La prensa no informa sobre la bochornosa situación de las llamadas pensiones por invalidez. Esta situación sin sorpresas , es grave en las provincias argentinas donde los señores feudales “reinan” casi sin cortapisa alguna.
Tampoco nos asombra que sean las más pobres y estado-dependientes, corrompidas por los punteros a favor del mejor postor.
Juan Bautista Alberdi presentía, hace dos siglos, el embrutecimiento y la suerte de esclavitud que la ignorancia y su consecuencia, la pereza, provocan a la sociedad.
Flaco favor le hacen a la Patria otorgando pensiones a quienes no cumplen los requisitos, mucho menos a los “beneficiarios”.
Asombra el número, más de un millón; se llama clientelismo y votos cautivos a través de empleos encubiertos; el mal uso del Estado para construir poder.
Hagamos votos para que se investigue y se concedan a quienes realmente tengan una incapacidad real. Alberdi nos enseñaba: “Los argentinos hemos sido ociosos por derecho y holgazanes legalmente. Quieren pan sin trabajo, viven del maná del Estado y eso les mantiene desnudos, ignorantes y esclavos de su propia condición”. Y continúa sentenciando respecto de la ociosidad: “Es preciso marcarla de infamia: ella engendra la miseria y el atraso mental de las cuales surgen los tiranos y la guerra civil que serían imposibles en medio del progreso y la mejora del pueblo”.
Como se ve, es la ruina del pueblo vivir sin la dignidad que significa el trabajo.
Es imprescindible retornar a la senda de la educación y cultura del trabajo.
Alfredo Gustavo Quaglia
DNI 8.107.096