Los socialistas aceptaron hoy reanudar las negociaciones para formar gobierno en España tras recibir una propuesta de última hora de un partido regional de izquierdas, aunque con pocos visos de prosperar porque el PSOE defiende incluir en él al centroderecha.
"Creemos que todavía hay tiempo y que estamos obligados a intentarlo", afirmó el portavoz socialista Antonio Hernando, aceptando "directamente" 27 de los 30 puntos presentados por el pequeño partido nacionalista valenciano Compromís, aliado del radical Podemos, a pocas horas del fin de las consultas organizadas por el rey Felipe VI antes de convocar nuevos comicios.
Además, el Partido Socialista lanzó una oferta de última hora para evitar la repetición de elecciones en España, proponiendo un gobierno de independientes encabezado por su líder, Pedro Sánchez, quien se someterá a una moción de confianza en dos años.
El monarca mantenía desde el lunes por la mañana una tercera y última ronda de conversaciones con los líderes políticos tras las legislativas del 20 de diciembre para confirmar si había algún candidato a la investidura con apoyos suficientes para ser elegido.
Ante lo que hasta ahora había aparecido como una incapacidad de las fuerzas políticas para ponerse de acuerdo, en un parlamento muy fragmentado, toda España esperaba que el rey anunciase próximamente la convocatoria de nuevas elecciones para el 26 de junio.
Sin embargo, en un movimiento totalmente inesperado, Compromís, con 4 diputados, anunció en rueda de prensa haber presentado al PSOE y otras formaciones de izquierdas una propuesta que estuvieron elaborando "toda la tarde y parte de la noche" del lunes.
"El rey la ha recibido con sorpresa y nos ha reconocido el intentar hasta última hora llegar a un acuerdo", afirmó el líder del Compromís, Joan Baldoví.
La propuesta es voluntariamente imprecisa para que todos los partidos de izquierda tengan cabida en ella, sumando 161 diputados de los 350, y logre, al menos, la abstención de Ciudadanos (40 diputados), formación de centroderecha rechazada hasta ahora por los izquierdista debido a sus políticas liberales, explicó Baldoví. El apoyo de formaciones nacionalistas catalanas o vascas también podría salvarlo.
Negociaciones infructíferas
Los socialista aceptarían este acuerdo que prevé medidas de emergencia social, de lucha contra la corrupción o de regeneración democrática, a cambio, no obstante, no de un gobierno de coalición sino de un ejecutivo dirigido por ellos con la inclusión de personalidades "independientes".
Hernando impuso una condición más: que los partidos firmantes del acuerdo se comprometan "a apoyar los presupuestos generales del Estado para los dos próximos ejercicios".
Insistió asimismo en que el PSOE mantendrá el acuerdo firmado en los últimos meses con Ciudadanos, por entender, dijo, que la nueva propuesta es "completamente compatible" con él.
Sin embargo, poco después comparecía ante la prensa el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, quien, tras reunirse con el rey, desestimó de entrada la propuesta de Compromís.
"He visto tres páginas para gobernar España cuatro años entre seis partidos distintos. Con eso está todo dicho", afirmó. "No me parece algo ni siquiera a valorar políticamente el último día en que se acaba el plazo", agregó tajante.
Tras meses de negociaciones infructíferas, el plazo para elegir a un nuevo ejecutivo que suceda al del conservador Mariano Rajoy vence el 2 de mayo.
El PP de Rajoy llegó en cabeza de los comicios de diciembre (123 diputados). Pero, sin la mayoría absoluta de 186 diputados que logró en 2011 y ningún aliado, tras la primera ronda de consultas en enero renunció a intentar la investidura.
La misión fue entonces confiada al líder socialista Pedro Sánchez (90 diputados), que afirmó querer negociar con todos, a izquierda y derecha, salvo el PP. Sin embargo, sólo logró un acuerdo con Ciudadanos que, rechazado por la izquierda por considerarlo demasiado liberal, desembocó en estrepitosos fracasos en dos votaciones de investidura en marzo.
Desde entonces, nada se había movido sustancialmente hasta ahora.
La cuarta economía de la Eurozona lleva ya más de cuatro meses con un ejecutivo en funciones, incapaz de tomar decisiones relevantes cuando el país supera apenas una larguísima crisis.
Si hay nuevos comicios, la situación se prolongará tres o cuatro meses más, en el mejor de los casos. En el peor, España espera no batir el récord belga de 541 días sin gobierno.