Sólo el 18% de las industrias de la provincia están alojadas en parques o zonas industriales y prácticamente un 38% del terreno disponible para que se instalen o relocalicen nuevas firmas se encuentra desocupado.
Los empresarios advierten que, por un lado, no existen incentivos, más que exenciones en tasas municipales, ni créditos subsidiados o con condiciones blandas para justificar la inversión que significaría un traslado; y por el otro, que las condiciones locales e internacionales no están dadas para promover el desarrollo y la creación de nuevas industrias.
El dato surge de una investigación que lleva adelante el Idits, el Centro de Estudios de la Universidad Nacional de Cuyo, la Asociación de Empresarios del Carril Rodríguez Peña (Aderpe) y la Unión Industrial de Mendoza, en el que se advierte que el 82% de las industrias se encuentran localizadas fuera de los parques y zonas industriales. La superficie total de parques y zonas es de 3.401 hectáreas, de las cuales sólo 2.130 se encuentran ocupadas.
Y si se tiene en cuenta sólo a los parques, la situación es más notoria. Según el Instituto de Desarrollo Industrial, Tecnológico y de Servicios (Idits), únicamente 244 empresas están ubicadas en ellos, a pesar de las más de 2.000 hectáreas con que cuentan.
La infraestructura provincial para albergar industrias se compone de seis parques industriales en funcionamiento, cinco en proyecto de ejecución, dos en proyecto de creación, ocho zonas industriales, una zona franca y dos áreas industriales. Además de las firmas radicadas en los parques, existe un total de 88 empresas en las zonas industriales, mientras que en las denominadas zonas francas hay dos empresas y en las áreas industriales es en donde se concentra la mayor cantidad, con más de 600.
Las áreas se formaron de forma natural y responden a las necesidades de los empresarios de estar cerca de los principales accesos para disminuir costos logísticos.
Aun así, gobierno tras gobierno apuestan a los parques como un motor de desarrollo que nunca termina de completarse, y sólo en la mitad de ellos hay avances, el resto parece haberse quedado en el tiempo.
El ingeniero Alejandro Lampkowski, gerente del Instituto de Desarrollo Industrial (Idits) de la provincia, reconoció que el contexto internacional ha sido negativo para el crecimiento de un sector industrial. “Trasladar una empresa puede costar millones, y anteriormente existían líneas de financiamiento con tasas bajas o aportes no reembolsables que les permitían hacerlo y bajar costos, pero hoy, aunque existen, no están activas”, señaló.
El funcionario comentó que con los recientes cambios en el gabinete nacional -la renuncia de los ministros de Producción y Energía Francisco Cabrera y Juan José Aranguren, cargos que asumieron Dante Sica y Javier Iguacel, respectivamente-, todavía resulta incierto saber cuándo podrán volver a funcionar dichas líneas de crédito que podrían darle un mayor impulso a los parques industriales.
De acuerdo con Lampkowski, este no es el mejor momento para hacer una fotografía de la situación de los parques y dista de ser el que esperaban hace seis meses, pero también confía en que será distinto al que vendrá dentro de otros tres meses.
Desde el sector empresarial entienden que los nuevos funcionarios nacionales consideran que este tipo de agrupaciones productivas son claves para estimular el crecimiento de la industria en el país, pero aseguran que deberían venir acompañados de medidas que den alivio a una industria que no encuentra más motor que la obra pública.
En este sentido, el titular de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la Provincia, Pedro Bizzotto, consideró que, más allá de los impulsos directos que pueda darle el Gobierno, se necesita que el sector privado comience a requerir todo lo que puede ofrecer el sector industrial. “Si el trabajo lo va a generar solo el Estado, vamos a pasar a ser casi empleados públicos. La idea es que sea mixto, que haya desarrollo industrial privado y que podamos ser proveedores tanto del Estado como del sector privado”, agregó el empresario.
“El país es inestable y no genera las garantías necesarias como para atraer inversiones. Los mismos industriales se llevan las ganancias a otro lado y no podemos esperar que los capitales de afuera no hagan lo mismo”, indicó Bizzotto.
No obstante, dos de los proyectos fotovoltaicos que le fueron adjudicados a la Provincia de Mendoza en el Plan de Energías Renovables Argentina 2016-2025, el Parque Solar de General Alvear y el parque solar que estará ubicado en el Parque de Servicios Industriales Palmira en San Martín (Pasip), entusiasman al sector.
Aperturas, cierres y burocracia
Lucas Carballo es gerente de la Asociación de Empresarios del Carril Rodríguez Peña y Zona Industrial Mendoza (Aderpe), y junto con la Universidad Nacional de Cuyo encara un estudio sobre la situación actual de los parques industriales y la cantidad de empresas que se han sumado. Si bien señaló que en los últimos meses hubo algunas consultas, también advierte que se han encontrado con empresas que debieron cerrar sus puertas.
“No hay una política homogénea de las empresas que están desarrolladas tanto en parques como en zonas industriales, sino que los agrupamientos tienen que ver con que la zona esté cerrada (parques), o a los fines prácticos, la cercanía a los principales accesos”, explicó Carballo.
La zona industrial más grande de la provincia es justamente la del Rodríguez Peña, sin embargo, esta es un ejemplo de los agrupamientos que no nacieron de la planificación política, sino de la misma necesidad de las empresas, y por lo tanto no tiene un sistema de beneficios ni de incentivos y todo lo que se logra a nivel infraestructura tiene que ver con un consorcio, integrado por los mismos empresarios, que se encarga de gestionar mejoras y de ser incluidos en los planes gubernamentales.
En su libro "Estructura, acumulación y organización industrial en Argentina, un análisis de las políticas públicas y transformaciones en los parques y zonas industriales de Mendoza", Carballo habla de tres etapas de agrupamientos industriales en Mendoza:
-Del 60 al 70, cuando se plantearon parques específicos para el desarrollo por sectores, como fue el caso del PIP, que nació para desarrollar la industria petroquímica.
-Del 80 al 90 el modelo cambió por uno en función del territorio, es decir, para alejar a las empresas de las zonas residenciales.
-El modelo actual, que surge de la necesidad de las empresas de estar cerca de los grandes accesos o rutas.
“Ninguna de las tres corrientes hizo que la realidad de la industria se homogeneizara. Instalarse en un parque industrial no trae muchos más beneficios que reducciones en las tasas municipales, y eso es en casos como en General Alvear o Las Heras”, señaló el empresario, en lo que respecta a la participación activa del Gobierno para favorecer a quienes deciden instalar sus empresas en esos centros, y por lo tanto alejarse de los centros urbanos y residenciales.
El ideal de parque industrial, de acuerdo con el especialista, es el que no solo tiene en cuenta las ventajas logísticas, sino impositivas y de sinergia, es decir que se encuentren dentro de él empresas que sean complementarias, para el mejor desarrollo de sus actividades.
“Actualmente, no hay diferencia entre una empresa que está en un parque con una que no lo está, la reducción de 0,25 puntos para Ingresos Brutos la tienen todas”, finalizó.
Parques, áreas y zonas industriales de Mendoza
A diferencia de los parques industriales, las zonas industriales constituyen extensiones de terreno en las que se fue desarrollando un asentamiento industrial, por esta razón no está delimitado y no cuenta con organismos formales que la administren, aunque sí es posible que existan cámaras empresarias u otros organismos de tercer orden que atiendan intereses comunes a las empresas que allí se instalaron (la zona alcoholera, el fraccionamiento de GLP son algunos ejemplos de ellas); mientras que las áreas industriales sí están organizadas de antemano, cuentan con servicios de infraestructura básicos y comunicaciones que garantizan el desarrollo de actividades industriales, y aunque los municipios regulan el asentamiento de las empresas, no siempre existe una reglamentación homogénea para ello, como en el caso de las áreas industriales del Gran Mendoza que se extienden a lo largo del territorio de varios departamentos; el área Rodríguez Peña o el Área Acceso Sur son dos ejemplos de ello.
Más allá de no tener servicios como seguridad o accesos cerrados, son muy elegidas por los empresarios y sólo en la Rodríguez Peña el último censo mostró que había alrededor de 540 empresas funcionando, tres años después calculan que hay alrededor de 600 en cerca de 2.300 hectáreas de suelo industrial, y la preferencia de los empresarios del sector responde a sus ventajas de tipo logístico.
En contraste, a fines de 2017 la provincia celebraba que el Pasip, el parque de Palmira, contara con tres empresas activas, otras dos que están construyendo sus instalaciones y que tres más hubieran delimitado sus terrenos en el parque. Además, aseguraron que existen 30 interesadas en invertir.
Todo esto después de 25 años desde que se imaginó el Parque, pero hasta la fecha no hay demasiados movimientos y los proyectos de energía limpia y sustentable son las nuevas posibilidades de que se aproveche el potencial del espacio destinado a la industria.
El estado actual de las superficies para empresas
Entre los espacios que están en funcionamiento se encuentra el Parque Industrial Minero Eje Norte (Pimen I). Está en Las Heras y actualmente funcionan en él 150 empresas en un predio de 136 hectáreas, de las cuales se han ocupado sólo 93,7 hectáreas.
Las principales actividades de las empresas en él radicadas son metalúrgica, carpintería de madera, de aluminio y metálica, textil, mueblería, pintura, plástico, depósito de productos químicos, depósitos varios, alimentos, vinagre.
El Parque tiene una ampliación proyectada en 859 hectáreas en las que ya hay 3 empresas instaladas. Entre los beneficios que les ofrecen a las empresas para radicarse en él está la exención de aforos por 15 años y de tasas municipales por actuación administrativa.
En el Parque Industrial Provincial (PIP) hay 15 empresas en 350 hectáreas, lo que deja al menos un tercio del terreno disponible para la incorporación de nuevas firmas. Sin embargo, al menos desde el año 2011 hasta la fecha sólo se han incorporado tres nuevas empresas.
La adjudicación para la venta, cesión o alquiler requiere autorización previa de la Provincia, y las firmas que allí se radican son de base minera, metalúrgica, química, de servicios, petróleo y gas. Como beneficio principal cuentan con una exención de impuestos por tres años.
En el Parque Industrial Municipal de Luján de Cuyo (PIM), de las 274 hectáreas disponibles sólo se han ocupado 40 para albergar a 24 empresas, de las cuales tres son de origen extranjero y 21 nacionales.
El Parque Industrial General Alvear (PIGA) está ubicado en una superficie de 10,71 hectáreas y tiene tan solo tres empresas, de orígenes alimentarios o agroindustriales.
El Parque Industrial de San Rafael cuenta con 42,3 hectáreas y está dividido en cuatro zonas, una dedicada a las industrias textiles, del cuero, la madera, la fabricación del papel, sustancias químicas, de fabricación de maquinarias y suministro eléctrico, entre otras; otra a productos alimenticios; una tercera para edificios administrativos y la última destinada a albergar todas aquellas empresas que no tienen permitido continuar su desarrollo en la Ciudad de San Rafael. En la actualidad se han firmado contratos para la adjudicación de 9 empresas.
El Parque Industrial Zona Centro San Carlos (Pizcsc), por ordenanza, es una zona industrial, pero posee la infraestructura y la distribución necesaria para ser considerado un parque. En él hay radicadas 20 empresas y hay otras 16 en proyecto de ejecución. Es una superficie de 15 hectáreas, por lo que su capacidad para albergar nuevas empresas es limitada.
El Parque de la Tecnología de Información y Comunicación merece un capítulo aparte, pero también fue parte de las apuestas de este gobierno para impulsar el progreso de la provincia. Actualmente cuenta con 20 empresas radicadas en una superficie de 3,5 hectáreas, tiene servicios de seguridad, energía, agua potable e internet, entre otros.
En desarrollo
El Parque Industrial Belgrano (Maipú) cuenta con una superficie de 47 hectáreas y se encuentra en proceso de desarrollo, por lo tanto no presenta infraestructura ni servicios, de la misma forma que el Parque Industrial Santa Rosa, Los Barriales en Junín y el que se creará en Malargüe.
El Parque de Servicios e Industria en Palmira también está en proyecto y de acuerdo con los datos del Instituto de Desarrollo Industrial Tecnológico y de Servicios de la provincia (Idits), se trata de un proyecto muy importante para el oeste de Argentina, ya que operará como nudo del corredor bioceánico central, integrado a la estación multimodal de Palmira, con el Ferrocarril General San Martín recuperado.
Restará esperar a nuevas señales del Gobierno nacional y provincial, así como del sector privado (en materia de inversiones), para que los cinco parques en proyecto de ejecución se concreten y las miles de hectáreas disponibles sean utilizadas para nuevas firmas que produzcan y ayuden a impulsar el crecimiento de la provincia.