Nueve títulos en su corta historia como participante de la Liga Mendocina, ocho de ellos en los últimos diez años, demasiadas certezas para una nueva consagración del CEC, que pulveriza rivales con la misma facilidad con que saca juveniles de su cantera.
"Se fueron muchos jugadores de experiencia y supimos encontrar espacio para los juveniles que llegaban", repiten casi como un libreto estudiado para la ocasión. Nada está librado al azar en la entidad dirigida por Guillermo Pereyra. La propuesta de buen juego, de pelota al piso y de atrevimiento viene desde las bases. Así, el proyecto se sostiene solo. Y los títulos llueven en bandeja.
"Fue sufrido porque empatamos en las últimas dos fechas, pero creo que durante el torneo jugamos el mejor fútbol. Estábamos muy comprometidos con el juego que pretendíamos y el que entraba le daba la intención que nosotros buscábamos al equipo", cuenta Darío Gianformaggio, el DT, ante la atenta mirada del plantel. La presencia del adiestrador hace que todos bajen la voz. Habla el maestro y los alumnos escuchan.
-Tuvieron muchas bajas en el torneo y supieron manejarlo...
-Se nos fueron juntos los dos delanteros, Domínguez y Altamirano, y tuvimos que recurrir a los rapiditos que teníamos por afuera. Por suerte se adaptaron bien y nunca renunciamos al buen juego.
-Hay una coherencia desde las divisiones menores que hace todo más fácil...
-Eso es fundamental. El laburo que hacen los profes en las categorías menores habla de una coherencia respecto del buen trato del balón. Sostener una línea de juego es una de las grandes claves. Tenemos jugadores diferentes y es todo mucho más fácil.
-Lo que le habrá costado a Alejandro Abba no revolearla (risas)...
-Ahora se acostumbró a jugar a ras del piso (risas). Nos aportó muchísimo desde la experiencia y el orden en la defensa. Sumó para lo que necesitábamos; debutaron muchos jóvenes, con un enorme futuro, y el fue importante para sostener la estructura.
-¿Qué tuvo de distinto este título a los otros?
-Eso, la cantidad de jugadores del club. Sacando a Ale, porque Leo Márquez está hace nueve años con nosotros, los demás son todos chicos de la cantera. Además, practicamos muy buen fútbol, más allá de ir ganando por goleada o no. Estábamos muy convencidos de lo que queríamos.
-Sostener la idea de ustedes es fácil a través de los triunfos, pero cuando vienen las derrotas es más complicado...
-Sin dudas, pero a través de los objetivos, uno tiene que aferrarse al convencimiento. Pasa por estar seguro y convencer al jugador de lo que uno quiere. Ese momento, cuando el jugador cree en uno, representa una gran satisfacción personal.
-FADEP, que terminó con la misma cantidad de puntos, sostiene una idea similar; no parece casualidad...
-Es cierto. La verdad es que quiero felicitarlos porque en estos dos años ha hecho grandes campeonatos y un muy buen trabajo en divisiones menores. Es importante darse cuenta que el fútbol de Mendoza tiene que resurgir y que más importante que hacerlo con jóvenes que tengan sentido de pertenencia.
-¿Fue una cuenta pendiente no terminar invictos el torneo?
-No se hizo un mal partido ese día (vs. FADEP) y eso nos complicó un poco el final del torneo. Hubiera sido lindo terminar invictos en un torneo de 19 fechas. Igual no quita méritos. Todos los partidos merecíamos ganar y somos justos campeones.