Pedro Sánchez consiguió ayer los votos necesarios para ser investido presidente del Gobierno español tras obtener la mayoría simple en la segunda votación del parlamento y se prepara para conducir el primer Ejecutivo de coalición de la historia reciente de España. Por un estrecho margen de votos (167 a favor, 165 en contra y 18 abstenciones), el líder del PSOE logró poner fin al bloqueo político en el que quedó inmersa España tras las elecciones de abril de 2019.
Esta victoria de Sánchez supone para España el primer gobierno de coalición desde 1930, así como también el de mayor inclinación hacia la izquierda, pues el PSOE gobernará junto a Unidas Podemos.
La votación saltó un bloqueo político que llevó casi un año, después de que el PSOE venciera en las elecciones del 28 de abril pero se viera obligado a repetir los comicios en noviembre ante la imposibilidad de formar una mayoría para gobernar. Por ese motivo, el Congreso estalló en aplausos cuando la presidenta del cuerpo, Meritxell Batet, anunció el resultado.
Tras el anuncio, Sánchez saludó a los diputados del PSOE mientras que su socio de coalición, Pablo Iglesias, se emocionó hasta las lágrimas.
Sánchez formó Gobierno con el apoyo de UP, que a su vez es respaldada por varios partidos regionales.
En Europa es habitual que se gobierne en coalición, aunque socialistas y partidos de izquierda no suelen aliarse, dado que compiten por el mismo electorado. El acuerdo alcanzado entre Sánchez e Iglesias es complejo, ya que si bien ayer se abrazaron y emocionaron, en el pasado tuvieron fuertes disputas.
Además, para conseguir la investidura, los partidos independentistas de izquierda vasco y catalán (EH-Bildu y ERC) se abstuvieron, lo que generó críticas unánimes de la derecha, que acusa a Sánchez de poner en peligro la unidad nacional con sus concesiones a los secesionistas.
Los votos en contra fueron los de la derecha (Ciudadanos, Partido Popular y Vox), de dos partidos independentistas catalanes (JxCat y CUP) y de varias formaciones regionalistas conservadoras.
Antes de la votación, la derecha llamó a los diputados de izquierda a rebelarse contra Sánchez y frustrar su intento de retorno a la Presidencia.
Durante la campaña, muchos diputados denunciaron ser víctimas de amenazas en redes sociales o por teléfono.