La Selección argentina llegó a México con más dudas que certezas. Los malos resultados conseguidos en la previa habían llevado a que Bilardo estuviera en la cuerda floja.
De todas maneras, el 4 de mayo, en el último partido antes de instalarse en México, le ganó 7 a 2 a Israel y tomó algo de aire. Aquella tarde los goles los convirtieron Almirón (3), Maradona (2), Borghi y Tapia.
El equipo nacional fue el primero en instalarse en el Distrito Federal. Bilardo buscaba así tranquilidad para trabajar, pero hubo una situación que complicó la previa.
El 15 de mayo de 1986, Daniel Passarella jugó su último partido con Argentina en el que fuera empate a cero contra el Junior de Barranquilla. Su despedida de la Selección terminó con una amarga expulsión al promediar el segundo tiempo.
Más tarde, un brote de enterocolitis, una infección intestinal y un desgarro producidos durante la concentración del equipo en el Distrito Federal de México, le impidieron disputar su tercer mundial como titular.
Con el tiempo se dieron a conocer otras versiones no oficiales sobre lo que sucedió. Una de ellas pertenece a Maradona, quien contó en su libro autobiográfico “Yo soy el Diego de la gente” cómo terminó su disputa por la capitanía con el ex central de River: “Nosotros nos habíamos peleado en la concentración del América de México (…) Yo llegué quince minutos tarde a una reunión junto con los… rebeldes (…) Y entonces nos comimos un discurso de Passarella, bien dictador (…) Estaba queriendo ganarse al grupo de esa manera, sembrando cizaña, inventando cosas, metiendo palos en la rueda. Quería ganárselo desde que había perdido la capitanía y el liderazgo (...) Lo agarró a Valdano, que es un tipo muy inteligente, a quien todo el mundo escuchaba (…) y le metió en la cabeza que yo estaba llevando a todos a la droga (…) Entonces me planté en medio de la reunión (…) y con Passarella presente, conté todo lo que sabía de él y se hizo un silencio profundo… (…) Ahí se rompió todo. Ahí le agarró la diarrea, el mal de Moctezuma, cuando la realidad era que todos meábamos por el culo.
Ahí le dio el tirón, ésta es la verdadera historia”.
Otra de las versiones, de Ariel Borensztein, habla del papel que jugó el seleccionador argentino en dicha concentración: “Bilardo no tenía excusas para marginar a Passarella, quien (…) en la temporada 85-86 (…) había marcado once goles con la camiseta de la Florentina y se había convertido en el defensor que más goles hizo en un torneo en la historia del fútbol italiano (…) Llegado al Distrito Federal, Passarella empezó a sentir molestias estomacales (¿similares a las de Branco?): se pasaba más tiempo en el baño que en los campos de entrenamiento (...) por lo que tuvo que ser remplazado por José Luis Brown, un ex Estudiantes (…) La extraña enfermedad de Passarella le permitió a Bilardo disputar el Mundial sin la tensión y la inseguridad que le generaba tener un enemigo en el equipo. Las cosas no podían ser mejores para el entrenador: Diego Maradona, a quien le había confiado la capitanía, fue la gran figura del Mundial”.
El 29 de mayo de aquel año, Los Andes publicó (ver aparte) unas declaraciones del Kaiser en la que aseguraba que “es un Mundial muy lindo para jugar porque todos tenemos chances de ganarlo”, lo que demostraba que tenía intenciones de jugar.
Passarella había sido una figura importante en la Eliminatoria del año anterior e, incluso, una jugada suya terminó en el gol que dio la clasificación al equipo.
Esto derivó en que José Luis Brown, quien en ese momento, estaba libre y cuaya convocatoria había despertado muchas críticas, terminara siendo titular indiscutible.
Colombia renuncia
En junio de 1974, la FIFA designó a Colombia como sede de la Copa Mundial de Fútbol de 1986. Sin embargo, con el paso del tiempo, la posibilidad de que el país pudiera realmente albergar el evento se fue desvaneciendo. Una serie de exigencias establecidas por el Comité Ejecutivo de la FIFA no podían ser cumplidas por el Comité Organizador.
México, otra vez, elegido
La renuncia de Colombia a la sede del mundial de fútbol de 1986 fue confirmada por la FIFA el 5 de noviembre de 1982. Para la elección de la nueva sede hubo cuatro países candidatos: Canadá, Brasil, Estados Unidos y México, aunque Brasil se retiró poco antes de la designación mientras que Estados Unidos, que no tuvo mucho apoyo, prefirió organizar una mejor candidatura para la Copa Mundial de Fútbol de 1994 de la que resultó electo y ambos países inclinaron su apoyo a la candidatura mexicana. Finalmente, el 20 de mayo de 1983, se designó por unanimidad a México.
El terremoto del 85
La realización del torneo en ese país estuvo en peligro debido al terremoto suscitado principalmente en la Ciudad de México y Estados vecinos la mañana del 19 de setiembre de 1985 a ocho meses de la fecha de arranque de la justa, siendo a la fecha el peor ocurrido en la historia de México produciendo más de 10.000 muertes y demandando una inversión de 2.000 millones de dólares para la reconstrucción por lo que el comité organizador tuvo pensada la suspensión del torneo.
Forma de disputa
El formato del torneo volvió a cambiar. La segunda ronda ya no sería una fase de grupos, como sucedía desde 1974, sino que volvería al antiguo sistema de eliminación directa, pero en esta ocasión se agregarían los octavos de final debido al aumento de participantes.