Si algo destaca la figura del madrileño Ángel Corella (37) es su inagotable pasión por la danza y un impulso casi biológico por hacer de su creación, el Corella Ballet (desde 2012 Barcelona Ballet, luego del asentamiento en esa ciudad mediterránea) uno de los máximos exponentes de la danza clásica actual no sólo de España sino del mundo entero.
Esa arrolladora energía creadora que lo llevó a fundar, en 2008, la primera -y única- compañía clásica que tiene el país ibérico, es también de la que echó mano este madrileño de 37 años para defender a su creatura -solventada casi exclusivamente por empresas privadas- y conseguir el dinero necesario de un estado español en crisis que, como la Argentina que supimos conseguir, parece siempre querer expulsar a sus propios talentos.
Precisamente con la ilusión justiciera de darle un giro a esta historia repetida, es que el 28 de junio pasado se despidió del American Ballet Theater de Nueva York, donde fue figura principal por más de una década, para volver a su país natal e intentar el reconocimiento desde allí. “El lago de los cisnes” junto a su amada compañera Paloma Herrera le sirvió a Corella para cerrar la etapa estadounidense y comenzar un periplo español que derivó en el apoyo económico de Catalunya y en el cambio de nombre a Barcelona Ballet de una agrupación que él mismo dirige y coreografía, además de ser el bailarín principal, pero que sigue sin contar con los presupuestos oficiales necesarios de cualquier compañía nacional que se precie.
“En la Argentina tienen el Ballet del Teatro Colón, en París el de la Ópera, en Londres el National Ballet, pero en España no les interesa tener una compañía de ballet propia”, dijo Corella desilusionado en una entrevista reciente.
Pero si iniciamos esta nota hablando de “pasión inagotable”, es también porque nada parece derrotar a este gran artista que, capaz de jugarse todo por la danza y por “su” ballet, hoy ha vuelto a lanzarse al mundo para dejar sentado un talento que ya fue aplaudido por personalidades como la reina Isabel II, el ex presidente Bill Clinton y la actual primera dama estadounidense Michelle Obama, entre muchas figuras más.
La gira argentina
El clasicismo puro -incluso hispano- fue la marca inicial de Ángel Corella y su ballet, la que luego derivó hacia nuevas modalidades expresivas que hoy recorren ritmos folclóricos universales y hasta singulares fusiones de pop rock.
Es en este marco, neoclásico y contemporáneo, con el que el bailarín llega ahora a nuestro país para debutar hoy en Mendoza con un espectáculo que intentará satisfacer a los gustos más exigentes y que ya ovacionó el público de otras latitudes.
La presentación de esta noche en nuestro Teatro Independencia (Chile y Espejo) será la primera de la compañía en nuestro país, ya que el próximo viernes está prevista su actuación en las tablas del Teatro Coliseo en la Capital Federal.
El espectáculo
Ángel Corella y el Barcelona Ballet llegan al país con un espectáculo de cinco cuadros coreográficos que saltan de un estilo a otro, aunque sin perder la esencia hispana de su creador, y que intentarán demostrar que lo clásico no está obsoleto ni reñido con la modernidad, sino que sigue permitiendo la incorporación de nuevos lenguajes escénicos y expresivos.
Así, al vibrante Sexteto de Cuerdas “Souvenir de Florencia”, de Tchaikovsky, con coreografía del propio Corella, se sumará la encantadora mixtura flamenca “Soleá”, con coreografía de María Pagés y que Ángel baila con su hermana Carmen, la poética “Sombras ajenas” o la suite “Built to Fall Apart”, ambas estrenos mundiales.
También, luego de la exitosa presentación del año pasado en Buenos Aires, donde se presentó sólo un extracto, ahora se pondrá en escena la obra completa “Suspended in Time”, con música de la banda pop británica The Electric Light Orchestra y temas de los años 70 y 80.
A Ángel Corella como primer bailarín se suman, en el Barcelona Ballet, su hermana y primera bailarina Carmen Corella, Dayron Vera, Kasuko Omori, Natalia Tapia, Kirill Radev y Rusell Ducker, estos dos últimos autores de dos de las coreografías que incluye el espectáculo.
Las entradas para la función de esta noche pueden adquirirse en la boletería del Teatro Independencia en los horarios habituales de atención: de 11 a 15 y de 18 a 21.
Las localidades tienen un valor de $140 (palcos y plateas bajas), $120 (palcos y plateas altas), $100 (sector Tertulia) y $70 (sector Paraíso).