Según los datos de los primeros tres meses de este año, para fin de 2019 cada argentino en promedio habrá consumido menos de 50 kilos de carne vacuna. Es el valor más bajo de la historia y desde el sector dijeron que nunca se vivió algo así. Los cortes que más cayeron son el peceto y la colita de cuadril.
De acuerdo a un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), durante los últimos tres meses el promedio móvil se desplomó a 49,6 kilos per cápita por año. Es el consumo más bajo desde 1990 cuando comenzó a hacerse este índice, año que coincidió con el récord de consumo con 78,23 kilos.
"Es el peor momento que me tocó vivir en 40 años de experiencia", afirmó ante la consulta de este medio Alberto Williams, vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, y lo adjudicó al aumento del costo de vida combinado con la caída del consumo y los salarios: "Al menos con la inflación de [Ricardo] Alfonsín, si en el supermercado remarcaban un precio, a mí no me importaba porque yo vendía. Hoy cuando remarcan sufro porque mi negocio ya no vende".
Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) en marzo el precio de la carne vacuna trepó 6,4 % con respecto al mes anterior y un 71,2 % en relación a marzo de 2018, casi 20 puntos por encima de la inflación general, que en febrero arrojó una variación interanual del 51,3 %.
Ante esta situación, el consumidor ahora busca lo "más económico y lo que más rinde, como carne picada y milanesa, que es cara pero rinde", puntualizó Williams, quien afirmó que los cortes que más sufrieron la caída fueron el peceto y la colita de cuadril.
"Cuando alguien hacía un estofado los usaba, pero hoy opta por la paleta que vale mucho menos", aseguró. En cuanto al asado, no cayó tanto porque sigue siendo una costumbre de muchos argentinos.
Con respecto a otras carnes, Williams dijo que "el cerdo está muerto porque es tan caro como algunos cortes de carne vacuna" y que el pollo tampoco se vende "porque subió mucho y tiene mucha merma, en un kilo perdés 400 gramos de piel, grasa y hueso".
En ese sentido, Williams advirtió que el consumo de carne vacuna no fue reemplazado por el de pollo o cerdo: “Ojalá tuviéramos un sustituto, estaríamos fenómeno, por lo menos el negocio sigue trabajando y comemos otra cosa”.