Carlos Bianchi, el técnico más ganador de la historia del fútbol argentino, no puede enderezar el rumbo de este Boca que anda a la deriva. Con el empate ante Belgrano en Córdoba, acaba de sellar la peor racha sin ganar del club en torneos cortos: nueve. Además, quedó a un partido de igualar la peor serie sin victorias de la historia de Boca: 10 en 1957. Pero más allá de los números, de la racha negativa, lo más preocupante es el pobre nivel futbolístico de Boca.
Bianchi está viviendo su peor momento como entrenador. El Virrey comenzó su carrera como técnico en Francia, donde dirigió a tres equipos siempre en categorías de ascenso: Stade de Reims, OGC Agréable y París FC. En diciembre de 1992 volvió a Vélez y en su primer torneo, Clausura 93, se coronó campeón. En el primer semestre de 1994 Bianchi le dio prioridad a la Copa Libertadores y jugó el torneo Clausura con juveniles.
Fue la peor posición de Vélez y de Bianchi en torneos cortos: 18º. Pero ese año, que ganó la Libertadores y la Intercontinental, estuvo 8 partidos sin ganar con Vélez durante el torneo local. Racha personal que superó ante Belgrano, al acumular nueve. En su etapa anterior en Boca había estado siete partidos sin ganar en torneos locales entre el Clausura y el Apertura 2001. Pero ese año también ganó la Libertadores.
Bianchi también dirigió a la Roma de Italia en la temporada 96/97 y al Atlético de Madrid de España, en 2005/06. Acostumbrado en la Argentina a cumplir contratos de tres años y medio, en ninguno de esos dos equipos completó la temporada. De Roma se fue después de la fecha 26, tras ganar y empatar 9 partidos, perder 8 y dejar el equipo en el octavo puesto. Nunca estuvo más de tres partidos sin ganar. Del Atlético de Madrid se despidió después de la 18ª fecha, con 4 victorias, 8 empates y 6 derrotas, con el equipo en el 12º puesto y un acumulado de nueve partidos sin ganar, como ahora, pero con 7 empates y 2 derrotas.
El entrenador de Boca intentó ayer recuperar terreno en el torneo Final. Y derribar la racha de partidos sin ganar. No sólo no pudo sino que además se lesionó el conductor del equipo: Juan Román Riquelme. Además, a esta altura, Boca ya es una enfermería. Con un plantel reducido encarará los octavos de final de la Libertadores ante el Corinthians de Brasil. Una Copa que Bianchi ya ganó cuatro veces (una con Vélez y tres con Boca), fue también finalista en 2004 y que nunca quedó eliminado en esta etapa. Está claro que Bianchi vive un presente como entrenador al que no está acostumbrado. Y no parece encontrar respuestas.
