Patrulla nocturna: así son los operativos en barrios "calientes" de Godoy Cruz

Los Andes se subió a un móvil y recorrió las barriadas del Oeste del departamento, golpeadas por la venta de drogas.

Patrulla nocturna: así son los operativos en barrios "calientes" de Godoy Cruz
Patrulla nocturna: así son los operativos en barrios "calientes" de Godoy Cruz

"Ponga las manos contra el móvil, por favor", le dice un policía a un joven sospechoso que acaba de encontrar en barrios "calientes" del Oeste de Godoy Cruz. La madre del muchacho sale a la vereda y comienza a insultar al uniformado. Los vecinos han notado el movimiento policial y comienzan a reunirse en la esquina. Murmuran, miran con recelo, lanzan insultos. Después de comprobar que el sospechoso "está limpio", los uniformados lo dejan ir y suben a sus patrullas para continuar con el operativo.

El procedimiento es cotidiano para los miembros del Grupo Operativo de Godoy Cruz, un cuerpo conformado para la prevención de delitos. "El objetivo de estos operativos es frenar la bajada de delincuentes que actúan en barrios hacia el Este y dar un golpe a los deliveries y quioscos de droga en la zona", explica uno de los comisarios a cargo de las maniobras.


Policías rodean un automóvil sospechoso e identifican a los dos ocupantes, en una oscura zona del barrio Los Barrancos. | José Gutiérrez / Los Andes
Policías rodean un automóvil sospechoso e identifican a los dos ocupantes, en una oscura zona del barrio Los Barrancos. | José Gutiérrez / Los Andes

La charla con Los Andes se interrumpe. A unas cuadras policías han detenido a un hombre y piden apoyo a sus compañeros. No hay tiempo que perder. En cuestión de segundos el Grupo Operativo se sube a sus móviles y un equipo de este diario lo acompaña. El chofer circula a toda velocidad en una camioneta y se abre paso entre las calles con las balizas encendidas y el aullido de la sirena. En dos minutos el móvil llega al lugar, pero el aprehendido ya ha sido subido a un patrullero y es trasladado. El desplazamiento no es en vano porque la frecuencia radial alerta sobre otro hecho en un barrio cercano: un hombre ha amenazado con una pistola a su propia madre. Hacia allá se dirige el conjunto de uniformados, guiado por un sinfín de códigos que transmite el operador desde el Centro Estratégico de Operaciones. Pese a tener la descripción del auto y del sospechoso, no logran encontrarlo. Pero el patrullaje debe continuar.


Jóvenes que estaban en actitud sospechosa son requisados e identificados. | José Gutiérrez / Los Andes
Jóvenes que estaban en actitud sospechosa son requisados e identificados. | José Gutiérrez / Los Andes

Maniobras aceitadas

Tres motos policiales circulan delante de la camioneta mientras varias patrullas recorren calles cercanas. Los motoristas realizan arriesgadas maniobras por estrechos pasillos, barrancos, escaleras e interceptan a cada sospechoso en sólo segundos y con aceitados movimientos de estrategia.

El cuerpo está asignado a barrios como el Campo Papa, Bicentenario, Parque Sur, Vandor, Los Glaciares, Razquin y Los Barrancos. Antes de iniciar la recorrida, el Grupo Operativo tiene zonas marcadas por donde patrullar, aunque el recorrido puede variar si surgen novedades. Los policías ya conocen dónde se ubican habitualmente los "punteros" que venden drogas, dónde hay posibles "quioscos" de estupefacientes y "aguantaderos" y cuáles son las áreas donde viven personas conocidas por haber delinquido.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

Durante varias horas las maniobras se repiten cuando empieza a oscurecer. Se trata de operativos de saturación que se implementan por oleadas: los efectivos recorren la zona, identifican a sospechosos, marcan presencia en el territorio y horas más tarde vuelven al lugar y repiten el procedimiento. "El objetivo es no dejar tranquilos a los delincuentes ni a los que venden drogas. En cuanto nos ven llegar se esconden y dejan de operar, pero muchas veces logramos detenerlos", explica la principal Elizabeth Sánchez, jefa del Grupo Operativo en turno, mientras su compañero conduce el móvil y esquiva los improvisados lomos de burro realizados en estrechas calles sin asfaltar para dificultar el paso de las patrullas.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

El conductor del móvil circula con las balizas apagadas para no alertar de su llegada a los bandidos. Pero los chiflidos rompen el silencio de la noche: la presencia azul ha sido advertida y el aviso se dispersa por el barrio. Figuras borrosas se escabullen en los pasillos o ingresan a las casas para zafar de los efectivos. Algunas piedras llueven sobre los vehículos de seguridad.

Contra la pared

Los efectivos en motos han cercado a un grupo de jóvenes frente a una vivienda en el Campo Papa. Tras pedirles documentos, requisarlos y chequear los datos con el sistema biométrico de identificación, los agentes suben a las movilidades "disparados". Es que la frecuencia alerta que el auto en el que se mueve el joven que había amenazado a su madre y estaba armado ha sido interceptado a pocas calles del lugar.

Menos de un minuto basta para que el conductor sea rodeado por cuatro patrulleros y dos motos de la Unidad Motorizada de Acción Rápida (UMAR) que han acudido en apoyo. Sánchez y su compañero bajan del móvil. Ella porta una escopeta con posta de goma y refuerza la seguridad del perímetro mientras los agentes a su cargo revisan el rodado detenido e interrogan al sospechoso.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

Los vecinos se han alarmado y han comenzado a juntarse en torno a los patrulleros en una estrechísima intersección. Decenas de ellos son niños. "Trasladen a los detenidos a la comisaría y vamos antes de que empiecen los disturbios; van a tirar piedras en cualquier momento", advierte la jefa.

Un auto detenido en una oscura huella pegada al viejo autódromo en Los Barrancos, un nutrido grupo de sospechosos en una zona ganada por los "quioscos", cinco jóvenes que intentan escapar y refugiarse en un "aguantadero", un auto de alta gama estacionado en una intransitable calle. Uno a uno los sospechosos son reducidos e identificados, entre súplicas, gritos, amenazas o insultos de ellos o de sus vecinos y familiares. Algunos son detenidos y trasladados rápidamente a una dependencia policial cercana.

Luego de tres horas de patrullar la zona, la principal Sánchez les comunica a sus compañeros: "Nos replegamos a la base". Allí descansarán unos minutos; si alcanzan, comerán algo y volverán a salir en una nueva oleada para tener a raya a los delincuentes.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

El mapa del delito 

La Jefatura Departamental de Godoy Cruz lleva estadísticas de los delitos cometidos cada semana, de las áreas afectadas y de los procedimientos realizados. Eso permite trazar patrones e implementar operativos preventivos o represivos.

La información de cada comisaría se vuelca en un mapa donde figuran los delitos cometidos en cada jurisdicción. "Eso también nos permite buscar patrones, conocer el modus operandi de los delincuentes en cada zona y optimizar los recursos en la calle", explica el jefe departamental, comisario inspector Camilo Uvilla.

“Sólo desde agosto hasta fines de setiembre hemos logrado 50 procedimientos positivos en esta zona", agrega el titular de la comisaría 34, Hugo Sánchez.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

Balance

El siguiente es el balance que dejó sólo el operativo que presenció Los Andes, que se extendió por tres horas:

19 detenidos. Algunos tenían medidas pendientes

157 personas identificadas. Fue a través del sistema biométrico

Dos autos retenidos.

Tres motos retenidas. Fue por diversos motivos.

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