Pedro Ravela:  “Si evaluás de otra forma, el machete no tiene sentido”

Invitado por la DGE, el especialista uruguayo estuvo en Mendoza.

Pedro Ravela:  “Si evaluás de otra forma, el machete no tiene sentido”
Pedro Ravela:  “Si evaluás de otra forma, el machete no tiene sentido”

Libertad, la diminuta amiga de Mafalda -el personaje de Quino- está parada junto a su maestra, que le pregunta por dónde sale el sol, en referencia a los puntos cardinales. Ella, con inocencia y seguridad, responde que sale por la mañana y por la ventana de su living. La docente, frustrada, la envía a su asiento. Sin embargo, la niña no ha respondido mal, solo que no lo ha hecho de acuerdo a los estándares tradicionales. 

El profesor uruguayo Pedro Ravela, especialista en evaluación de aprendizajes en el aula estuvo en Mendoza invitado por la Dirección General de Escuelas para trabajar con supervisores y algunos profesores que trabajan en la formación de docentes. El foco fue cómo mejorar las prácticas de evaluación de los docentes hacia los estudiantes.

Los encuentros tuvieron la forma de taller y se dividieron en cuatro temas: qué le piden los docentes a los estudiantes cuando se los evalúa; la importancia que tiene trabajar los conocimientos de modos similares a los que se usan en la vida real; las calificaciones y la evaluación formativa.

Ravela es experto en estos temas y ha escrito ¿Cómo mejorar la evaluación en el aula? junto a Beatriz Picaroni y Graciela Loureiro. Además, prepara una próxima edición que recoge la experiencia de los docentes a la hora de evaluar y como la fueron modificando en la práctica.

-¿Qué le piden al estudiante cuando se lo evalúa?

- Toda mi investigación está basada en dos investigaciones que realizamos en América Latina con maestros de primaria y secundaria. Y uno de los problemas que constatamos es que la mayor parte de las actividades de evaluación se responden recordando o repitiendo lo que el profesor explicó, de manera mecánica y sin saber del todo qué están haciendo.

En segundo lugar, se tiene que poner el contenido en situaciones propias de la vida real. Muchas veces los trabajos que hacemos tienen contextos artificiales.

Entonces, lo que intentamos es vincular el contenido al calentamiento global o en el caso uruguayo el despoblamiento de las colmenas. O en matemática, para poder calcular cuánto se paga de más cada vez que se financia con tarjeta de crédito una compra. Esto genera más motivación en los estudiantes que en general aprenden en abstracto.

-Y con las calificaciones?

-En educación hacemos “adictos” a las calificaciones. Estudiantes y la familia también se preocupan por la nota y no tanto por lo que se está aprendiendo y para muchos el objetivo es sacarse un aceptable o un diez.

Allí parte de lo que trabajo es cómo separar en dos momentos distintos: Algunas evaluaciones que si necesitan de la nota porque hay una función que sirve para dar cuenta de que el estudiante logró lo que se esperaba.

Pero también se puede usar la evaluación como una herramienta de aprendizaje sin calificación de por medio. Para ayudar al estudiante a que él mismo se dé cuenta de lo que está logrando y que no.

Por ejemplo, en gimnasia olímpica hay dos formas de evaluar a una persona. Por un lado hay un jurado que evalúa, para saber quién gana o se clasifica y por otro está la evaluación del entrenador, que no le da puntaje al atleta porque si le diera puntos por lo que hizo no la ayudaría a mejorar. Un buen entrenador le ayuda a darse cuenta cómo es el desempeño y qué cosas tiene que mejorar.

-¿Qué obstáculos se encuentran cuando se pasa a esta forma de evaluar?

-Hay dos principales. Uno es cultural. Esta naturalizado para los alumnos, sus familias y los docentes que todo tiene que tener nota. Ese tema cultural solo se resuelve institucionalmente que empiece a explicar a los alumnos y padres porqué se van a cambiar ciertas cosas.

El otro obstáculo importante es el problema del trabajo docente. Mejorar el modo en que uno hace las cosas dentro del aula lleva tiempo, con uno mismo, con sus colegas - porque en general uno trabaja aislado- y eso pasa por un problema que tenemos en América Latina porque lo que a uno le parece normal es que el docente trabaja cuando está en el aula y lo remuneramos por la cantidad de horas que tiene a dentro del aula.

Pero hay un estudio de la OCDE que muestra que en los países desarrollados hay dos elementos clave. Primero que el contrato docente normal es de cuarenta horas tanto en primaria como secundaria. Los docentes en el mundo desarrollado entran a las 8 de la mañana y se van a las 5 de la tarde. Pero de ese tiempo alrededor del 50 o 60% lo dedican a dar clases y el resto del tiempo hacen una cantidad de cosas que Latinoamérica hacemos fuera de horario.

-¿Implica más trabajo para el docente?

-No necesariamente. Implica trabajo colaborativo. Cuando uno le da espacios a los docentes rápidamente mejoran su práctica. Esto requiere espacios de encuentro pero también implica aliviar parte de la carga del trabajo, en el sentido en que no todo necesariamente debe ser corregido por el docente, hay que aprovechar más el potencial de los propios estudiantes.

-Se dice que los chicos tienen muchos conocimientos que, por contacto con la tecnología, los docentes no tienen. ¿Qué papel juegan los saberes de los estudiantes a la hora de evaluarse entre ellos y en colaboración con sus docentes?

- El centro no está en transmitir los conocimientos. Porque hoy con el celular podes hacer una búsqueda y dialogar de cualquier tema. Lo importante es la capacidad de aprender a buscarlo y pensar sobre eso. Por ejemplo, si uno trabaja la evaluación de cierta forma el machete deja de tener sentido porque en realidad no importa que tengas eso, el celular o la carpeta abierta si las tareas que te pongo implican un grado de elaboración y reflexión de tu parte. Eso sirve cuando se pide que se repita de memoria.

- En cuanto a las frustraciones del alumno que por ahí estudió pero que le fue mal por alguna razón, ¿esta forma de evaluar tiende a mitigarlas?

- Mi visión es que hay un problema muy serio y es que mantener esta mirada memorística y aprendizaje fuera de contexto, una herencia del siglo pasado, genera desmotivación de los estudiantes y está en la base de muchos de los problemas de abandono y deserción de la secundaria. En Uruguay 75% de los estudiantes que abandonan lo hacen porque no les interesaba seguir o no le encontraban sentido.

La propuesta educativa genera frustración en el sentido de que el estudiante no solo no logra que le vaya bien, sino que sabe está intentando que le vaya bien en algo que no le va a servir para nada.

Evaluar de otro modo tiene que ver con generar otro tipo de motivación en los estudiantes con el aprendizaje, sobre todo en la educación media donde ya no se debe pensar en la universidad sino que hay que diversificar la propuesta y adecuarla a los estudiantes.

Hay que asumir que no todos son buenos en todo y eso implica abrir grados de opcionalidad. Yo quiero que todos tengan un mínimo de manejo del leguaje escrito o razonamiento matemático pero después si a ti te gusta mucho la historia, dale para adelante con eso.

El mundo cambió y hoy el conocimiento está a disposición, la gente trabaja a distintos ritmos, se comunica por internet, va a otras velocidades y todo eso hay que tenerlo en cuenta en el proceso de evaluación. Lo planteo en el sentido de darle opcionalidad, de esperar que se destaquen en algo pero no en todo y eso implica adecuar las expectativas que tengo de cada estudiante en particular.

-¿Las escuelas deben reestructurarse desde lo pedagógico pero también desde su infraestructura?

Se está experimentando trabajar en aulas más grandes, de más personas, en distintos rincones haciendo distintas cosas pero es más complicado porque el edificio escolar está diseñado bajo esta concepción de aula. Pero modificar eso lleva tiempo. Pero se puede cambiar el modelo organizativo dentro de la estructura. Eso va a cambiar más lentamente. Tenés un parque instalado que no podés cambiar tan rápido.

¿Qué se puede hacer puertas afuera de la escuela?

Mucho. Una de las cuestiones principales es que se puede empezar a pensar que en primaria y secundaria hay muchas actividades que se hacen mucho mejor afuera de la escuela que dentro.

Por ejemplo, las vinculadas al arte. Las clases de música dentro de la escuela enseñan sobre algo general, pero si quiero aprender música es más interesante que te dejen ir a un instituto de música o a un conservatorio para aprender piano o guitarra y luego la institución me lo reconozca y el estado le dé un dinero a la institución de acuerdo a la cantidad de estudiantes que recibe.

Puede haber una sinergia en entre el sistema educativo e instituciones culturales y de la sociedad civil donde hay gente que se dedica a eso, que lo va a hacer mucho mejor. Hay que abrir la cabeza a la diversidad de intereses de los estudiantes y saber que el sistema educativo no puede hacer todo.

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