En la madrugada del lunes, Nicolás Pedernera (61), vecino del pueblo de La Paz se descompuso en su casa y enseguida, su familia llamó al hospital Illia pidiendo auxilio, pero la ambulancia que debía socorrerlo nunca salió de la cochera por falta de combustible. En medio de la desesperación, Pedernera fue sacado de la vivienda y cargado a pie durante algunas cuadras por su hijo hasta que fue arrimado al hospital por un móvil policial, aunque el hombre falleció ingresando a la guardia.
La novedad de una ambulancia que no hace su tarea por falta de combustible fue calificada por el Ministerio de Salud como "inadmisible" y ya se les pidió la renuncia a la directora del hospital y a su administrador, aunque en realidad, la muerte de Nicolás Pedernera solo desnuda viejas falencias que tiene el hospital Illia.
"Mi hermano padecía cáncer de pulmón y en la madrugada del lunes se descompuso y enseguida la familia llamó al hospital", relató Ángel Pedernera (54) y siguió: "La telefonista contestó que ya salía la ambulancia, pero pasaron 20 minutos y como no llegaba, mi sobrino volvió a llamar y entonces dijeron que la ambulancia no tenía combustible y que iban a mandar un móvil policial".
El relato de la familia cuenta que entonces hubo una discusión con el uniformado que llegó a casa y aseguran que el policía se habría negado a trasladar al enfermo y que por eso Lucas Pedernera, hijo de don Nicolás decidió cargar a su padre y en brazos y así salió por la calle rumbo al hospital.
"La casa de mi hermano está a unas diez cuadras del hospital y mi sobrino habrá corrido la mitad del camino cargando a mi hermano hasta que el patrullero los alcanzó y entonces sí, lo subieron y lo llevaron a la guardia", recordó Ángel. Lo cierto es que el hombre ingresó al hospital y enseguida, una doctora avisó que había fallecido.
"Capaz que era el destino y mi hermano se hubiese muerto igual, pero no es lo mismo porque estando tan cerca lo podrían haber auxiliado enseguida", señaló Ángel: "Lo que buscamos es que estas cosas no se repitan, que el hospital tenga médicos, ambulancias y que se atienda a la gente ante una emergencia".
Oscar Renna, subsecretario de Gestión Pública del Ministerio de Salud, explicó que se inició una investigación sumaria de lo ocurrido, con la declaración de los empleados del hospital involucrados: "Lo primero que hay que decir es que es inadmisible que una ambulancia no salga porque le falta combustible, la administración debe tener un plan alternativo incluso, ante la eventualidad de que no le vendan en la estación por una deuda y llegado el caso, el director tiene que poner plata de su bolsillo y luego la recuperará, pero la ambulancia no puede quedarse sin combustible".
Enterado del asunto, el ministro Matías Roby pidió a las autoridades políticas del Illia la renuncia: a la directora Claudia Terranova y a su administrador, Omar Rosales; ahora, el ministerio evalúa los sucesores y hoy, llevará una terna de nombres a La Paz para consensuar en el Concejo Deliberante el mejor reemplazo.
El hospital Illia recibe un promedio de 23.000 consultas anuales y el servicio atraviesa graves carencias desde hace años. La falta de ambulancias no es un problema nuevo, como tampoco la de especialidades básicas que no se brindan; además, el edificio tiene techos que se llueven, pisos que se hunden, un sistema eléctrico cargado de parches, baños que suelen estar clausurados y que ni siquiera fueron pensados para ingresar en ellos con una silla de ruedas; los inconvenientes son tantos que hacen necesaria una solución de fondo, como lo es la construcción de un nuevo hospital.
Según el gobierno, el hospital Illia tiene un presupuesto anual que ronda los diez millones de pesos, pero las carencias suelen estar a la orden del día y el municipio es un habitual colaborador comprando frazadas, tubos de oxígeno e incluso pagando el sueldo de parte del personal, como sucedió hasta hace poco con la pediatra y sigue ocurriendo con la radióloga.
"El hospital tiene problemas desde hace años y una administración que ni siquiera se lleva bien con los empleados. La noche en la que murió don Pedernera, había una ambulancia en viaje a Mendoza, otra que estaba rota y la tercera sin combustible. Desde la comuna colaboramos en función de lo que nos piden, pero si no me dicen no puedo estar sabiendo qué necesitan, no soy el Ministerio", dijo el intendente Gustavo Pinto.