La semana pasada terminó su mandato la histórica Patricia Fadel, una de la mendocina con más experiencia legislativa. A lo largo de 32 años estuvo en el Concejo Deliberante de Tunuyán, la Legislatura de Mendoza y el Congreso. Por primera vez desde 1987 Patricia Fadel no tiene destino fijo político -aunque se rumorea que le darán un cargo nacional en Mendoza- pero eso no la preocupa.
-Los votos no le alcanzaron para la reelección, ¿cómo sigue su carrera política?
Mi carrera política va a terminar cuando me muera.
-Es verdad que ocupará un cargo nacional en la provincia
No.
-Otras veces cuando quedó afuera de las listas la llamaron a los meses para Migraciones o el Banco Central, ¿ahora será así?
Siempre que trabajé en política lo hice en un proyecto y a través del proyecto terminé en un cargo. Pero nunca tuve como objetivo un cargo, eso se da por añadidura.
-Le deja la oficina a Lucas Ilardo y se va a Tunuyán. ¿A qué se va a dedicar?
Yo siempre trabajé en la parte privada. Me hice cargo las fincas de mi papá y de algunos alquileres. Porque en la política tenemos que ser independientes económicamente para poder decir lo que pensamos y no depender de un sueldo para actuar. Pero como dije mi participación en política va a continuar.
-¿Desde que lugar?
Anabel Fernández Sagasti y Lucas Ilardo me llamaron para trabajar con ellos. Esto es un proyecto a futuro del peronismo a partir de una figura nueva que podemos ayudar a potenciar dentro de la unidad y eso nos puede permitir recuperar la provincia. Yo hoy estoy trabajando en ese esquema. Peleados no servimos y el recambio generacional son ellos. Los que estamos de vuelta tenemos que ser generosos.
-¿Cómo es su relación con Fernández Sagasti?
Yo he visto en Anabel Fernández Sagasti una generosidad política que no tienen todos. Me llamó para trabajar con ella. Es muy estudiosa y ha aprendido mucho en el Congreso.
-¿Cómo está el PJ hoy en Mendoza?
Después de las PASO logramos una unidad en el PJ. Hoy no existen más los colores en el peronismo. Existen pesos territoriales, no facciones.
-¿En estos 30 años qué cambió en la política?
He notado una decadencia en todos los estamentos colegiados. No hay ideales firmes, no hay trabajo real, son aves de paso. Se han perdido ideales en todos los partidos y eso ha diezmado la política. Hoy todo es relativo,
-¿Cómo ve el rol de las mujeres antes y ahora?
Hoy tenemos más posibilidades y protagonismo pero también tenemos una cuota culpa de la no existencia. Cuesta que la mujer de un salto cualitativo y cuantitativo. Hay que tener territorio, no olvidarse de la gente, defender los valores, hay que discutir, pensar. Si a todo se dice que sí tampoco se existe.
Independiente e idealista
Con la vuelta de la democracia Patricia Fadel se acercó a la política de la mano de su por entonces marido Emilio Nahim. Él le propuso ser secretaria de la Juventud del partido en Tunuyán y le presentó a Olga Said, que había sido intendenta interventora del departamento.
-¿Cómo fueron tus primeros pasos en la política?
Mi exmarido era más grande y militaba desde los ´70. Empecé escuchando sus charlas y fui aprendiendo. Empecé muy joven y aprendí mucho al lado Olga Said y sus hermanas. Yo andaba en un Gordini y ellas en una camioneta Ford y recorríamos Colonia de las Rosas.
-¿Cuándo te presentaste por primera vez a una elección?
En 1985. Ese año el peronismo armó una elección de la rama femenina. Afiliabamos solo a mujeres y como no sabíamos hacíamos una ficha, la llevábamos a la Junta y le encontraban errores. Algunas fichas las hicimos hasta cuatro veces. Perdimos por 40 votos pero fue el principio de todo, organizamos una base propia y empezamos a crecer. Éramos independientes con la utopía de que se podía crecer solo. Éramos el Rojo Federal.
-En 1987 la eligieron concejal.
Sí. Bordón me vino a ver y me pidió que no le hiciéramos la interna a Silvanos y me propuso ser candidata a concejal en primer término. El peronismo unido ganó y entré al Concejo. Pero antes de asumir Silvano nos declaró la guerra entonces con la señora Romero de Nasif nos separamos del bloque.
-¿Y cómo terminó esa interna?
En las siguientes elecciones a intendente me presenté y perdí en la interna por pocos votos. Me habían propuesto ser legisladora provincial pero lo rechacé. Terminé el mandato y a los meses me llama Mazzón que era viceministro del Interior para que me hiciera cargo de Migraciones.
La “azul”
En 1995 y de la mano Juan Carlos Mazzón llegó a la Legislatura como diputada. En el 2001 se encargó de la coordinación de Diputados. Fue senadora provincial entre 2003 y 2007, y después diputada nacional hasta el 2012.
-¿Cuánto tuvo mucho que ver "El Chueco" en su carrera política?
Era mi padre político. Lo conocí a través de Teresa Oldrá. Mientras estuve en Migraciones me hice azul. Era el único en el que confiaba y creía.
-¿La aconsejaba?
Yo hablaba todo con él, me decía que hacer y con quien hablar. Me orientaba. El me ofreció ir a Migraciones y al Banco Nación. Me acuerdo que yo le rechacé el ofrecimiento a Manzano y me llamó “El Chueco” y me dijo ´Nunca en política se dice que no. Para renunciar hay tiempo´. Eso me quedó grabado.
-¿Alguna vez usted le pidió algo y él le dijo que no?
Sí, cuando quise ser vicegobernadora en la fórmula con Pardal. Fue claro y me dijo ´Si perdés te quedás afuera´. Tenía razón y al final terminé siendo diputada nacional.
-¿Qué pasó cuando se murió?
Sentí que se murió mi padre político. Nos quedamos huérfanos, él nos ordenaba y protegía. Es una figura irremplazable. Era un hombre reconocido por su capacidad, su solidaridad, por no abandonar a la gente de cualquier partido. Protegía a todos. Después de su muerte el PJ quedó un poco desarmado en Mendoza y en todo el país. Cuando yo iba a verlo, había desde concejales hasta gobernadores. El atendía a todos. Era muy amplio y tenía relaciones en todas las provincias y armaba.
Una mujer peronista
Fadel siempre trabajó armando estructuras a su alrededor. En 2003 llegó a la presidencia del bloque por el tejido de relaciones que hizo con las mujeres que asumían. En el Congreso, llegó a ser secretaria parlamentaria de bloque por la excelente relación laboral que tuvo con Agustín Rossi.
La única vez que no fue obediente fue con la ley de matrimonio igualitario y le valió quedarse afuera de las listas en 2015. “Una cosa es votar en contra y otra es operar en contra, y yo operé en contra pero fui fiel a mis principios”, recordó.
Vida personal
Patricia Fadel estudió Economía. Se mudó a la Capital junto a su hermano que estudiaba para Contador. Su papá les había comprado un departamento para que no tuvieran que viajar.
Pero cuando terminó primer año se casó y tuvo que elegir entre la carrera universitaria y el matrimonio. Su esposo era médico y casi 10 años mayor.
Volvió a su pueblo y además de ser ama de casa, trabajaba en las tiendas “La Princesa” que su papá tenía en La Consulta, Tupungato y Tunuyán.
Tuvo tres hijos a los 20, 24 y 28 años. El segundo se enfermó y falleció cuando ella era coordinadora de Diputados.
A pesar de tener funciones y cargos que la obligaban a vivir lejos de Tunuyán nunca se mudó y vive en la misma casa hace décadas. Es más, mantiene el mismo número de teléfono desde 1992. “Todos saben que pueden llamar y mandarme un mensaje si necesitan algo. Yo me debo a la gente”, explicó.
Entre sus deudas pendientes está terminar una carrera universitaria, porque además de Economía también estudió dos años Abogacía mientras estaba en Migraciones pero no terminó.