Tal como se esperaba, los docentes mendocinos rechazaron el aumento del 26,5 por ciento en dos cuotas que les ofrecía el Gobierno y confirmaron el paro por 72 horas, que se cumplirá desde hoy hasta el viernes.
Además, estatales y privados realizarán una movilización hoy, a partir de las 11, por las calles céntricas hasta Casa de Gobierno para expresarle al Ejecutivo que el conflicto salarial con el sector está muy lejos de cesar.
Así lo votaron por unanimidad ayer en el plenario general del SUTE, que se llevó a cabo en el departamento de Tupungato. En un clima de tensión, donde la discusión salarial estuvo demasiado teñida por las internas del gremio, los 154 docentes con derecho a voto se expresaron en total rechazo a la propuesta oficial.
La confirmación de la medida de fuerza decidida hace diez días era inminente. Incluso algunos docentes habían recibido en horas de la mañana mensajes telefónicos avisando de una movilización para hoy. De los 18 departamentos, sólo La Paz llevó al plenario una moción a favor del 26,5% de aumento.
Sin embargo, a su turno el delegado paceño aclaró que se había llegado a esto respetando la "voluntad de los celadores, cuyas muchas necesidades los llevan a tomar esta decisión". Pero enseguida agregó que iban a acatar la voluntad de la mayoría y "mañana (por hoy) medio La Paz estará en las calles".
El resto de los oradores se manifestó a favor del paro y de una movilización, que algunos querían se repitiera también mañana. La concentración de hoy tendrá lugar en la esquina de Godoy Cruz y Patricias Mendocinas. Desde allí, los maestros y celadores tomarán la avenida San Martín para atravesar el microcentro y llevar sus reclamos hasta la Casa de Gobierno.
"No nos amedrentarán"
Hace unos días, el gobernador Francisco Pérez advirtió la posibilidad de dar un corte al conflicto aumentando por decreto un 22 por ciento en tres pagos a los trabajadores de la Educación (ver aparte). La respuesta la obtuvo ayer, en el salón Estilo de la calle Belgrano Norte de Tupungato.
"No nos dejaremos amedrentar. El descuento de los días de paro, la conciliación obligatoria, ahora el aumento por decreto son todas estrategias para presionar a los compañeros. Las repudiamos. Lo que le tiene que quedar en claro a la señora Vollmer (directora general de Escuelas) y al Gobierno es que, si hay decreto, tendrán conflicto con los docentes todo el año", apuntó el secretario del SUTE, Javier Guevara.
El líder sindical agregó que -en caso de no haber arreglo- podrían adoptar medidas de fuerza aún de mayor impacto "siempre que los compañeros lo decidan". Además aseguró a los empleados de la Educación que los descuentos por paro se tratarán en paritarias.
"Ni un paso atrás. Vamos por más", gritó Guevara al cierre del plenario, mientras los aplausos ganaban la sala, y enseguida rescató la "convicción y la fuerza de los trabajadores" frente a la medida tomada. Lo cierto es que aunque el resultado final fue unánime, la sesión mostró la gran fractura que existe hacia adentro del gremio.
Varios de los 42 oradores expresaron fuertes críticas a la conducción del sindicato ( ver aparte), mientras que los oficialistas 'celestes' ven detrás de las mismas "manos oscuras que pretenden desestabilizar el poder gremial". Guevara minimizó la situación sosteniendo que "no es el momento para las internas, aquí lo que nos ocupa y preocupa es la discusión salarial".
Por su parte, la secretaria general del gremio que nuclea a los docentes de escuelas privadas, Sadop, María Elina Escot, ratificó que este sector de la Educación mendocina también se sumará al paro de 72 horas. "Estamos en el mismo plan de lucha, el cual ya se acordó en las asambleas pasadas. Con bastante convicción, los trabajadores vamos a participar de esta medida de fuerza", expuso la gremialista.
Los privados se reunirán hoy en la sede de Sadop, para redactar el petitorio que elevarán a las cámaras y luego marchar hacia la Casa de Gobierno.
Además de lo salarial, este sindicato pelea desde hace tiempo por la convocatoria a paritaria por parte de sus patronales. "Queremos decir basta a la cultura de silencio, del miedo. No hay ninguna razón para no sentarnos a negociar nuestros salarios", explicó.