Paso Pehuenche: horizontes y desafíos

Hace días se habilitó el Paso Internacional Pehuenche al transporte de cargas. Un logro muy importante, que aliviará al Cristo Redentor.

Paso Pehuenche: horizontes y desafíos
Paso Pehuenche: horizontes y desafíos

En el marco de un acuerdo entre el Gobierno nacional y el de Chile, el Ministerio de Transporte de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV),  habilitó el paso de carga pesada por el Paso Internacional Pehuenche.

De esta manera, la ruta nacional 145 -no hace mucho ampliada y asfaltada- se convierte en otro verdadero corredor bioceánico por donde se podrá no sólo intercambiar la producción de ambos países, sino también alcanzar otros puertos del Pacífico para exportar con un camino alternativo a otras vinculaciones terrestres.

Esta nueva posibilidad del cruce de unidades de carga es un avance para la logística y para el intercambio comercial entre Argentina y Chile, ya que acortará distancias, y aliviará en parte el tránsito a través del Paso Cristo Redentor.

El transporte de carga pesada por este lugar, distante a 142,8 km de la ciudad de Malargüe, incluye la carga de unidades selladas, es decir, que hacen aduana en el origen y no se abre el cargamento hasta llegar al destino; carga peligrosa (principalmente gas y petróleo) y en lastre (vacíos). Esto marca un hecho histórico en el Sur mendocino, abriendo lazos para el desarrollo económico-comercial de las regiones, sumado a la actividad turística que hay a uno y otro lado de la cordillera.

Hace diez días se inauguró esta comunicación para el transporte pesado, gracias a un esfuerzo conjunto entre los dos países, que desde ambos lados trabajaron para dejar el  Pehuenche en forma transitable para todo tipo de vehículos. De esa forma, los lazos comerciales de Argentina y Chile se afianzaron un poco más.

En conjunto, entre la DNV y Vialidad provincial de Mendoza, se construyó un playón en el kilómetro 36 de la ruta 145, con el objeto de que se estacionen los camiones y Gendarmería Nacional realice allí los controles y que el  tránsito sea fluido.

En 2017 el Gobierno nacional había finalizado  la pavimentación total del Paso Internacional Pehuenche, convirtiéndolo en un corredor totalmente asfaltado. A partir de estas obras, este paso sureño se posiciona como alternativa concreta a Cristo Redentor, por la ruta nacional 7, para cruzar al vecino país, permitiendo un ahorro de cientos de kilómetros  al sur de Mendoza.

La historia contemporánea de este paso meridional marca algunos hitos, según el delegado de la Zona Sur de la DNV, ingeniero José Bernardo Cortizo, un experto de la geografía de caminos de esa parte de la provincia.

Recordó el profesional que en 1961 se efectuó el primer encuentro binacional entre representantes de ambos países, que imaginaban el modelo moderno de comunicación física a través de una ruta con conexión a la Región de El Maule (Séptima Región).

Posteriormente, la proyectada complementación se complicó a fines de 1978 por el Conflicto del Beagle.

El cardenal Antonio Samoré y su mediación  devolvió la concordia y los lazos de integración se reanudaron. Un hito más lo encontramos en 1996, cuando se transfiere de Vialidad provincial a la DNV la ruta provincial 224 que se convierte en la nacional 145. Época de despegue por cuanto la Nación dirige su mirada a los 12 pasos fronterizos priorizados en acuerdo entre ambas naciones y a partir de fuertes compromisos presidenciales.

Entre 1996 y 1998, con recursos de la provincia de Mendoza -decisión del ex gobernador Lafalla- se inician los cuatro estudios de ingeniería y evaluación ambiental de las tres  secciones de los 75 kilómetros de la ruta 145, desde Bardas Blancas al hito fronterizo. En 2016 se concluyen las obras en ambos lados de la cordillera de encarpetado asfáltico del paso y se lo habilita para transporte terrestre liviano, hasta llegar a la reciente  habilitación del tránsito de cargas.

Ya se piensa en lo que viene: el primer invierno con cargas circulando y como vínculo “complementario” de Cristo Redentor.

A partir de ahora se esperan muchos progresos y más desafíos para mejorar esta puerta que se ha abierto en esas latitudes.

En materia de infraestructura vial y de servicios, están concebidas circunvalaciones a las ciudades cabeceras de San Rafael y Malargüe para evitar el tránsito en sus radios urbanos; estaciones de logística y transferencia de cargas y transporte multimodal. La emblemática ruta nacional 40 deberá ser una vía ágil de comunicación como lo es la autopista 5 de Chile.

Con los avances de la integración las prioridades se modifican y en esto el Estado nacional debería poner la mira y levantar el Puerto terrestre Pehuenche en el sur de Mendoza o el Aeropuerto Pehuenche, para que exista simetría entre ambos países.

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