“Mirá papá que nos tenemos que clasificar al Mundial”, le susurró en enero de 2012, emocionada, Vanesa, la hija mayor de Pekerman, nacida en Medellín, cuando su padre se tomaba el vuelo definitivo y dejaba la tranquilidad de Hurlingham para meterse nuevamente en el lío de una selección. Pasaron 17 meses desde que José abandonó la siesta, se puso la ropa de fajina y revirtió a una Colombia que estaba para un nuevo fracaso (el último Mundial que jugó fue en 1998) y que ahora mira la tabla de las Eliminatorias desde el tercer lugar.
Y, encima, jugando un gran fútbol, con ese mismo estilo que enamoró a los argentinos primero en las Juveniles y luego en la Mayor. Será por eso que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ya le ofreció la nacionalidad de su país.
Pekerman se retiró del fútbol en tierras colombianas. En 1978 dejó la banda derecha del DIM, tras meter 15 goles y jugar 101 partidos. Y esos años que vivió ahí junto a Matilde -sumado a la llegada de su primera nena- fueron determinantes para darle el ok a Pascual Lezcano, su representante, cuando lo consultó si le interesaba dirigir a Colombia. El hombre de 63 años había rechazado no menos de 20 ofertas de selecciones porque no quería enfrentar a la Argentina. “Acá le tiró el país”, dicen en su entorno. Agarró un grupo que venía mal (cuatro puntos de nueve) y, encima, con dos choques de visitante por delante (Perú y Ecuador).
Apenas asumió, empezó a viajar seguido a Brasil, México y a Europa. Convenció a los jugadores de que se podía cambiar y en el estreno, en el amistoso ante un México imbatible (llevaba 13 sin perder), el equipo ganó 2-0, en Estados Unidos En lo futbolístico potenció jugadores que no rendían cuando se ponían la camiseta nacional.
Y el mejor ejemplo es Radamel Falcao: la actual estrella del Mónaco (pagó 60.000.000 de euros) no tenía su lugar en el equipo (hasta lo pusieron a volantear por derecha) y José lo hizo ídolo. Al Tigre le pasaba algo similar a lo que le ocurría a Messi en nuestro país.
Y también recuperó a Yepes y a Teo Gutiérrez, quien fue citado cuando terminó con sus actos de indisciplina. Con sistemas ofensivos, con laterales (Armero, Cuadrado y Zúñiga) que pasen con criterio al ataque, con James Rodríguez como casi un conductor, Colombia revirtió las Eliminatorias: con Pekerman ganó cinco y perdió dos. Eso le valió ser elegido el mejor DT del 2012 por el diario El País de Uruguay y recibir un premio de la Conmebol.
El viernes tendrá su partido más difícil. Enfrentará a una camada de jugadores que él crió, como Messi, por el que hizo mucho para que llegara a la Selección (por algo Leo le dedicó su primer Balón de Oro).