En marzo un tribunal declaró la quiebra del club y en estos tres meses que pasaron se esperaba que apareciera algún comprador para poder evitar la desaparición. Pero el plazo venció ayer y el Parma Fútbol Club ya no existe.
El final de la institución donde brillaron Hernán Crespo, Juan Sebastián Verón, Ariel Ortega y Néstor Sensini, entre otros futbolistas argentinos, era anunciado luego de una temporada llena de problemas económicos por una deuda que llega a los 1.700 millones de euros.
El club italiano, que tuvo su mayor punto de gloria en los ‘90 fundado hace 101 años y que ganó tres veces la Copa Italia y dos veces la Copa UEFA, desaparecerá y comenzará una nueva historia con otro nombre desde la Serie D, la más baja del fútbol italiano.
Ayer vencía el plazo para ser comprado (ver aparte) y como no apareció ningún oferente tendrá que empezar a competir desde las categorías amateur. En la última temporada había descendido de la Serie A y ahora caerá otras tres categorías.
El Parma fue fundado el 27 de julio de 1913 como el Verdi Football Club (dedicado al músico del mismo apellido) pero ese mismo año, el 16 de diciembre, adoptó su nombre final. Tras pasar gran parte de su historia en las categorías menores, en 1990 consiguió el ascenso al Calcio luego de perder cuatro promociones entre 1972 y 1986.
Sus años de gloria llegaron en la década del 90 con la ayuda financiera de la empresa Parmalat. En esa década ganó tres Copas de Italia (92, 99 y 2002), una Supercopa (1999), una Recopa de Europa (93), dos Copas UEFA (95 y 98) y una Supercopa de Europa (1993).
En la temporada 1998-1999 el Parma ganó dos de sus tres títulos oficiales con un gran equipo integrado por tres argentinos: Juan Sebastián Verón, Roberto Sensini y Hernán Crespo, quien además es el goleador histórico del club con 94 tantos. Además en ese plantel estaban figuras como Dino Baggio, Fabio Cannavaro, Marco Di Vaio, Lilian Thuram, Michele Serena y Faustino Asprilla, además de Gianluigi Buffon, quien en 2001 pasó a Juventus por 52 millones de euros, en una transferencia récord para un arquero.
Todo comenzó a decaer tras la quiebra de Parmalat, decretada en 2003. La economía del club se vio afectada pero fueron las administraciones fraudulentas las que llevaron a su situación actual.
En febrero de 2015, Giampietro Manenti adquirió el Parma por un euro y prometió salvar al club. Pocos meses después, Hernán Crespo, DT de la reserva, explicó que jugaban gracias a los jardineros y que en las instalaciones no había ni agua caliente ni luz.
La última esperanza
El Parma ha quebrado oficialmente. El club, que terminó el campeonato (el último) pese a los graves problemas económicos sufridos a lo largo de la temporada, había convocado una subasta para encontrar compradores. De encontrar un grupo que se hiciera con el club y la deuda (de unos 22 millones después de que muchos jugadores perdonaran las nóminas atrasadas) podría haber empezado desde la Serie B. El plazo terminaba ayer a las 14 horas. No hubo ninguna oferta.
Los últimos dos grupos interesados (Magico Parma FC SPA de Giuseppe Corrado y Nuovo Parma Calcio SPL del ex jugador de la MSL Mike Piazza) se retiraron a última hora. “Parecía que íbamos a poder sobrevivir pero en cuánto se han acercado y han visto las deudas y los miles de problemas que había, han dado marcha atrás”, explica Alessandro Melli, el team manager del Parma, equipo en el que creció, con el que jugó en Tercera y con el que festejó el ascenso a Segunda y a Primera. Es uno de los muchos empleados que ha estado sin cobrar durante meses.
El Parma como tal ya no existe. No existe ni la Ciudad Deportiva -pertenecía a una empresa externa que también ha quebrado- ni el club. “Harán falta uno o dos millones de euros para comprar el título deportivo y empezar la temporada en Regional”, explica Melli. A la espera de que eso se concrete, algunos jugadores como Lucarelli han manifestado su voluntad de ayudar al equipo y empezar desde cero.