Paula Hernández: “La ayuda de Érica Rivas fue fundamental para abrirme la cabeza”

La cineasta sostiene que su protagonista amplió el imaginario del film. Y que no dudó en trabajar con ella, luego del conflicto con Darín.

Paula Hernández: “La ayuda de Érica Rivas fue fundamental para abrirme la cabeza”
Paula Hernández: “La ayuda de Érica Rivas fue fundamental para abrirme la cabeza”

- ¿Tuviste ciertos reparos a la hora de convocar a Erica Rivas?

-Para nada, todo lo contrario...

-Te lo pregunto porque ella fue una de las dos actrices que se metió con Ricardo Darín, nuestro gran actor nacional…

-Sí, sí, entiendo por qué lo preguntás, pero para mí lo de Erica no fue un tema que tuviera que repensar. Erica puso un montón en esta película. Y también dirigí a Valeria Bertuccelli en “Lluvia”, y fue muy fácil. Erica tiene este guión en sus manos desde hace dos años.

En ese momento el conflicto (con Darín) no existía y, te repito, para mí no fue necesario repensar su protagonismo. Erica es una actriz muy talentosa, muy seria y tiene un nivel de comprensión y rigurosidad absoluta con lo que se está contando. Te digo más: su ayuda fue fundamental para abrirme la cabeza y ampliar el imaginario de lo que se estaba contando.

Historias de Familias

Una mujer madura y su hija de 14 años, sonámbula, en pleno despertar. Un matrimonio en los bordes de una crisis silenciada. Una familia ritualista, matriarcal y endogámica. Abuela, hermanos, primos.


    Rivas en una de las escenas de “Los sonámbulos”, que acaba de terminar su etapa de rodaje.
Rivas en una de las escenas de “Los sonámbulos”, que acaba de terminar su etapa de rodaje.

Un nuevo verano, sudor, alcohol, tradiciones. Cuerpos desnudos, cuerpos que cambian y las miradas sobre esos cuerpos nacientes. Un nuevo festejo de fin de año en la vieja casona histórica familiar es la encerrona para que los sonámbulos finalmente despierten.

La sinopsis de la película "Los sonámbulos" se caracteriza por las frases cortas y los puntos seguido. Parece un poema. O un inventario. Por suerte, del otro lado del teléfono está Paula Hernández, su directora y guionista. Menuda tarea la que nos toca –al cronista y a la directora-: a hoy, el filme es un proyecto inmaduro que apenas pasa del planteo y la crispación central de la idea. Sí sabemos que se acaba de terminar el rodaje.

Hete aquí la única certeza.

“Ni siquiera me senté a editar”, dice ella, y se la escucha algo abatida.

-¿Será muy larga?

-¿La película? Me parece que no debería tener más de 100, 110 minutos.

-¿Es un filme de interiores?

-Bueno, el 90 por ciento transcurre en una casona de campo. Son los pocos días de una familia que trabaja en una editorial, ellos son los dueños, y van a su casa de campo para la víspera de Año Nuevo.

-¿Cómo se te ocurren los temas de las películas?

-Siempre me cuesta explicar cómo se me ocurren las cosas. Supongo que son varias aristas. En este caso aparece algo de mi propia maternidad dispuesto alrededor de miedos y fantasías que pueden ocurrir o que uno tiene miedo de que ocurran. De que ocurran cuando una es madre.

Yo tengo una hija única de seis años. Hay algo con la maternidad y con la paternidad, pero entiendo que un hijo se construye en la panza de la madre y eso trae consigo un grado de intuición. La película plantea el desprendimiento con el hijo. Cuando a una se le acaba el control total. Las adolescencia de la hija es el momento de diferenciarse y encontrar otro mundo. La madre es Erica y la actriz adolescente se llama Ornella D'Elia.

-¿D'Elía con apóstrofe?

- Sí. D’Elía. Ella surgió de un largo proceso de casting. Tenía que encontrar una buena actriz porque se trata de un coprotagónico. Como hay situaciones de desnudos, no resultó nada fácil la búsqueda.

-¿Ornella es menor?

-Es menor. Para hacer la película necesitamos la autorización de los padres. Fueron varios encuentros. También es una historia sobre los cuerpos que cambian y son vistos por hermanos y primos.

Existen situaciones que bordean lugares bastante complejos. A los padres de Ornella hubo que darles el guión para que lo leyeran. Ellos leían y opinaban. Fueron muchas instancias. En el tramo final estuvimos entre dos chicas. En realidad, hubo más aspirantes, pero algunas no se animaron o sus padres se negaron. Para que te des una idea, empezamos el casting en febrero y lo terminamos en junio. Casi medio año eligiendo...

-¿Es una película de sensaciones, de estados de ánimo, de atmósferas...?

-Exactamente. Hay una trama, pero tiene algo bastante sensorial por como está contada. Una subtrama muy interesante es con la abuela, el personaje que compone Marilú Marini tejiendo hilos. Está Valeria Lois, está Daniel Hendler y está Luis Ziembrowski -esposo de Hernández en la vida real. Ellos son los hijos de Marilú.

Los hilos del cine nacional

-¿Ves cine argentino?

-Sí, claro.

-"Sí, claro". ¿Es una obligación?

-Nooo, pero me gusta. Sigo a directores como Anahí Berneri, Martín Rejtman, me gusta Natalia Garagiola, Benjamín Naishtat...

-¿Cuál fue la película que más te gustó últimamente?

-Vi “Rojo” (de Naishtat) y me gustó mucho, pero no debo ir al cine en medio de un proceso creativo propio...

-La angustia de las influencias...

-Y... me quedo pensando cosas, pensando cortes, pensando los distintos usos de la música. Para mí no es recomendable ver nada cuando uno está con su propia historia (sonríe).

-Hace poco Pierre Richard dijo que ya no le gustaba dirigir porque estaba cansado de embarcarse años en proyectos que después no duran más de dos semanas en la cartelera…

-Hacía mucho que yo no filmaba. Desde 2011. Hice cortos, trabajé para el canal Paka Paka, pero hacía mucho que no filmaba un largo y hacerlo fue un momento muy esperado. El vértigo es realmente enorme. Hacer una película que se filma en cinco semanas cuando las películas tienen, promedio, tres semanas de rodaje....

-Decís que te sobró tiempo...

-Hace 25 años, las películas se filmaban en ocho o nueve semanas. Hay proyectos que no precisan más de tres, pero Los sonámbulos hubiera necesitado diez días más de rodaje para reflexionar y resolver ciertas cuestiones... Igual estoy re contenta.

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