Paula Chaves reparte su tiempo entre tareas escolares de su hija Olivia (5), no le pierde pisada a Baltazar (3) y aprovecha el aislamiento obligado para disfrutar de su tercer embarazo.
A su vez es una de las protagonistas del exitoso reality de pastelería "Bake Off Argentina". El ciclo que comenzó su segunda temporada y se emite los domingos a las 22.15 por Telefé (Canal 9 repite en Mendoza en el mismo horario).
El concurso más dulce de la televisión plantea en formato de reality una competencia entre un grupo de aspirantes a pasteleros, que deberán sortear distintos desafíos culinarios.
El programa es una adaptación de "The Great British Bake Off", de la BBC y cuenta con un jurado de expertos integrado por los chef Christopher Krywonis, Damián Betular y Pamela Villar, encargados de elegir y eliminar a los participantes.
En su primera temporada en 2018 generó gran repercusión en el público. Esta noche se emitirá el tercer capítulo de la segunda entrega. "A mí me pasó que subestimaba la pastelería. Decía: tengo una receta y no la respetaba, le ponía un huevo menos que el correspondía y no te sale, no es lo mismo. Es una ciencia totalmente exacta. Y juega esto de plasmar en la cocina los sentimientos. Fue una experiencia muy linda hacer el programa, me volví fanática de "Bake Off" de verlo y hacerlo", cuenta Paula Chaves mientras se hace un recreo en su rutina familiar.
- ¿Cómo se vivís la cocina del programa?
- Es un equipo maravilloso, tanto la producción, el canal, el jurado. La verdad que se vive algo mágico en la carpa, porque yo anuncio el desafío y son dos horas y media totalmente concentrados en el reto: los protagonistas son los participantes. Se vive algo mágico, a tiempo real y todo lo que sucede en ese tiempo. Tanto yo como el jurado estamos al pie del cañón para ayudar. Es un silencio, emoción, adrenalina, nervios, pasamos por todos los estados.
-¿Pensaste que tu camino en los medios iba a tomar esta dimensión?
-Nunca lo pensé, siempre lo viví. En el momento que empecé a trabajar como modelo estaba feliz. Después se me presentó el "Bailando" y lo hice como un trabajo.
En el momento de mayor auge y popularidad estuve tranquila. No me creo ni el éxito ni el fracaso. Es un trabajo como el de cualquier otro y soy una persona normal.
Tengo mi familia, mis amigas del medio y amigas de toda la vida, mis abuelos, mis padres. Creo que eso es lo más importante, no creerse más que nadie porque estás en la televisión.
Primero el “Bailando”, después “Este es el show” y cuando me llamaron para conducir un programa de pastelería dije: “Qué voy a hacer conduciendo un programa así, y me mandé”. Me mando a todo porque me divierte no encasillarme.
Si el día de mañana me llaman para una ficción y lo analizaré, porque estudié varios años de teatro. Si uno hace las cosas con pasión, dedicación y amor es imposible que salgan mal.
Después el éxito va y viene y está acompañado de otras cosas. Pero disfruto de lo que me pasa y soy agradecida. Yo vi pasar a un montón de gente por el “Bailando” que llegaron con pretensiones y después todo pasa.
-¿Volverías a un formato como el "Bailando"?
-Me encanta ese programa porque la pasé tan bien que no descarto volver. Uno lo puede disfrutar desde su lado y no engancharse en cuestiones que no te interesan.
Es demandante por los ensayos, pero no digo “nunca más”. Además el “Bailando” me cambió la vida para bien, entonces por qué no volvería.
-Sos parte del mundo de la moda y a la vez te mostrás como una mujer natural, que muchas veces fue blanco de críticas.
-La exigencia no solo está en el mundo de la moda, sino que la sociedad es exigente y las mujeres lo somos. Yo subo una foto donde se me ve una estría y todos salen a criticar.
Como sociedad nos tenemos que deconstruir en un montón de cosas, porque ponemos el ojo perfeccionista desde un celular. El cuerpo perfecto no existe más. A mí toda la vida me han dicho que tengo que adelgazar 5 kilos, desde que tengo 18 años en el mundo de la moda me lo repetían siempre.
Mi mensaje siempre fue clarísimo: “Hay 35 modelos en la agencia que son más flacas. Yo soy así y el que quiera que me contrate”.
-Es una actitud positiva como figura pública y como mujer que atraviesa la maternidad.
-Yo engordo muchísimo en los embarazos porque mi cuerpo metaboliza de otra forma el proceso. Llevo 6 meses de embarazo y engordé 14 kilos. Mi cuerpo reacciona así. Tenemos que entender que somos diferentes.
Casada con el productor y actor Peter Alfonso, a quien conoció en 2010 mientras participaba del certamen conducido por Marcelo Tinelli, ahora la pareja espera su tercera hija, Filipa, que nacerá a mediados de junio.
-¿Cómo te llevás con la maternidad?
-Me encanta, amo ser mamá y lo disfruto. Me colapsa y me satura como a cualquier madre: pierdo la paciencia, grito, me arrepiento. Pero está en el proceso de aprender y redescubrirse.
Los hijos vienen a eso, a movernos la estantería. Creo que hay que naturalizarlo. Además todo pasa todo tan rápido. Te vivís preocupando por todo, para que tus hijos cumplan con el manual. Hay que disfrutarlo y ver los tiempos de cada uno, no hay que compararlos y ponernos metas imposibles.
-¿Cómo transitás este nuevo embarazo?
-Estoy feliz de que sea una nena. Tengo la experiencia de Oli que fue re tranquila. Baltazar es otra liga: él vino a movernos todo con una energía arrasadora. Aunque no sé si será tranquila. El otro día le decía a Pedro: "De los tres es la que más se mueve" (ríe).