Hablar de historia de las pesas en Mendoza es mencionar directamente a la familia Pennisi. Un romance entre este deporte y ellos que lleva tres generaciones y que comenzó con don Rafael Pennisi, uno de los grandes impulsores de la actividad junto a José Gandolfo.
Don Rafa fue uno de los grandes iniciadores en esta pasión del levantamiento, pero seguramente no imaginó que sus hijos y nietos serían los más fieles exponentes de una dinastía que, de alguna manera, le ha dado vida a la actividad en los últimos veinte años, más allá de sus pros y sus contras.
Aquella impronta del viejo pesista la recogió su hijo, también llamado Ricardo Rafael, quien supo brillar en la década de los 70 y 80. Pasión que por “cargar la barra” la terminó plasmando en un gimnasio: el Pesari, que el 2 de noviembre reciente cumplió 40 años, lugar que los Pennisi transformaron en un búnker para el levantamiento olímpico.
Ricardo Rafael fue campeón Sudamericano de mayores en la categoría hasta 67 kg, con tres récords incluidos. Fue durante los primeros Juegos Odesur, celebrados en 1978 en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Luego, junto a su esposa María Fernanda Hurtado, lograrían el título en el mundial master.
La herencia familiar recaló en el hijo de Ricardo: Fernando. El Toti se convirtió en uno de los mejores de la historia local. Campeón sudamericano juvenil con triple récord en 85 kg, en Chile. En mayores fue subcampeón y medalla de bronce. Fue el primer mendocino en levantar 200 kg en envión. La dinastía se estiró con María Laura (Luli)), campeona sudamericana juvenil, y Andrés (Toli), subcampeón sudamericano.