Es productor agrícola en Tres de Mayo, Lavalle. Participa activamente como asociado y gerente de la Cooperativa Lacofrut, la empresa que, en algo más de dos décadas de actividad, ha logrado imponerse como referente en el mercado nacional de melones.
Apenas iniciada la etapa más fuerte de cosecha y comercialización del producto, Pascual Arce dialogó con Fincas para tomarle el pulso a un año que se presenta con algunas complicaciones.
-¿Cómo empezó la temporada comercial del melón?
-La temporada arrancó mal. La producción está descontrolada. Algunos cultivos vienen muy atrasados y los rendimientos son muy bajos.
No sale el melón que hemos estado sacando otros años para esta época. Estaremos en un poco más de la mitad, con la misma cantidad de hectáreas que hacemos todos los años. La cosecha no viene bien.
-¿Cuál puede ser razón de esta caída en los rendimientos?
-El tiempo ha sido muy variable y sigue así. Parece que la planta no supiera qué hacer: si seguir o “quedarse”. Hemos tenido días de mucho calor seguidos de días frescos, y eso ha estado alterando mucho la evolución normal de los cultivos.
-¿En qué medida impactará esto en la economía del productor?
-Bueno, está claro que esta situación nos impide llegar con mayor volumen al mercado. Pero parece ser que la naturaleza es sabia, porque, si bien es cierto que hay mucho menos melón que otros años, tampoco es que estemos perdiendo ventas.
-¿Por qué? ¿Cómo se está comportando la demanda?
-El consumo ha caído. Si hubiéramos tenido más, y lo hubiéramos volcado al mercado, los precios estarían por el suelo, estaríamos tirando melones. La venta está muy lenta, y eso que estamos empacando el 50% o el 60% de lo normal a esta altura del año.
-¿Eso afectará la calidad de la fruta que ya fue cosechada y empacada?
-Sí, porque el melón es muy sensible, tiene una poscosecha muy corta, y empezamos a tener problemas. Porque si esa mercadería no se vende, empiezan a aparecer detalles en la piel, no tiene la misma presencia, y cuando llega la siguiente remesa directamente se descarta, hay que tirarla.
-¿Cómo están los precios al público, con respecto a la temporada pasada?
-Para el consumidor final, es casi el mismo precio, salvo excepciones, como puede ser la costa atlántica, donde -según lo que he escuchado- parece que están cobrando un poco más que el año pasado.
Pero el grueso del volumen está llegando con valores muy similares. El año pasado valía entre 50 y 60 pesos un melón de 2,5 kilos y hoy anda más o menos en lo mismo.
-¿Cuáles son los precios que vuelven al productor a través de la Cooperativa?
-El año pasado vendíamos a 180 pesos una caja de seis melones de dos kilos y medio cada uno (que es el melón que logra precios más interesantes).
Este año, en el mejor de los casos llegamos a 180, pero se está vendiendo mucho a 160 y a menos también, hasta 140 pesos la caja.
-¿Qué parte de la producción tiene ese tamaño de mayor valor comercial?
-Estamos hablando de aproximadamente 30% de la producción. Hay algo de calibres más grandes, y hay mucho de calibres más chicos, y en este caso, en una caja de doble fila pueden ir veinte de esos melones, y el precio es más o menos el mismo.
Perfil
Pascual Arce (57)
Se inició en la actividad agrícola a los 17 años. Había llegado a Buenos Aires, con su familia, desde su Tupiza natal, al Sur de Bolivia. Su padre era comerciante, pero “éramos unos cuantos, y la actividad no daba para que todos estuviéramos detrás del mostrador”, dice.
“Dios me bendijo trayéndome a Mendoza para que trabaje la tierra”. Hoy, dos de sus cuatro hijos tomaron también el camino de la actividad agrícola.
