A un año de su estreno en Capital Federal, el unipersonal de puño y letra y dirección de Pepe Cibrián Campoy ha salido de gira y estrena esta noche en doble función (a las 20 y 22.30, Teatro Quintanilla, Plaza Independencia) en la provincia natal de su protagonista. Por su conmovedora exploración de Juana I de Castilla (1479 -1555), Patricia Palmer obtuvo el premio ACE como "mejor actriz protagónica".
Es que el cruce Palmer - Cibrián no ha podido ser más afortunado: la obra les ha dado a los dos nuevas ráfagas de oxígeno para animarse a explorar, desde lo dramatúrgico, territorios misteriosos, audaces e intimidantes.
Por un lado, Cibrián, cuyo nombre es sinónimo de musical, en este muy subjetivo acercamiento a un personaje histórico, se despoja de cada una de las pirotecnias del género para concebir un unipersonal apuntado en una dirección opuesta: su versión de Juana si bien tiene la atmósfera de una épica romántica, se cuenta en un espacio claustrofóbico, minimalista, de fantasmales claroscuros (en el escenario sólo está ella y una silla de madera tallada) y que gracias a la complejidad poética del texto (escrito en verso y español antiguo), se resignifican orgánicamente articulando dirección, palabras, puesta y actuación.
Por otro lado, no cabe duda que Palmer sale triunfante al encarnar ella sola el cuerpo y la voz de la torturada Juana en distintas edades (a los 16, 50, 29 y 76 años) y además, desdoblarse en otros personajes como Isabel La Católica, Felipe El Hermoso y su nieto, inclusive en su nodriza Luisa, dando una muestra cabal de histrionismo y versatilidad.
En una pausa del rodaje de la tira de Telefé "Señores Papis" (al aire también por Canal 9 Televida), Patricia recuerda cómo se inició esta relación profesional con Cibrián.
Patricia Palmer: -No conocía a Pepe personalmente y un día me llamó por teléfono. Nunca habíamos trabajado juntos. En esa llamada me habló de Juana y en mi fantasía pensé al principio que era una comedia musical pero me tomó por sorpresa que se tratara de un unipersonal escrito en verso. En ese momento me pareció imposible de realizar. Eran 70 páginas para que las interprete una sola persona y la verdad es que en aquella ocasión el texto me conmovió bastante. Pero me fui con una sensación de que era imposible de hacer.
- Pero recapacitaste...
- En realidad, al principio surgió la idea de hacer una función para que la obra fuera leída en público, como el mismo Pepe hace con su "Marica", pero a mí no me gustó la idea. Le dije que si la hacía, intentaría memorizar el cuaderno y él me invitó a juntarnos otra vez cuando lo hiciera.
- Eran 70 páginas. ¿No era intimidante?
- En ese momento había terminado de hacer tele. Me fui de vacaciones un mes a Cuba y me llevé el libreto. Allí cuando intenté memorizar los versos me dije que era imposible. Volví un poco decepcionada de mí misma y le dije a Pepe que sólo había aprendido las primeras 15 páginas pero de todas maneras él me alentó a continuar. Y en un mes y medio lo hicimos. Nos juntábamos todos los días, algunas veces con Pepe, otras con su asistente. Y de allí saltar al estreno.
- ¿Qué partes de la historia de Juana toma este relato?
- Aborda toda la vida de Juana. Se inicia cuando está encerrada en la torre y ella va repasando su vida, recordando a varias personalidades. Recordemos que ella pasa 46 años encerrada y muere a los 66 años.
- ¿Hay algo de esta Juana de ficción en el que te has sentido reflejada?
- De las cosas que me conmueven de Juana principalmente tiene que ver con su carácter denunciativo. La valentía que tuvo ella para denunciar la hipocresía de la Iglesia, la crueldad de la Inquisición, la corrupción del poder...parece que estuviéramos hablando de hoy, ¿no?
En realidad a ella no la encierran por loca, la encierran por bocona, por cuestiones políticas y de poder. Ella no estaba de acuerdo con las diferencias tan marcadas que había entre la monarquía y el pueblo. De hecho se escapaba para ir a las fiestas populares. Ella nunca quiso ser reina. Esto es como una tragedia griega, donde uno quiere dispararle al destino pero el destino te atrapa igual. A Juana no la mataron porque era muy querida y era reina.
- ¿La exploraste más allá de los límites del libreto?
- Sí, claro. A cada personaje le dedico una investigación completa y rigurosa. Este es un proceso muy apasionante y casi te diría el más valioso. Vi también muchas películas de esa época especialmente las relacionadas con las monarquías y leí varios libros históricos muy interesantes.
- ¿Qué impresión te ha dejado ella al conocerla más profundamente?
- En realidad, no conocía a Juana tan bien como ahora. Sabía quién era un personaje histórico por supuesto. Ahora me he dado cuenta por qué resulta tan interesante su vida tantos siglos después.
- ¿Cómo explora Cibrián a Juana en este viaje por su interior? ¿Es piadoso? ¿cruel?
- A mí me parece que el texto es maravilloso. No te lo podés imaginar. Es una suerte de travesía por todos los recovecos de una mente atormentada que atraviesa zonas de locuras pero también de lucidez y de contradicciones, de ternuras y de odios. El texto es muy movilizador. Además de actriz, soy psicóloga y te puedo afirmar que está muy bien definida la bipolaridad de Juana. Ella pasa por todos los estados y aún así es un personaje adorable. Hay también en la obra escenas bellamente obscenas. Tomemos en cuenta el tema de la sexualidad, acordémonos que ella no consideraba pecaminoso el placer sexual y lo expresó y lo defendió en la época de la Inquisición.
- ¿Cómo te sentiste durante el estreno?
- Estaba aterrada al cubo. Es que trabajo todos los años con elencos multitudinarios. Venía de hacer "Hamlet" , de interpretar a Gertrudis. Éramos como veinte actores en escena. Y me encuentro de repente con esta loca, sola ahí, la verdad que al principio era aterrorizador. Pero tomemos en cuenta que el público es cómplice y compra la fantasía, así que en el proceso, desistimos de los cambios de vestuario y de accesorios cuando me tocaba desdoblarme en otros personajes. En un unipersonal, el espectador se vuelve más activo, es más cómplice. No hay que subestimar al público pero tampoco hay que disfrazarse.
La ficha
"Juana, la loca" de Pepe Cibrián Campoy
En: Teatro Quintanilla, Plaza Independencia.
Con: Patricia Palmer.
Dirección general: Pepe Cibrián Campoy.
Día: hoy sábado 28 de junio.
Entrada: $80.
Función doble: 20 y 22.30.