos, él se vino a casa a leerlo y me gustó cuando lo leí. Y con ese misterio y esa intuición que tiene uno, para elegir los proyectos, a la noche ya pensamos en el director, una sala, un productor. Y así se armó el proyecto”, comenta sobre el comienzo del proceso que lo llevó a protagonizar su segundo unipersonal, con el que debutará en las tablas mendocinas mañana, con una única función, en el Teatro Quintanilla.
Para el actor, el reto de enfrentar solo el escenario, no es desconocido. Su primer unipersonal "El blues del showman", con textos de Bobby Flores lo estrenó en el año 2000 y ahora en "Patova", sostiene una historia intensa de amor y locura.
La obra narra desde el humor y el drama, la historia de Sopa, un patovica humilde y querible. Con su cuerpo irá reflejando una lucha particular entre lo real y lo imaginario, con los fantasmas de su mente.
Un personaje querible y contemporáneo a nuestra realidad, que representa y le propone al espectador conocer los sueños, frustraciones y el mundo de los patovicas.
Un relato con el vértigo necesario, para entrar en ese universo sin tiempo, ni espacio real, encarado desde una dramaturgia social y crítica.
“Patova” pone a sus personajes delante del carro. Es una historia de amor, de locura, es una historia donde él convive con varios personajes en su cabeza, ritmos y formas.
Es un personaje que ha transitado por varias situaciones y no deja de ser un hombre solo y continúa, un derrotero que él mismo se construyó. Todo sucede a la noche, en la terraza de una discoteca a orillas del Riachuelo; una noche de invierno, con toda esa luz y ese estado”.
-Este unipersonal te implica un desafío escénico y físico.
-La puesta de Eduardo Lamoglia es interesante y especial. Por lo tanto, cada personaje tiene su momento. A veces son tres personajes en escena y nos trasladamos en el tiempo. Es muy dinámica la obra y tiene al espectador y a mí como protagonista, constantemente atado al texto de Megna.
-Y a nivel físico, ¿tuviste alguna complejidad a la hora de componer el personaje?
-Ya tenía un ritmo y rutina de ejercicios, a nivel personal y por suerte, lo pude capitalizar. Pero más allá de eso, de lo bestia que puede llegar a ser este personaje y de lo grandilocuente que podemos imaginar a un patova, es lo que pasa por su cabeza. Desde lo físico, más que tener fuerza tiene que provocar miedo, si no no lo respetan en la puerta y no existe el trabajo.
Uno como actor tiene que tener un resto de físico y aire, como para no ahogarse en los momentos más vertiginosos que puede llegar a tener la obra. Para quedar con resto, no agotado. Por eso, este personaje implica un doble riesgo físico, para mutar todo el tiempo en esas transiciones.
Su otra pasión
Su personaje de Hugo Albarracín en "Los únicos", la tira de Pol-ka en 2011, fue una de sus últimas participaciones mas recordadas, en la televisión abierta. En ese momento y sin alejarse de la actuación, Pepe Monje decidió embarcarse en su otra pasión, su oficio de bombero.
Fue así, que en 2014 decidió sumarse al cuartel de Bomberos Voluntarios de La Boca, tarea que combina con su trabajo en el teatro y la pantalla.
Y aunque sus participaciones en cine no son tan numerosas como en televisión, por estos días se cumplen 30 años del estreno de "La noche de los lápices", una de sus primeras películas dirigida por Héctor Olivera, donde interpreta a Panchito.
-Actualmente estas rodando una película ¿Qué otros proyectos tenés?
-Estoy filmando una película que tiene una participación especial de Gérard Depardieu. Se llama "Solo se vive una vez" y es una coproducción de Argentina, España y Francia.
Y también estoy filmando la miniserie "Heidi. Bienvenida a casa", que saldrá en febrero por el canal Nickelodeon. Es para chicos.
-Es interesante estar en proyectos diferentes al mismo tiempo...
-Sí. Hay veces que hay una planicie con respecto al trabajo. Y otras veces, aparecen todos juntos. Es muy inconstante. A veces el trabajo del actor se siente un poco ingrato. Pero pasan los años y terminás dándote cuenta, que no tener trabajo, forma parte también del trabajo.
Uno pone en práctica lo que aprendió en cada uno de esos espacios, como artistas que somos y ponerlos en la vida real, que es el objetivo principal. Mejorar como seres humanos y tener respuestas suficientes para poder resolver, las preguntas que nos da la vida.
-¿Has encontrado un lugar en el cine?
-En el cine no tengo tanta continuidad, como para poder sentirme tan cómodo, como me siento en el teatro o la televisión. Pero el cine tiene una proyección que no tiene el resto de los medios y, a su vez, tiene un poder de memoria y presencia. Por ejemplo “La noche de los lápices” que es una película que cumple 30 años.
Y la Cámara de Diputados nos va a dar mañana (por hoy), un reconocimiento al equipo y elenco, por la trascendencia y la colaboración, hacia la memoria activa. El cine tiene eso y tiene una importancia en lo emocional y lo histórico. Si me gustaría estar con más continuidad en el cine, que no hay tantas producciones como a uno le gustaría.
-Contame de tu personaje en "Solo se vive una vez".
-Es una participación especial y me invitaron a interpretar un bombero. Me resultó simpático. En lo personal, tengo un conocimiento, porque soy parte de Los Bomberos Voluntarios de la Boca. Combino las dos pasiones.
-¿Cómo conjugás esas dos pasiones en el tiempo?
-La prioridad es la personal. Después como todo bombero voluntario, cada uno trabaja en lo suyo y acomoda los horario de servicio que puede brindar. Primero soy actor y como cada camarada bombero, tiene su oficio y su trabajo.
Algunos son cocineros, otros colectiveros, técnicos en Seguridad e Higiene. A partir de eso, podés tener unas horas de servicio que vos prestar. Todo es voluntario, no se cobra nada.
Así que uno adapta los tiempos.
-¿Qué es lo que te atrapó de ese oficio?
-Yo me acerqué para hacer una ficción. Siempre quise contar el mundo de un cuartel o el mundo de un bombero. Lo que significa ese mundo y ese espacio. Me arrime como actor y curioso que soy. Además por historia, yo nací en Barracas y el cuartel quedaba a 10 cuadras y desde chico me hice amigo de esa gente.
En un momento pensé que lo público que podía tener, podía influir en la gente. Y saber que uno puede hacer ciertas cosas, pero también podemos prestar obras de servicio.
La ficha
Patova
Actúa: Pepe Monje.
Dirección: Eduardo Lamoglia.
Día y hora: mañana, a las 22.
Lugar: Teatro Quintanilla (subsuelo plaza Independencia).
Entrada: $240 (general) y $180 (estudiantes y jubilados). En boletería del teatro.