"Hay dos tipos sospechosos. Andan mirando los autos estacionados de la cuadra ¿Pueden enviar un móvil?". El texto -palabras más, palabras menos- es el de cualquier vecino conectado por medio de un grupo de WhatsApp a la comisaría de su barrio. Esta tecnología se ha incorporado a las tareas preventivas con grupos que se organizan por iniciativa de algunos jefes policiales y vecinos, quienes aseguran que los delitos han disminuido tras su uso.
Los oficiales de la subcomisaría Sánchez, ubicada en calle Boulogne Sur Mer en Las Heras, crearon uno de estos grupos en la app de mensajería hace un mes y medio aproximadamente. Acudieron a vecinos referentes de los distintos barrios de la zona y los agregaron al listado de integrantes. Pero el número de miembros fue creciendo y ya se han sumado unos 150 habitantes de barrios como el Cementista I y II, Reconquista, Alto Mendoza e Infanta, entre otros. La misma metodología se aplica en la subcomisaría de Real del Padre (San Rafael), en Luzuriaga (Maipú) o en Guaymallén.
"Implementamos este sistema porque las exigencias propias del servicio hacen que el personal resulte poco para cubrir los distintos sectores. Como no somos omnipresentes, concertamos con la comunidad diagramar un grupo de WhatsApp. Los vecinos escriben cuando ven alguna persona o vehículo sospechoso, si escuchan algún ruido extraño en los techos, cosas así", explicó a Los Andes el titular de la subcomisaría Sánchez, Manuel Angel López.
Y agregó: "El grupo se llama 'Vecinos en alerta SOS'. Los vecinos han sido adoctrinados en que es sólo para emergencias y se van incorporando cada vez más".
El subcomisario detalló que cada 15 días se reúnen con los habitantes de los diferentes barrios "para ver cómo va el curso de las acciones o si hay algo que mejorar". Así se ha ido afianzando el vínculo de los uniformados con la comunidad. De acuerdo a su relato, en la zona se cometen habitualmente asaltos exprés protagonizados por "motochorros" que luego escapan a los asentamientos cercanos.
Sus víctimas suelen ser quienes esperan el micro en las paradas o niños que juegan en esos barrios.
Pero con la implementación de la app, esos amigos de lo ajeno han optado por operar en otras áreas.
Lo que destacan ambas partes es que la comunicación se ha vuelto mucho más rápida y efectiva. "No sólo les decimos que se comuniquen al 911 sino que les hemos facilitado el teléfono de la dependencia y los corporativos de las movilidades. No hay forma de que no puedan comunicarse", detalló López. "Hemos logrado bajar notablemente el índice delictual en la zona y la comunidad ha comprendido que no podemos estar disgregados", agregó.
Vecinos conformes
"Al principio costó tomarlo con seriedad y sólo usarlo para temas de seguridad; siempre había peleas entre vecinos o se hablaba de otros temas. Hasta que empezó a dar frutos porque hubo acciones concretas en el momento justo. El grupo se usa para alertar y en casos de urgencia; está funcionando muy bien", contó a este diario Juan Carlos Fichele, el referente del barrio Reconquista en el grupo.
Y ejemplificó: "Damos alertas, le sacamos una foto a un sospechoso, se avisa si están timbreando, si robaron la rueda de un auto en tal lado. Das pistas y la Policía, que está dando vueltas, los encuentra. Me pasó que iba a buscar a mi hija y vi que a una chica le robaban el auto. Los ubiqué y di el aviso. Los ladrones se dieron cuenta y salieron corriendo pero recuperaron el auto robado".
Fichele explicó que los propios vecinos crearon un protocolo para emitir las alertas para que no se desvirtúe la función del grupo como ocurre con tantos otros, donde luego abundan memes, cadenas de oraciones o avisos vecinales que nada tienen que ver con la seguridad. Cada uno que se incorpora al grupo debe identificarse con nombre y domicilio. Eso también ayuda a reforzar vínculos entre vecinos.
“Hay que trabajarlo, dedicarle tiempo y tener el apoyo de la comisaría, lograr que la Policía lo entienda: ahora tenemos un subcomisario que lo entendió perfecto. Funciona muy bien, es instantáneo. Es una solución para la seguridad importantísima porque tenés los ojos de todos los vecinos avisando y los delincuentes no tienen cómo escapar”, remató Fichele.
Una comunidad solidaria
Si bien el objetivo principal de estos grupos entre policías y vecinos es el de la prevención, un hecho ocurrido días atrás sirve como muestra de cómo afianzan los vínculos en la comunidad. El pasado 23 de febrero, efectivos de la subcomisaría Real del Padre hicieron una colecta y organizaron el festejo de cumpleaños de un pequeño de 4 años, cuya familia no tiene recursos.
Los uniformados se enteraron de la necesidad de esa familia a través del grupo de WhatsApp que conformaron los vecinos y donde uno de ellos hizo un pedido solidario. Allí le hacen consultas al principal William Rubio -jefe del destacamento-, alertan por algún hecho delictivo o accidente y hasta comparten datos del clima.
"Cuando me enteré de esa situación le pregunté a los demás policías si querían colaborar y me dijeron que sí", contó entonces a Los Andes el principal Rubio.
Y agregó: “Primero la idea era hacerle llegar un presente pero después nos dijeron que no tenía torta, entonces ya pusimos dinero entre todos para la torta. La mujer de un policía hizo masitas y golosinas, hubo vecinos que también colaboraron y entre todos le pudimos festejar el cumpleañitos al niño”. Las fotos del festejo fueron compartidas en el mismo grupo y celebradas por todos sus miembros.
Esos lazos comunitarios, alimentados por el intercambio de mensajes y las reuniones periódicas, en ocasiones suma estas celebraciones. "Los vecinos están agradecidos con la nueva metodología y hace poquito nos agasajaron; eso es una caricia para el alma", cerró satisfecho el subcomisario Manuel López.
