A fines de abril, diario Los Andes publicó un extenso informe sobre el estado de la red de agua potable y cloacas en toda la provincia. Los datos provienen de la empresa Aysam y se acompañan de explicaciones del presidente de la empresa. Se decía ahí que "el 46% de la extensión de la redes de agua en el departamento Capital está en mal estado. En Las Heras el 53% y en Guaymallén el 47% del tendido está en condiciones regulares".
La situación se repite en toda la provincia, donde se considera que algo menos de un tercio se encuentra en buenas condiciones.
El presidente de la empresa explicó que las condiciones del tendido están vinculadas con la antigüedad de las cañerías y el material utilizado. Las de hierro acumulan sarro y van perdiendo capacidad de conducción, mientras que las de asbesto cementan y en muchos casos están a punto de cumplir su vida útil. En cuanto a la red cloacal, en la provincia el 36% está obsoleta, el 6% en estado regular, el 45% en buenas condiciones y del 12% no se conoce la situación.
A este respecto el Ing. Bataggion señalaba una situación muy interesante al decir que en una época se extendió el uso de cañerías de hormigón comprimido, pero no respondió como se esperaba: "En muchos sectores sólo queda la mitad inferior, mientras que la superior ha desaparecido producto de las reacciones químicas de los gases".
La red tiene una extensión de 3.000 km y desde la empresa reconocen que se deberían reparar o renovar unos 700 km. La preocupante situación actual es consecuencia del desmanejo de la empresa a partir de 2002 y hasta 2015, con la salida de los concesionarios originales, la reestatización y la injerencia sindical, por varios años en el control de la empresa.
Poco más de un mes más tarde de aquel informe se produjo la rotura de una colectora cloacal en Godoy Cruz, que transporta el 70% de los desechos del departamento. El derrame de líquidos fue a parar al Canal Cacique Guaymallén durante varios días, aunque desde la empresa se informó que se trataban con diversos productos químicos para evitar la contaminación.
Roturas similares se han producido en los últimos años en grandes colectoras de Las Heras y en Luján. La reparación demoró meses y en algunos volvieron a romperse. A la situación de la red debe agregarse que las plantas de tratamiento se encuentran trabajando al máximo de su capacidad.
Si bien la situación en materia de agua potable es algo mejor, hay zonas en las cuales en verano tienen muy baja presión o cortes. En la ciudad Capital a diario se pueden constatar roturas de cañerías de agua y obturación de cloacas, como ocurre en zonas críticas como las cercanías de la Penitenciaría.
En este contexto sorprende que se realicen importantes obras de repavimentación de calles sin que se haya aprovechado el levantamiento del antiguo pavimento para reparar o renovar lo que "hay debajo", más importante que "lo de arriba". Nos referimos a la red de agua, cloacas, gas.
Pareciera que los municipios y las empresas a cargo de esos servicios esenciales no han sabido o podido aprovechar la situación y realizar trabajos coordinadamente. Nos preguntamos cuánto tiempo se tardará en romper lo nuevo para arreglar lo viejo que quedó abajo y después hacer de nuevo lo de arriba.
En el caso de ciudad Capital existe para muchos vecinos una preocupación adicional, tanto para el agua potable, las cloacas y el gas, a consecuencia de importantes obras casi terminadas y otras por terminar.
Un caso es el conjunto de departamentos de Procrear, unos mil, ubicados en ex terrenos del ferrocarril en la Sexta Sección. Se preguntan si han realizado las obras necesarias de ampliación de las redes de agua, cloacas y gas. A su vez, el llamado a licitación para la construcción un complejo edilicio judicial en terrenos de la Penitenciaría alojará a miles de personas. Simultáneamente el municipio modifica el Código de Edificación para "densificar" la ciudad.
