"Save us" marcó el arranque de la visita del ex Beatle. Después fue "Can't buy my love". Hasta el cuarto tema estuvo con saco azul; se lo sacó y quedó de camisa blanca y jean. Paul McCartney apareció en el megaescenario montado en el estadio Mario Kempes y, en medio del griterío y la emoción de los casi 45.000 espectadores, arrancó en Argentina su gira "One on One", que continuará martes y jueves en La Plata.
La Nación on line destacó que luego de sus primeros temas saludó: "Buenas noches Córdoba" y no se privó del "hola culiados", repitiendo el característico término cordobés.
Sir Paul recorrió su historia como integrante de The Beatles, su etapa en Wings y sus años como solista. Lo hizo acompañado -como hace 14 años- por Paul "Wix" Wickens en teclados, Brian Ray en bajo y guitarra, Rusty Anderson en guitarra y Abe Laboriel Jr en batería.
Cada vez que un tema de los Beatles sonó el estadio asumió el clima de una ceremonia religiosa. "Yesterday" hizo que la multitud pasara del silencio emocionado a los coros eufóricos. Junto a "Something" y "Let it be" estuvo entre las que más aplausos generaron, aunque fue difícil medirlos en una noche que fue una fiesta.
Los tributos provocaron emoción y silencio. Primero fue -con su piano- "My valentine", dedicado a su esposa Nancy. Con su guitarra acústica hizo "Here today", una conversación imaginaria con John Lennon, y con el ukelele, "Something" su recuerdo para George Harrison.
El rock puro y setentoso se adueñó del estadio con "Hi, hi, hi", el tema de sir Paul que fue furor con su banda Wings en 1972. La canción fue prohibida por la BBC por entender que era una apología de las drogas. Anoche todo el Kempes la bailó y la coreó.
Sobre gustos no hay nada escrito y los argentinos lo respetan, por eso el exBeatle Paul McCartney, un acérrimo activista contra el consumo de carne, pidió excluir de sus conciertos la venta de alimentos a base de carne, lo que incluye los típicos sandwiches de chorizo cocido a las brasas (choripanes) que tanto gustaron a sus coterráneos los Rolling Stones cuando dieron varios conciertos en febrero pasado en Buenos Aires.
"Charlie se comió un choripán con chimichurri (salsa criolla)", había dicho Mick Jagger desde el escenario a una multitud delirante sobre el típico bocadillo argentino que probó su baterista Woods en su paso por Argentina.
El 'chori Stones' pasó a ser una sensación en los puestos callejeros de la ciudad, siempre presentes en los alrededores de los estadios de fútbol.