Paro de camioneros: “Los choferes se cansaron, los tratan como si fuesen de segunda”

Durante la mañana del domingo, alrededor de 400 choferes de camiones nacionales e internacionales se auto convocaron en el playón denominado 'El Mostro', ubicado en Uspallata, antes del cruce internacional a Chile.

La medida de fuerza fue tomada sin la intervención sindical, aunque desde Asociación Propietarios de Camiones de Mendoza (Aprocam) entendieron el reclamo por la discriminación y los malos tratos. "Están cansados. Desde que empezó la pandemia ellos han seguido trabajando porque son una actividad esencial. En su gran mayoría transportan productos de primera necesidad, pero cada vez que llegan a Uspallata los tiene 4, 5 o 6 horas esperando a la intemperie", dijo a Los Andes Roberto Occhipinti, abogado de Aprocam. 

"Nos parece un despropósito que las autoridades aduaneras, teniendo los recursos, no trabajen bien y se permita que esos camiones ingresen rápidamente. Nadie pide que se salten normas legales, sino se pide que se haga correctamente y rápido", agregó el letrado.

El representante legal de la cámara aclaró que no se trata de “una movida sindical” o a nivel empresarial, sino que es consecuencia del hartazgo por el destrato que reciben los choferes por parte de las autoridades. “No han impedido los accesos ni han cortado las rutas”, aclaró.

Occhipinti expresó la preocupación que mantiene Aprocam ante la posibilidad de que las medidas de fuerza se prolonguen en el tiempo: "Si el transporte argentino para, no vas a tener más nada. Entonces nos preocupa que las autoridades aduaneras nacionales no hagan su trabajo".

"Queremos que se solucionen los problemas, no apoyamos cuestiones ilegales, ni tenemos intención de causar inconvenientes a las autoridades, pero queremos una solución para nuestros trabajadores", expresó el entrevistado.

El abogado también cuestionó la metodología utilizada a la hora de realizar los controles obligatorios que el Gobierno de Mendoza impuso a los camioneros para evitar contagios de coronavirus: "Les toman la temperatura y los tienen dos o tres horas esperando y ellos no pueden seguir porque no está el testeo", dijo y aseguró que "ninguno de los choferes argentinos se baja de su camión al llegar a Chile. Descargan y vuelven a cargar sin salir de sus camiones. Incluso firman todos los papeles desde la ventanilla. Cumplen con todos los protocolos y no se bajan hasta volver al país. No se bajan porque tienen miedo, son seres humanos y no se quieren enfermar porque ellos también tiene familia".

"Es muy importante su trabajo y los tratan como si fuesen personas de segunda. No debe ser así", sostuvo Occhipinti.

La falta de respuestas

El presidente de Asociación Propietarios de Camiones de Mendoza (Aprocam), Daniel Gallart dijo en diálogo con este diario que no han obtenido respuesta de las autoridades. "No hemos hablado con nadie, salvo con Néstor Majul, Subsecretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad y Coordinador del Paso Cristo Redentor. El tema es que es un problema que trasciende a Mendoza", sostuvo.

Según el representante de la cámara, el reclamo por el ineficaz funcionamiento no es nuevo, pero se ha intensificado con la pandemia. "Nosotros lo reclamamos desde hace tiempo. Con todo esto de la pandemia, a los conductores realmente los maltratan. A eso hay sumarle el más funcionamiento de Uspallata", expresó.

"El viernes había 15 km de colas para ingresar, adentro estaba vacío y los empleados trabajando al ritmo de 'empleado público'. Uspallata está mal organizado, funciona mal, es un tema viejo", manifestó Gallart.

La solución para Aprocam con el área de control integrado de Uspallata sería "barajar y dar de nuevo", porque "no está bien organizado. Funcionan organismo que dependen de cinco ministerios distintos, cada uno con sus líneas, sus resoluciones, sus cosas y eso de área de control integrado no tiene nada".

Su propuesta para descomprimir la situación es "que el paso se abra el paso 24 horas, salvo por condiciones climáticas". Gallart comentó que el pedido ya ha sido elevado a la Cancillería y que desde sus colegas chilenos han hecho lo mismo, aunque todavía no lo han conseguido.