Pasó la mitad de su vida en un pabellón de la muerte por un crimen que no cometió

Vicente Benavides fue acusado de violar a una beba de 21 meses. Una autopsia falsa lo condenó y 25 años después anularon su sentencia.

Pasó la mitad de su vida en un pabellón de la muerte por un crimen que no cometió
Pasó la mitad de su vida en un pabellón de la muerte por un crimen que no cometió

El año 1991 fue el más difícil en la vida de Vicente Benavides Figueroa. El mexicano, de por entonces 29 años, fue sentenciado a muerte luego de ser acusado de violar y asesinar a una beba de 21 meses.

Era el 17 de noviembre de ese año cuando la beba, Consuelo Verdugo, junto a su hermana mayor de 9 años, fueron dejadas al cuidado del novio de su madre: Vicente Benavides.

Ese mismo día Consuelo fue llevada de urgencia al hospital Delano Regional Medical Center, con graves lesiones en la cabeza y el abdomen, muriendo dos días después.

La autopsia realizada a la beba dio como resultado que había muerto "por trauma debido a una herida tras una penetración anal". Debido a este informe, la fiscalía pidió la muerte del mexicano.

Desde el primer momento del juicio Benavides Figueroa se declaró inocente y contó su versión de los hechos.

El hombre aseguró que mientras estaba preparando la cena, la beba se alejó de la casa y él pensó que se había ido con su hermana mayor.

Unos 15 minutos después, la nena de 9 años regresó a casa pero sin su hermanita, por lo cuál Benavides Figueroa salió a buscarla encontrándola en un estacionamiento, junto a un auto, con los ojos abiertos pero sin emitir sonidos.

Los abogados defensores sostuvieron la tesis que la pequeña fue embestida por un auto.

Hace un par de días, 25 años después de los hechos, la Corte Suprema de California (donde sucedió el caso) anuló el fallo motivando su decisión en que: las pruebas usadas para acusar a Benavides Figueroa eran falsas, incluido el informe de la autopsia de la beba.

Una especialista en el campo de los abusos y violaciones sobre niños, Astrid Happenstall Heger, revisó todo los informes y se dio cuenta de que la pequeña no había sido violada y la laceración anal se debió a las prácticas médicas de urgencia que se usaron para salvarla.

El 4 de abril habrá un nuevo fallo en el que se espera que el hombre de 54 años sea dejado en libertad por inexistencia de delito.

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