Netflix liberó recientemente un nuevo tráiler subtitulado de la quinta temporada de "Peaky Blinders" y, con su minuto y medio de duración, el avance no hace más que aumentar los niveles de ansiedad de los fanáticos, que tendrán que esperar hasta el 4 de octubre para ver esta nueva entrega por la plataforma de streaming.
"Los Shelby sienten los temblores del crack financiero de 1929 mientras Tommy lucha en dos frentes: la ambición familiar de la sangre joven y la amenaza fascista", adelanta la descripción oficial del clip en el canal de YouTube de la plataforma.
"Cuando duermo, sueño. Y en mi sueño alguien quiere mi corona... La gente cree que voy a caer ¿quién se quedará con el trono?", se pregunta en el avance Thomas Shelby, personaje interpretado por un absolutamente extraordinario actor: Cillian Murphy.
Entre las nuevas incorporaciones al elenco, el avance muestra a Sam Claflin ("Los juegos del Hambre"). Según se adelantó, el actor interpretará al líder fascista Oswald Mosley, un político británico conocido principalmente como el fundador de la Unión Británica de Fascistas. La actriz argentina Anya Taylor-Joy y el irlandés Brian Gleeson son otros dos de los nombres que figuran como nuevos fichajes de esta quinta temporada que se avecina y promete ser tan atrapante como las anteriores.
Esta serie, creada por Steven Knight y producida inicialmente por la BBC, hizo furor en el Reino Unido (como la que esta noche se mide en los Emmy: "The bodyguard"). Promovió blogs, una subcultura de tatuajes, listas de canciones, y supo despertar la admiración de actores que podrían haber interpretado a Thomas Shelby, su joven, elegante y sanguinario capo. David Bowie llenó sus últimas semanas de vida mirándola y Brad Pitt y Leo Di Caprio también la admiraron.
Basada en una pandilla real, completa con sus fotos de prontuario, transcurre en la Birmingham violentamente industrializada de los años 20, que tantos soldados aportó a la Primera Guerra. Su título alude a las distintivas gorras usadas por esta banda, ribeteadas de hojas gillette, con las que cortajeaban y cegaban a sus víctimas. En rigor, las hojas de afeitar tuvieron un uso muy extendido como armas intimidatorias a comienzos del siglo XX.