Por Néstor Sampirisi - nsampirisi@losandes.com.ar
¡Qué semanita, amigos! Monotemática, cansadora. Que Scioli, que Macri, que Aníbal, que Paco, que el balotaje. Pero, detrás de esa maraña "balotajera" aparecen algunos temas que no merecen naufragar en el océano informativo.
- De ñoquis y otros platos. El festival de nombramientos no tiene fin. Ya sabemos que familiares, amigos y favorecedores de funcionarios del Gobierno fueron acomodados de apuro en cargos del Estado. Ahora nos enteramos de que en los últimos meses casi 270 personas han ingresado a la planta de personal de la OSEP, que no prestará buenos servicios pero que empleados no le faltan. En una sola resolución se efectivizó a 253 personas mientras que otras 19 fueron nombradas o ascendidas de un plumazo. ¿Y Guaymallén? Está que arde.
El intendente electo, Marcelino Iglesias (UCR), le pidió al actual, Luis Lobos (PJ), que cuando termine el mandato renuncie al cargo de planta que tiene y que, de paso, también renuncie la decena de familiares con cargos en la comuna. Todo porque, según un informe, la Municipalidad tiene 4.100 empleados y sólo en cargos jerárquicos suman más de 1.500, cifra que supera al total de la planta de la Municipalidad de Godoy Cruz, por ejemplo. El jueves 29 la agrupación política Libres del Sur repartió platos con ñoquis en la explanada de Guaymallén. Pura sutileza.
- La búsqueda del tesoro. El gobernador Francisco Pérez juró que ayer se pagaría la totalidad de los sueldos y que no ocurriría como en octubre, cuando debió recurrir al pago escalonado. Peregrinó días por despachos en Buenos Aires y calentó el teléfono con llamados pero el tiempo pasaba y la plata no aparecía.
Tanto que el viernes por la mañana aún no tenía los 800 millones de pesos que habían prometido girarle -sin origen preciso- desde la Nación. Y, ¿saben qué? No pudo cumplir su promesa: habrá pago escalonado nomás. Mientras, los municipales de Santa Rosa y de Luján, que reclaman por atrasos de hasta dos meses, y los gremios estatales ya protestan a cuenta. La consecuencia de administrar como si el Estado fuese un barril sin fondo.
- En el nombre del Viti. Al final pasó lo que iba a pasar: el radicalismo avanzó con la idea de bautizar con el nombre de Víctor Fayad a la Peatonal Sarmiento. Si el Senado aprueba el proyecto, la calle tendrá tres cuadras con el nombre del ex intendente y otras tres conservarán el apellido del prócer nacional sanjuanino.
Hay que recordar que también existen propuestas para darle el nombre de Fayad a la apertura de la calle Godoy Cruz y al bulevar de acceso al complejo Arena Maipú. No es que el Viti no se merezca los homenajes pero, ¿no nos quejamos tanto de ese culto a la personalidad que hace el kirchnerismo?
- Avanzada secesionista. Encabezados por los movilizados vecinos de Bowen, sigue la cruzada de algunos distritos mendocinos por lograr la autonomía de los departamentos a los que pertenecen. Ya está presentado en la Legislatura un pedido de sesión especial que aún no tiene fecha pero la idea es concretarla antes del recambio legislativo e insistir con otra apenas asuman los nuevos diputados y senadores.
La expectativa política, no obstante, no es mucha. Se dice que el gobernador electo no ve con buenos ojos la idea separatista y que también enfrenta la resistencia de los intendentes de las comunas "amenazadas".
- Escuela con policías. El corresponsal de Los Andes en la zona Este, Javier Hernández, fue hasta la escuela técnica de Santa María de Oro, en Rivadavia. Le habían contado que tenía un par de aulas inhabitables desde hacía algún tiempo. Pero cuando llegó se encontró con mucho más que eso: galerías apuntaladas, baños colapsados y, es cierto, las aulas están clausuradas... desde hace 3 años. Pero la frutilla del postre fue encontrarse con una vigilancia policial permanente en el patio.
Los agentes custodian mientras los chicos hacen actividad física, están en el recreo o en las aulas. Una medida que se tomó por las habituales agresiones y robos que sufren alumnos y docentes de parte de vecinos de un asentamiento lindero al establecimiento. Ya sabemos que en educación y seguridad todo está perfecto. Salvo algunos detallitos.
- Tsunami “oligarca”. No pude resistirme y me despido con algo electoral. La última elección muestra que el mapa mendocino dejó a varios intendentes heridos y unas pocas confirmaciones de liderazgos. En 13 departamentos triunfó Mauricio Macri y en cinco Daniel Scioli. El indestructible lavallino Roberto Righi (PJ), el sanrafaelino Emir Félix (PJ) y el incombustible Sergio Salgado (PJ) sobrevivieron al aluvión, pero el alvearense Walter Marcolini (UCR) y el malargüino Jorge Vergara Martínez (UCR) sufrieron su primer revés electoral antes de asumir.
Las aguas del cambio también se llevaron a los Bermejo (PJ) en Maipú y al mismísimo Jorge Giménez (PJ) en San Martín, líderes indiscutibles en sus territorios. La buena noticia es que el verdadero dueño del voto es cada mendocino cuando ingresa al cuarto oscuro.
Como sea, habrá que aguantar. Se vienen días encantadores. Naranja o amarillo. Montaner o Tan Biónica. Lancha o fútbol. Relato o realidad. Miedo o esperanza. Continuidad o cambio. Esa es la cuestión.