Hay una imagen que tengo muy grabada en mi memoria. Debe ser de hace unos ocho o nueve años. Se jugaba un torneo en Regatas y Manu Peña era el gran favorito en su categoría. Era un petiso que “demolía” a sus rivales. Había que tirarle mil tiros ganadores para quitarle un punto.
Venía de jugar un partido de más de cuatro horas y querían hacerlo jugar otro partido con sólo media hora de descanso. Con la personalidad que lo caracterizaba, abandonó el torneo.
Ese chico al que, los agoreros de siempre, no le daban mucho futuro en el tenis, ayer se metió entre los mejores 16 juveniles de Roland Garros, casi el Mundial de polvo de ladrillo. Un merecido premio porque siempre fue un trabajador. Un chico que no estaba entre los polémicos, pero que se fue ganando un lugar en la historia. Una historia que recién está escribiendo sus primeros capítulos.
Hace unos días en una charla que tuvo con Más Deportes, el capitán de Copa Davis, Daniel Orsanic, lo nombraba como uno de los grandes proyectos del tenis nacional.
Manu es de Chacras de Coria y si bien empezó a jugar en el Automóvil Club, casi toda su formación como tenista la hizo en el Mendoza Tenis Club. Formó parte de esa camada que le permitió al club del Parque recuperar un prestigio. Estaban allí Panchito Bahamonde, Martín Capdevilla, Facundo Jofré y los hermanos Bastías, entre otros.
A la hora de hablar de su juego, Manu asegura que “soy muy ofensivo, pero siempre manteniendo la solidez desde la base. La derecha es el golpe con el que mejor me siento”. Entre sus cualidades, destacó siempre sus ganas de mejorar, aunque asegura que tiene que mejorar su concentración en los momentos más calientes de los partidos. Por ahora, eso no ha sido un escollo para él.
Ayer venció al noruego Viktor Durasovic 4-6, 7-5 y 7-5 y accedió, a los octavos de final. Fue tras un durísimo partido en el que había perdido el primer set y se llevó los otros dos con lo justo.
En la próxima instancia, los cuartos de final de Roland Garros Juniors, el crédito mendocino se enfrentará al vietnamita Ly.
Estos excelentes resultados, se deberían agregar a todo lo que ha hecho hasta el momento en su etapa como juvenil.
Estuvo en el equipo argentino de menores de 14 años que participó del Mundial en el 2012, (“lo más lindo que he sentido es ponerme la camiseta argentina”, decía en ese momento).
En el 2013 hizo una excelente gira europea europea en la categoría para menores de 16 años. Allí ganó un título y llegó a una final.
En esta temporada, está transitando su primera temporada en la categoría de menores de 18 años, el escalón previo al profesionalismo y vaya que lo está haciendo bien.
Este chico que tiene como ídolo a Roger Federer (“por su estilo y su soltura”).
Siempre aseguró que su gran sueño es quedarse con un título en Wimbledon, algo que nunca consiguió un argentino, pero claro que aclara “si gano Roland Garros, obvio que también sería increíble”.
Hoy ocupa el puesto 19 en el ranking mundial que elabora la Federación Internacional de Tenis (ITF), gracias a los 21 triunfos que ha conseguido en singles y los 20 en dobles. Eso le ha asegurado ya estar también clasificado para Wimbledon, el que es su gran sueño.
“Desde que agarré una raqueta, sueño con ganar de Wimbledon, aunque si se me da en Roland Garros no me voy a enojar”, dice entre risas.
Mendoza tiene en él otro motivo para sentirse orgulloso. Cómo lo están sus amigos y especialmente su familia que lo apoya a muerte.
Maxi Lucentini sigue cosechando estrellas
Otro mendocino que la viene rompiendo y pinta para crack es Máximo Lucentini, quien es el número uno del país en la categoría de menores de 12 años y este fin de semana se quedó con el título en el Nacional Grado 1 que se disputó en Neuquén.
El jugador entrenado por Rodrigo Orozco en el Club Banco Mendoza venció en la final a Mateo Matulovich por 6-2 y 7-6 y ratificó que está para grandes cosas.
Es el segundo torneo de esta categoría que gana en el año. Ya que también se había impuesto en el certamen de Pilar