Los pasajeros que llegaron con boletos a la estación Grand Central de Nueva York se encontraron con la sorpresa de sus vidas. Paul McCartney estaba ahí, en pleno concierto.
Los usuarios del tren escucharon las 24 canciones del recital que sucedía en un escenario armado detrás de cortinas negras; un recinto armado en exclusivo para que los invitados famosos -como Jon Bon Jovi, Meryl Streep, Amy Schumer, Kate Moss y Steve Buscemi- disfrutaran la selección de temas que recorrió los más de 50 años de carrera de Paul.
La presentación fue para promocionar su nuevo disco llamado "Egypt Station" y además de tocar tres canciones de dicha placa, McCartney interpretó los clásicos "Let it Be", "Can't Buy Me Love", "A Hard Day's Night" y "Lady Madonna".
El ex Beatle también escarbó en su repertorio para sacar temas como "I've Got a Feeling", "Hi Hi Hi" y "1985".
Con una apariencia nerviosa y parado en una plataforma con guitarra acústica en mano, el músico se equivocó dos veces en "Blackbird". Al confundir la letra él paró de cantar y comenzó con acordes desde el principio. Los fans lo ayudaron. "Conozco esta canción. ¡La escribí yo!", dijo frustrado.