Así como Woody Allen cruzó el Atlántico para filmar en Europa después de décadas haciendo cine en Nueva York, Pedro Almodóvar consideró rodar “Julieta” por primera vez fuera de España, precisamente en la Ciudad de los Rascacielos.
“En efecto pensé, sobre todo por el idioma en el que está escrito el original, hacerlo en inglés y hacerlo en la ciudad de Nueva York y en el
Estado de Nueva York también, en un pueblo pesquero. Ya tenía todas las localizaciones allí”, dijo Almodóvar en una entrevista reciente en Manhattan sobre la película que, finalmente, terminó rodando en Sevilla, Galicia, el Pirineo aragonés y Madrid.
“Julieta”, que acaba de estrenarse en salas estadounidenses luego de su paso mundial por el Festival de Cine de Cannes y por distintos países de América Latina y festivales internacionales, está inspirada en los cuentos “Destino”, “Pronto” y “Silencio”, de Alice Munro, incluidos en su libro “Escapada”, y sigue la lucha de una madre por sobrevivir a la incertidumbre tras el abandono de su hija única.
“Yo creo que hubiera sido más fiel al libro, porque no le he sido muy fiel a Alice Munro, y hay elementos de la cultura española que no estarían tan presentes como por ejemplo el sentimiento de culpa”, dijo Almodóvar sobre cómo hubiera sido la versión inglesa del film.
“En Alice Munro lo que a mí me gusta muchísimo es que la sencillez es sólo aparente. En realidad es una narración muy turbulenta. Creo que la película hubiera sido más llena de vueltas si la hubiera hecho aquí. Podría haber tenido más humor y creo que el sentimiento de culpa hubiera sido menor en esta cultura que en la española. Aquí las madres están más acostumbradas a la idea de que los hijos se van de la casa, al ‘college’ o a cualquier otro lado pero se van; en España eso es impensable”.
Una trayectoria de 20 títulos
Protagonizada por Adriana Ugarte y Emma Suárez como Julieta en los años 80 y en la actualidad, respectivamente, “Julieta” corona una veintena de películas de Almodóvar que comenzó en 1980 con “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” y que incluye obras aclamadas como “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, “La ley del deseo”, “Matador”, “Volver” y “Todo sobre mi madre”, que le valió en 2000 su primer Oscar de Hollywood.
“Lo veo como milagro, porque cuando hice la primera, que la hice en 16 milímetros, verdaderamente pensaba que no tendría la oportunidad de hacer una película más. Y sin embargo mi vocación era fortísima. Yo sólo quería hacer cine”, dijo el realizador manchego, al tiempo que agregó que para él cada una de sus películas representa no sólo la satisfacción de dedicarse a lo que quería sino una época.
“De hecho, hay muchas situaciones que las reconozco no ya por la fecha sino por la película que estaba haciendo: el tipo de pelo, el tipo de ropa que llevaba, cómo me sentía, mis relaciones. Cuando pienso en mi biografía, siempre la veo alrededor de la película que estaba haciendo en ese momento”.
-Si pudiera aconsejar a un estudiante de cine que no ha visto ninguna de sus películas, ¿cuáles serían sus cinco favoritas y en qué orden?
-Yo le diría que viera las 20, pero bueno... De los años 80 no debería dejar de ver “La ley del deseo” y “Mujeres (al borde de un ataque de nervios)”. De los años 90, yo diría que las mejores son “La flor de mi secreto” y “Tacones lejanos”. Y ya de este siglo, “Todo sobre mi madre” (aunque está filmada en 1999), “Hable con ella”, “La mala educación”, “Volver” y “Julieta”. Esas últimas cinco, creo, son muy importantes en mi carrera.... Y en orden cronológico, porque además eso da la sensación de paso del tiempo.
Así las presentó el propio Almodóvar en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) entre noviembre y diciembre pasados, en una retrospectiva de su filmografía completa. “Eso sí es muy representativo de cómo uno va cambiando, porque aunque no son películas autobiográficas sí creo que toda mi vida se ve en las 20 películas que he hecho, parapetado detrás de personajes, detrás de situaciones, pero toda mi vida”.
-¿Qué vemos de Almodóvar detrás de "Julieta", por ejemplo?
-Pues en “Julieta” se ve la soledad en la que vivo. Esa imagen de Julieta madura en su escritorio escribiendo durante la noche me representa bastante. ¡Hombre! No tengo hijos, no tengo el gran problema que tiene el personaje, pero esa vida solitaria, en su casa, esa imagen sí que me representa y mucho.
-Como en la mayoría de sus películas "Julieta" lo regresa al universo femenino, pero la cinta carece de ese factor shock y de esos giros inesperados que lo caracterizan...
-Creo que el hecho de estar inspirado en historias de Alice Munro, que cuenta historias tremendas pero a la vez con un estilo que les da apariencia de una gran sencillez, sí que traté de estar lo más contenido posible abordando la película como un drama sin que hubiera humor, sin que hubiera elementos característicos de mi cine. Como es una película sobre el dolor, entre otros temas, me parecía que ése era el mejor modo de acercarme.
-¿Por qué decidió usar dos actrices para el papel principal en lugar de apelar al arte del maquillaje?
-El cine ha avanzado muchísimo técnicamente, pero en los trucos de maquillaje para envejecer a mí me parece que se sigue notando mucho, y no es una cuestión de presupuesto. En Hollywood, en macroproducciones, sigue siendo un problema el maquillaje y las pelucas y a mí me distancian mucho.... Emma (Suárez) tiene la mirada de una mujer experta... Puedes poner maquillaje, peluca, lo que sea, pero el hecho de haber vivido no se puede representar.
-En su caso, como un cineasta ya sexagenario, ¿qué le ha aportado la madurez de los años a su arte?
-Pues “Julieta” es un poco una demostración de esos cambios. Inevitablemente uno cambia, la vida cambia, tu propio cuerpo cambia, el país cambia, la ciudad donde vives cambia. En mi evolución, curiosamente quiero decir que empecé en unos años de enorme apertura en España. Yo era joven en ese momento y también se nota en mis películas la libertad, la celebración de la libertad... Luego, sin ser más sombríos, en las películas que he hecho en lo que va del siglo la presencia del dolor es mayor y también creo que en “Julieta” me he orientado hacia una mayor sobriedad. Pero no lo analizo mucho. Para mí es un cambio natural, casi biológico digamos.