Un paseo por los sitios históricos y pintorescos de Valparaíso

Cuando el tiempo no acompaña, la playa pasa a un segundo plano para los mendocinos. Las casas de colores entre los cerros es un lugar obligado para visitar.

Un paseo por los sitios históricos y pintorescos de Valparaíso
Un paseo por los sitios históricos y pintorescos de Valparaíso

Las nubes gobiernan el cielo: día ideal para conocer los cerros de Valparaíso, salir a correr o aprovechar las rebajas en los centros comerciales o quedarse conectados a la web. Cualquiera sea la actividad por la que los mendocinos se decidan, las vacaciones no le dan lugar al aburrimiento.

Lo importante es salir de casa y seguir disfrutando del merecido descanso junto a los amigos, los novios o la familia.

Colores en la montaña

Con este panorama, son muchos los mendocinos que se deciden por la trepada infinita de Valparaíso, ciudad patrimonio de la humanidad, vuelven con una gran sonrisa en sus labios. No es para menos, la experiencia es un verdadero lujo.

El cerro Alegre y el cerro Concepción son centro de atracción de turistas de todo el mundo sobre todo porque en el primero de ellos se encuentra la casa de Pablo Neruda, La Sebastiana, y es por ello que con el paso de los años se han ido poblando de hostels que alojan a los extranjeros, que en su mayoría vienen recomendados por viajeros que ya vivieron la aventura del color de las casas y sus habitantes

Así, la mejor forma de comenzar el ascenso es por la subida Almirante Montt cuyo punto de partida se cruza con la calle Cummings. Florerías decoran la entrada anunciando lo que vendrá: un duro trabajo de piernas.

La familia Pereyra, oriunda de Rivadavia, Mendoza, se decidió por Valparaíso en su segundo día de vacaciones. "Es la primera vez que venimos, no conocíamos. Subimos en un ascensor-que tiene más de 100 años- y nos dio un poco de miedo, pero valió la pena", dijeron los esposos Mónica y Sergio, acompañados de sus hijos Marcos y Celina. "Es muy lindo, la experiencia de ver el mar así es increíble", agregaron mientras descansaban en un banco del Paseo Atkinson.

Personajes de todo tipo dan vida a esta zona. Ni bien se comienza a subir, se encuentra Ricardo Araya, dueño de la Sastrería Lidia que está en este lugar desde 1950.

Más allá un graffiti a escala de Salvador Allende, un reflejo de las raíces intelectuales que sostienen este lugar. De hecho, 30 metros más lejos, una biblioteca popular lleva el nombre del ex presidente chileno que se puede observar al ritmo cansado de los autos que trajinar en primera marcha.

En la intersección del Cerro Alegre y el Concepción unos 300 metros más arriba del punto de partida, está el café de las letras. "Es un lugar donde se puede leer mientras acompaña un plato de comida, porque acá se come muy bien", explicó Camila León (21), un improvisada guía chilena que acompañó a los periodistas en esta pequeña travesía.

Después aparecen la Saint Paul Church, la iglesia de la escuela de música, el cementerio de Playa Ancha, un lugar en el que descansan personajes bohemios, poetas de "Valoy" y hasta asesinos en serie de la década del 50'. "Ahí se festejan los cumpleaños de los muertos", explica la joven.

Pequeñas galerías de arte, pintores y artesanos callejeros, la mejor escuela de Fotografía de Valparaíso -Cámara Lúcida-, el paseo Yugoslavo que convoca a turistas y lugareños para año nuevo y célebres cafés como el Iturri y el Brighton terminan de configurar un escenario de ensueño.

Andrea y Paola Saavedra, viajeras incansables aseguraron que este lugar tiene una especie de magia. "Llegamos para ver la casa de Neruda. Yo soy artista y vengo con mis títeres a hacerlos actuar. Es una ciudad muy linda, nos gusta mucho", describió una de las hermanas con el asentimiento de la otra.

En tanto, Gabriela y Rocío, dos estudiantes de Mendoza admitieron que el lugar les gustó mucho porque "sólo lo conocíamos por foto, pero sabemos que es un lugar con historia".

Corredores del mar

Aprovechando los paseos que bordean la costa del Pacífico los mendocinos no dudan en ponerse ropa deportiva y salir a correr o a caminar. Las opciones son dos: salen desde Reñaca hacia el lado de Con Con o bien se dirigen hacia Viña del Mar. El primero es conocido como el recorrido corto y el segundo como el largo.

Tanto en uno como en otro, muchos se preparan para un largo año por delante, mientras que otros aprovechan que el sol no les permite tomar sol para ponerse en forma.

"Me gusta entrenarme en Mendoza todo el tiempo. Con esta vista, cómo no voy a salir a correr. Además, el tiempo fresco ayuda mucho", reconoció Adrián Ortiz (23), quien viajó el pasado lunes desde Guaymallén.

La Municipalidad de Viña del Mar instaló hace dos años equipamiento para hacer ejercicio, una especie de gimnasio al aire libre -similar a las pistas de salud del parque General San Martín. Muchos los aprovechan para bajar esos kilos de más que siempre aparecen en vacaciones.

La familia Villegas compuesta por Federico (18), Lautaro (15), Jeremías (11), Fernanda (42), Gerardo (50) y Agustín (19) trajo sus cinco bicicletas para probar los circuitos que hay en Reñaca.

"Podés hacer dos tipos de salida. Utilizás la ciclovía que hay en Viña o Con Con o te vas al circuito de descenso que hay desde la ruta internacional hasta el estero", graficó Gerardo Villegas, el padre de la familia.

Menos deportivos otros optan por las caminatas en un marco ideal. "Espiras aire puro, tenés tiempo de pensar en lo que vas a hacer este año y charlas más relajado. Estas si son verdaderas vacaciones", opinó Estela junto a su compañera de trabajo y amiga, Silvia.

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