El Pehuenche, deuda pendiente

De acuerdo con un reciente informe, restan sólo 57 kilómetros para terminar las obras de pavimentación del paso Pehuenche. De concretarse, dicha vía se convertirá en una alternativa para cualquier inconveniente que pudiera generarse en el corredor bioceán

El Pehuenche, deuda pendiente

Los pasos fronterizos entre la Argentina y Chile han sido fruto de extensas negociaciones desde la recuperación de la democracia en los dos países. Con anterioridad, los gobiernos militares priorizaban las hipótesis de conflicto y sólo cabe recordar que no se llegó a una guerra por la oportuna intermediación del Papa Juan Pablo II, a través del cardenal Antonio Samoré.

Sin embargo, a partir de mediados de la década de los ‘80 hasta el momento, las reuniones para dialogar y establecer un mayor intercambio entre los dos países a través de los pasos fronterizos han sido permanentes.

La diferencia radica en dos posiciones encontradas: la Argentina, con la mayor parte de su población ubicada desde Mendoza hacia el norte, intenta priorizar los pasos de Agua Negra, San Francisco o Jama, situación que a Chile le interesa menos en razón de que su territorio en el norte es esencialmente desierto. Es por eso que el vecino país quiere priorizar los pasos ubicados desde Mendoza al sur, entre los que se encuentra el Pehuenche.

En algunos sectores, como es el caso de Pino Hachado o Futaleufú, las inversiones que deben realizarse tanto en uno como en otro país los convierten en antieconómicos. No es el caso del Pehuenche, donde las obras se han concretado en gran parte y sólo harían falta inversiones de menor nivel si las comparamos con los réditos económicos. El Pehuenche une al Sur de Mendoza con la ciudad de Talca, en la Séptima Región chilena. Además de la fuerte derivación de dólares que las autoridades del vecino país debieron enviar a esa zona sureña, castigada por un terremoto seguido de un tsunami en febrero de 2010, también se ocuparon de mejorar y asfaltar la parte del paso Pehuenche ubicado en ese país.

Pero la Argentina no le correspondió en la misma medida. Se están realizando obras de infraestructura en un camino enripiado, pero resta el asfaltado de 57 kilómetros de extensión y la construcción de un edificio para el funcionamiento de la Aduana. Según un reciente informe, se ha destinado un presupuesto de dos millones de pesos para levantar el edificio aduanero y recién después se llamará a licitación para el asfalto.

Pero como en la temporada invernal no se puede trabajar en la zona por las bajas temperaturas, habrá que esperar hasta el próximo verano para la terminación de la Aduana y un año más, a fines de 2014, para el comienzo de la pavimentación. Si el Gobierno nacional tomara el caso con la seriedad que exige y comprendiera las ventajas que otorgaría el paso, podría destinar una parte del presupuesto para trabajar ambas obras -Aduana y pavimento- en conjunto, a los efectos de acelerar los tiempos.

La necesidad de mantener el paso Pehuenche en buenas condiciones se potencia si consideramos que es el principal paso alternativo a Los Libertadores, en caso de cualquier inconveniente que pueda producirse en la zona cordillerana del corredor bioceánico central. Sucede que Agua Negra alcanza casi los 5 mil metros de altura, también con camino consolidado, mientras el otro paso potencial como alternativa, el de Cardenal Samoré, en Bariloche, se encuentra a más de mil kilómetros de distancia.

El Pehuenche tiene una altura de sólo 2.400 metros -menor al de Libertadores- y podría ser transitado todo el año. Sin embargo, cuando las autoridades nacionales hacen referencia a la conexión terrestre con Chile, suelen referirse sólo a Libertadores y Agua Negra, y en contadas oportunidades mencionan a Pehuenche.

En oportunidad de producirse los aluviones que cortaron la ruta a Chile durante el verano pasado, las autoridades aconsejaron la utilización del paso Pehuenche, pero mucha gente priorizó la espera ante la incertidumbre que le produce un camino construido a medias.

Terminar las obras es una prioridad y en ese aspecto deben insistir las autoridades provinciales ante sus pares nacionales. Porque no sólo se abrirá un paso alternativo y puede descomprimirse el Libertadores, sino que le dará una nueva vida, por el aporte del turismo, a una zona importante de la provincia, como es Malargüe.

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