El protagonista de la historia es conocido para los alvearenses. José Santos Ferreyra de 73 años fue el hombre que a fines del año pasado recibió con emoción por primera vez en su vida el Documento Nacional de Identidad. “Ahora por fin voy a poder votar” fueron las primeras palabras del abuelo mientras se secaba las lágrimas que corrían por su rostro.
El hecho parece increíble pero así ocurrió. José Santos Ferreyra nació en 1941 y sobrellevó a duras penas una vida como indocumentado. Su labor diaria se circunscribió a los trabajos rurales como peón de campo. En la actualidad se encuentra viviendo junto a su hija en el barrio Zangrandi, un lugar rural muy humilde de Alvear.
Cada vez que quiso acceder a los beneficios sociales que le correspondían como ciudadano argentino, estos se le negaban rotundamente.
Se sabe que en esta sociedad burocrática, quien no tiene papeles, no tiene derechos. Y las veces que tuvo las intenciones y la energía para encarar los trámites necesarios para poder figurar en el Registro Nacional de las Personas se encontró en el camino con gente que le prometió el acceso tan anhelado a su identidad pero que sólo terminó robándole dinero y mintiéndole sin escrúpulos.
La problemática se mantuvo invisible hasta que un grupo de jóvenes pidió ayuda por la red social Facebook. Por ese canal de comunicación se enteró Norma Granados, delegada del distrito de Alvear Oeste quien dio comienzo a los trámites. La situación no era para nada sencilla. José no sólo no poseía DNI sino que no tenía en su haber ni siquiera partida de nacimiento.
Era un hombre fantasma, un N/N para el Estado argentino y, para colmo de males, sus padres ya habían fallecido, lo cual complicaba aún más el estado legal.
A partir de allí lo que siguió fueron pruebas testimoniales, exámenes médicos, investigación de los archivos del hospital de Alvear, para corroborar lo que José Santos Ferreyra narraba de buena fe (fecha de nacimiento, lugar, edad etc).
Finalmente el 9 de diciembre de 2014 en el Registro Civil, sorpresa de por medio porque fue llevado hasta allí con la excusa de completar unos últimos papeles, recibió la tarjeta con su merecido y anhelado DNI cuya numeración comienza con 19 millones.
En este punto la historia acaecida a finales de 2014 se conecta con la actual. Es que una vez obtenido el documento José Santos Ferreyra inició su primer trámite oficial. Ayudado en la gestión por el municipio, accedió a un turno en la oficina de Anses de este departamento y dio comienzo a los trámites jubilatorios.
Hombre de trabajo que montado a caballo supo transcurrir sus jornadas laborales de sol a sol en las fincas y campos de Alvear, La Pampa y San Luis pero que por su característica de indocumentado no figuró jamás en el sistema de aportes previsionales, pudo ahora sí, gracias a la moratoria vigente, acceder a uno de los derechos fundamentales de toda persona: su jubilación.
“Es una ayuda, después de muchos años. Estoy muy contento y agradecido con todos los que me ayudaron” expresó José con mucha alegría y orgullo mostrando su primer recibo de sueldo.
A José Ferreyra le aguarda en abril, más precisamente el 19, otro momento inaugural en su vida. Cuarto oscuro mediante, sobre en mano, votará por primera vez en sus 73 años. La cita electoral serán las PASO (Primarias abiertas simultáneas y obligatorias) mendocinas y luego repetirá el acto cívico en agosto y octubre cuando sea el turno de las nacionales.
Ejercerá de esta manera su derecho cívico como ciudadano: podrá elegir finalmente a quién dirija los destinos de su tierra.
