Como presidente del bloque del Senado del Frente para la Victoria (FpV), el rol de Patricia Fadel en estos primeros meses del peronismo en la oposición ha sido ordenar la tropa hacia adentro, lo que también le ha dado protagonismo hacia afuera.
De vasta trayectoria legislativa (fue desde concejal a diputada nacional) cuenta que tanto en la Legislatura como en el Congreso compartió sesiones con el hoy gobernador, Alfredo Cornejo, y de esos tiempos guarda un recuerdo: “Nos peleábamos bastante”.
Ante la pregunta sobre el kirchnerismo, la referente de los azules se identifica primero como peronista y asume su responsabilidad en la reconstrucción del partido, tanto que admite que le gustaría presidirlo y encarar la renovación que, cree, necesita.
-En las sesiones tiene el rol protagónico, ¿Cuál es su misión en el Senado?
-Como presidenta del bloque, mi misión es que esté lo más ordenado posible, que haya debate interno. Trato de consensuar y escuchar mucho; de ahí llegamos a una conclusión y bajamos. Mi rol es que seamos opositores pero responsables, diciendo cuáles son las cosas que necesita la provincia y asumiendo en qué estado la dejamos.
-¿Cómo está la interna dentro del PJ?
-Lo que veo es que hay dos sectores bien diferenciados desde siempre, que es el Azul e Integración. Hoy no veo una pelea interna entre esos dos sectores. Sí hay puja de poder como en cualquier lugar, pero razonando que para poder volver a recuperar la Provincia tenemos que trabajar en conjunto, para dar una imagen diferente del peronismo.
-Hay una convocatoria a elecciones partidarias. ¿Cómo se tiene que dar este proceso de orden en el partido?
-En noviembre se vencen los mandatos y tenemos que hacer un Congreso previo porque hay que cambiar la carta orgánica.
El Consejo último que se votó es muy amplio, con muchos miembros. Me parece que ahora hay que volver a una estructura mucho más pequeña. Mi idea es intentar llegar a acuerdos para manejar el partido y no ir a una interna partidaria, que desgasta mucho, que implica un gasto económico y que la sociedad no vería bien.
-Hay algunos dirigentes que ya están trabajando para conducir el partido.
-Están Omar Félix, Adolfo Bermejo.. y yo también quiero ser presidente del partido. Me parece que es una buena oportunidad para que una mujer produzca la renovación, pero esto va a depender de las charlas y los arreglos. Respeto mucho a los dos y ambos tienen piné para hacerlo. Yo tengo más tiempo por la tarea legislativa. Me gustaría mucho que las mujeres comencemos a protagonizar (no sólo en la provincia sino en los departamentos) las presidencias partidarias.
-¿Cree que se recuperó el PJ de los últimos golpes electorales?
-No se recuperó de las últimas derrotas, que fueron muchas, y nosotros tenemos que volver a empezar con un esquema totalmente diferente. A veces el peronismo se encierra en sí mismo y no es lo que Mendoza quiere. Entonces, tenemos que empezar a armar una estrategia nueva, atentos a lo que la sociedad requiere. Esto no tiene que estar partidizado sino socializado.
Primero hay que ordenar el partido, para que no haya discrepancia. En segunda instancia, todo el que quiera protagonizar tiene que hacerlo, sin que nos transformemos en opositores entre nosotros.
-¿Cuáles son los desafíos de las próximas elecciones legislativas?
-Creo que la sociedad, cuando vota a nivel nacional y provincial, vota una esperanza diferente. Me da la sensación que hay mucha gente defraudada con la última votación.
-Hubo repercusiones por el acercamiento de algunos intendentes mendocinos a Sergio Massa. ¿El PJ está buscando referentes nacionales?
- Fueron ellos a esa reunión pero podríamos haber ido muchos más. Lo de Massa fue un ejemplo pero también lo fueron a ver a (Diego) Bossio, y también se van a empezar a reunir con gobernadores. Creemos que Massa tiene que ser parte del peronismo nuevamente y de la misma manera nosotros tenemos que ir viendo cómo se alinean estos planetas a nivel nacional , para ir buscando estos referentes.
-¿Quiénes podrían asumir este nuevo liderazgo?
- Puede haber un conjunto de líderes, entre ellos los gobernadores, como el salteño Juan Manuel Urtubey, o el del Chaco, Domingo Peppo. Hay varios que son interesantes. En esa línea renovadora de gobernadores, muchos son jóvenes, como Sergio Uñac, de San Juan. Junto con Massa, que es una de las personas que más mide en el país, pueden conformar una buena fuerza a nivel nacional.
-¿Cómo ve al bloque Cambia Mendoza después de 2017?
-No creo que (Omar) De Marchi no quiera tener legisladores propios y eso es bueno para la provincia. Necesitamos un tercero que empiece a tener la fuerza que antes tenía el PD. En el Frente Renovador está (Jorge) Difonso, que también va a aprovechar esto. No sé qué va a pasar con el PD, si (Carlos) Balter va a jugar fuerte o asociarse a Cornejo. Más pareciera esto último.
-Con respecto a la realidad provincial, ha sido crítica con Cornejo.
-No se ve un proyecto de provincia para Mendoza. No está en la agenda del Gobernador la Mendoza que quiere y hacia dónde debe crecer económicamente. Hoy nuestra industria y producción están en una seria crisis económica, al igual que la metalmecánica. Hasta está el mismo tarifazo. Cornejo debería haber tomado más cartas en el asunto.
-En este sentido, ¿no está condicionado por el desorden administrativo en el que recibió la provincia?
-Me parece que se puede trabajar en los dos canales: arreglar la administración, sin dejar de pensar en lo macro. El primer semestre muestra una baja en diversas actividades. La metalmecánica, afectada por la devaluación y el aumento del costo. El comercio y el turismo también registran importantes descensos que implican pérdidas de puestos de trabajo. La economía regional está en una grave crisis, tanto la vitivinícola como la frutícola, y no veo que Mendoza esté tomando medidas ni acciones proactivas.
-Ustedes se conocen desde hace tiempo ¿Cómo definiría a Cornejo?
-Creo que es un administrador prolijo, sagaz, que inventó en su momento el acuerdo de (Julio) Cobos para que él fuera vicepresidente y no le importó que la UCR se rompiera. Es buen administrador, que eso es importante, pero también es muy autoritario en sus formas y esto no es bueno. Quizás es bueno en una primera etapa para ordenar, pero después no sirve. Es muy personalista con su gabinete y todo lo que no pasa por él, no vale. Eso ata de pies y manos a sus ministros.
-Recientemente se renegoció el contrato con el Banco Nación y el Gobernador se lamentó por la deuda de los $ 2.200 millones que heredó de Francisco Pérez y que usted gestionó.
-La verdad que Cornejo puso, en la última parte del gobierno de Pérez, muchísimas trabas a todo el endeudamiento que necesitaba la Provincia. Una vez que ganó las elecciones, lo que hacía era llamar por teléfono al Banco Nación para que no le diéramos un nuevo endeudamiento. En realidad, él quería que Pérez terminara no pagando a nadie, como una estrategia política.
-Se la vio molesta con Pérez en la última etapa.
-Me parece que Pérez perdió el ritmo y el último año no se dio cuenta de lo que estaba pasando y que realmente había que ordenar la provincia, achicar el gasto público y no depender tanto de la benevolencia nacional. Para eso había que administrar mejor. Ésa fue una gran falencia que nos llevó a la deuda que tuvimos, porque la Nación le soltó la mano.
Nosotros tampoco pudimos darle más préstamos y no se pudo reordenar el gasto público.
-En el plano nacional, usted fue cercana al kirchnerismo. ¿Coincide en que Cristina Fernández es una perseguida judicial?
- Hay un manto negro alrededor de todo. Por un lado está bien que se juzgue a los que han sido corruptos y han robado; por el otro lado no creo que haya que judicializar tanto la política porque, si no, vamos a volver al “que se vayan todos” de 2001.
Los culpables, los que robaron, tienen que ser juzgados como corresponde, y si ella ha tenido alguna responsabilidad tendrá que ser juzgada. Pero si esto se hace de manera grandilocuente, como un gran triunfo, se perjudica institucionalmente a la Argentina.
-La ex presidente, ¿sigue siendo su líder y referente?
-Yo soy peronista y tuvimos algunas discusiones con ella por alguna votación mía que no les gustó, más allá de que durante ocho años, como secretaria parlamentaria del bloque, fui la que conseguía el quórum porque no teníamos número propio al principio. Dejé de coincidir en muchísimas cosas y en la forma, fundamentalmente. Estas formas nos llevaron a la derrota. Yo durante los últimos cuatro años no hablé nunca más con Cristina.
-¿Puede ser el principio del fin del kirchnerismo?
-En política nadie muere, pero no se sabe cómo se recicla. Es difícil de predecir. El peronismo necesita reciclarse, que surjan nuevas figuras, porque somos un movimiento fuerte pero que siempre tiene que estar liderado por alguien.
-¿Qué análisis hace del primer semestre del presidente Mauricio Macri?
-En este período se registró una fuerte desaceleración. Hay inflación con recesión. Veo una destrucción del empleo tanto en lo público como en lo privado; caída en la construcción y la industria en todas sus ramas. También han descuidado el sector social, la clase media. Están cargando todas las medidas sobre los asalariados y los jubilados.
Perfil
Patricia Fadel se inició en la política en 1983 en su departamento, Tunuyán. Alineada con el sector Azul que conducía Juan Carlos Mazzón, ha ocupado distintos cargos: fue concejal, legisladora provincial en tres oportunidades y nacional dos veces.
Su voto en contra del matrimonio igualitario le valió un áspero reproche del ex presidente Kirchner, que también era diputado en ese momento.
Su última función fue como miembro del directorio del Banco Nación.