La última tormenta dejó a Cápiz, San Carlos, en una situación muy complicada. Las familias que habían quedado aisladas ya recibieron asistencia y los productores locales están buscando estrategias para sobrevivir a las pérdidas -totales, en algunos casos- de su cosecha.
Sin embargo, la 'retirada' del agua dejó ver los daños estructurales que produjo en calles, cauces y defensas aluvionales.
Estas obras de reparación constituyen hoy una urgencia para la población del paraje. "En la situación actual, si viene otra tormenta importante no va a quedar nada de Cápiz", coinciden desde distintos organismos. En virtud de esta delicada situación, el municipio sancarlino pedirá en las próximas horas a Provincia fondos extraordinarios para poder hacer frente a esta crisis.
"No hablamos de obras de prevención. Simplemente buscamos restablecer los cauces, canales y calles a la situación que presentaban antes del desastre. Si no lo hacemos, el riesgo para los pobladores puede ser irreversible", señaló Carlos Arriagada, titular de Medio Ambiente de San Carlos.
Desde principios de semana, empleados municipales, de Vialidad, de Hidráulica e Irrigación trabajan en la zona en la remediación de los daños. Creen que será necesario una partida de unos 300 mil pesos para enfrentar las obras que urgen.
Sucede que, por la fuerza y gran acumulación del agua, cedieron suelos, se abrieron socavones en calles y se rompieron defensas aluvionales claves para la contención de futuras corrientes. "Hay que hacer tareas empedrar distintas zonas, estabilizar suelos, enderezar y limpiar cauces...", enumeró el funcionario municipal.
Este paraje de San Carlos sufre de una problemática aluvional muy grave. Los vecinos de la zona llevan cerca de 10 años reclamando por una solución real a su situación. El jueves pasado una nueva tormenta inundó sus viviendas, los dejó aislados, convirtió en ríos sus calles y se llevó sus animales, pertenencias y cosechas enteras.
Al otro día, los lugareños decidieron cortar la principal vía de ingreso a su distrito en actitud de reclamo. Lo que exigieron entonces -pedido que aún sostienen con firmeza- es que quieren que se presente allí el ministro de Economía, Infraestructura y Energía de Mendoza, Enrique Vaquié; para explicarle la situación en persona. El propio intendente de San Carlos, Jorge Andrés Difonso, se ha comprometido a intervenir para que la reunión solicitada se concrete.
Quien ya prometió una visita al lugar para los próximos días es el actual director de Hidráulica, David Cangialosi. "Antes que nada hay que saber que se trata de una zona inundable, una zona de serio riesgo aluvional porque allí desembocan muchos afluentes. Nunca se debería haber permitido radicarse allí sin una planificación seria", apuntó el funcionario, quien dijo que lo ideal sería empezar a desarrollar una "policía de territorio" para avisar sobre estos temas.
El mayor problema se da por los desbordes del arroyo seco Divisadero Negro, que colecta el agua de lluvias de las Huayquerías y todo los montes del este de San Carlos. La traza de este afluente fue modificada años atrás y esto genera hoy las inundaciones.
Sin embargo, Cápiz está en una depresión donde confluyen aguas que vienen de distintos sectores. Al lugar, se le llamaba La Cieneguita, porque en "realidad es una ciénaga o un pantano donde el agua se acumula y va decantando hasta desaparecer", explicó Cangialosi. En las últimas tormentas, han aparecido complicaciones con otros cauces y afluentes.
Lo que Cangialosi quiere mostrar a los vecinos son las seis propuestas que tienen para dar una solución al problema aluvional del arroyo Divisadero Negro. Las iniciativas van desde la construcción de un dique, al estilo Papagallos, hasta proyectos menos ambiciosos.
Para Cangialosi, la obra viable es la de volver al arroyo a su cauce original. Para ello, deberá convencer a algunos propietarios que cedan parte de su terreno, que es donde pasaba el lecho histórico.
El director de Hidráulica dijo que esta obra fue licitada a mediados del año pasado y quedó desierta. Al parecer ninguna empresa quiso presentarse en el contexto de crisis económica e incertidumbre política que existía.