El mundo viene esperando hace varios meses que la Reserva Federal de EEUU inicie un camino de suba de las tasas de interés. Según ya lo anunció su presidenta, el organismo comenzará este proceso desde setiembre “siempre que los datos empleo y crecimiento sean positivos”.
Pero mientras todos estaban atentos a este escenario, algo se venía cocinando en China. Hace tres semanas se produjeron caídas importantes de las bolsas, que suelen anticiparse a las decisiones gubernamentales.
El lunes, el Banco de China anunció medidas para acercar al yuan a sus valores de mercado, lo que generó una devaluación del 1,9%, que es la mayor devaluación de la moneda china en 20 años. Pero otra devaluación de 1,4% el martes y una subsiguiente ayer por 1,1% (ver nota principal) renovaron los temores por sus consecuencias.
En principio se mira el impacto sobre la economía de EEUU, ya que esta decisión generó una revaluación del dólar y la consecuente devaluación de al menos 18 monedas de la región. También impactó negativamente en los precios de las materias primas. El petróleo, por ejemplo, quedaba a 43 dólares el barril.
Para la Argentina representa un problema porque puede agudizar el déficit comercial con China, pero genera mayores problemas de revaluación del peso argentino. Es que se revaluó el dólar y se devaluaron las monedas de la región, haciendo más grave la pérdida de competitividad de nuestra moneda.
El otro problema pasa por la valuación de la parte de las reservas constituidas por yuanes prestados por el gobierno chino. El lunes, este recálculo de valor generó una caída de $ 132 millones y con la del martes, alcanzó $ 200 millones de pérdida sólo por diferencia de valor.
Para Mendoza puede representar un problema pero a mediano plazo ya que, en la medida que se levante el cepo a las importaciones, los productos chinos ingresarán en condiciones mucho más competitivas que antes.
Hoy el mercado espera la reacción de EEUU pero, si se mantiene la tendencia, es muy posible que entremos en una nueva “guerra de divisas” a través de sucesivas devaluaciones competitivas que pueden ensuciar el comercio internacional.