A fines de los ’80, cuando todavía la calle Sarmiento no era peatonal, ya se perfilaba con un importante movimiento. Cuentan las crónicas de Los Andes que las mesas de la esquina con San Martín se poblaban entre las 12 y las 14 de cada mediodía sabatino.
Fue en 1989 cuando la polémica decisión de transformar la arteria para uso exclusivo de peatones se concretó. Desde entonces, se convirtió en costumbre hacer un recreíto en las tareas de la mañana o de la tarde para tomar un café o algo fresco o juntarse con amigos, colegas o clientes. Y los sábados se suman presentaciones artísticas y promociones.